30 de julio de 2012

El exterminio selectivo de opositores: Una política de Estado

El exterminio selectivo de opositores: Una política de Estado
[29-07-2012]
Lcdo. Sergio Ramos

(www.miscelaneasdecuba.net).- La súbita muerte del destacado opositor
Oswaldo Paya Sardiñas, premio Sajarov y líder del Proyecto Varela,
impactó a la oposición y al exilio. Los medios oficialistas lo señalan
como un "accidente automovilístico" ocurrido en una carretera cerca de
Bayamo. En el mismo incidente murió el opositor Harold Cepero y
resultaron heridos el español Ángel Carromero Barrios dirigente de las
juventudes Partido Popular de España y el sueco Aron Modig dirigente de
las juventudes Demócratas Cristianas de Suecia.

La hija de Paya, Rosa M. Payá, informó que otro vehículo de motor había
estado impactando al auto donde viajaba su padre hasta provocar el
accidente. Luego el régimen publica una corta nota en el oficialista
Granma y varios medios gubernamentales publican una foto del supuesto
vehiculo accidentado en el que viajaba Payá. El velorio y el entierro
del dirigente opositor estuvo cargado de tensión, y fue donde la policía
arrestó a varios opositores en los alrededores del velatorio de Payá
Sardiñas. Las causas del accidente no son claras y las circunstancias
apuntan a la alta posibilidad de que fue un asesinato por parte de la
dictadura.

Es sumamente lamentable y una perdida irreparable para la lucha
libertaria, la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas. Pero más preocupante aun
es la secuela de muertes extrañas de opositores, algunas aún no
esclarecidas, ocurridas desde hace un tiempo a la fecha.

El 23 de febrero de 2010 es asesinado el preso político Orlando Zapata
Tamayo en medio de una huelga de hambre al quitársele el agua.

El 8 de mayo de 2011 es asesinado en Santa Clara el opositor Juan
Wilfredo Soto García tras haber recibido una paliza por la policía en le
parque de esa ciudad.

El 14 de Octubre de 2011 fallece en el Hospital Calixto García de La
Habana la opositora y líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán. El
régimen alega que fue de una enfermedad pulmonar y cardíaca, pero días
antes durante un acto de repudio le fue inyectada una sustancia
desconocida por participantes de las turbas castristas. Otras opositoras
también denunciaron haber sido inyectadas con sustancias desconocidas y
algunas tuvieron que ser atendidas en hospitales, aunque sin desenlace
fatal.

El 19 de febrero de 2012 muere el preso político Wilmar Villar Mendoza
tras haber recibido maltratos de sus carceleros durante una huelga de
hambre.

No es nuevo el linchamiento de dirigentes, de opositores destacados o de
personalidades del régimen que estorban o representan un potencial
peligro para el dictador. Recordemos que en octubre de 1959 desapareció
misteriosamente el comandante Camilo Cienfuegos tras haber intercedido
por el comandante Huber Matos a raíz de una protesta que este último
realizaba contra la penetración comunista en la revolución. Alegaron que
el avión se había estrellado, pero la nave nunca apareció.

En 1968 fue asesinado en las calles de San Juan, Puerto Rico el ex
comandante de la revolución Aldo Vera donde intervino el coronel Tony de
La Guardia , años más tarde fusilado junto a General Arnaldo Ochoa.

El 25 de mayo de 1972 el preso político Pedro Luís Boitel fue asesinado
en prisión durante una huelga de hambre.

El 13 de julio de 1989 fue fusilado el general Arnaldo Ochoa y varios
allegados a través de un proceso judicial completamente amañado y sin
ninguna garantía procesal. Le imputaban cargos por tráfico de droga,
pero se sabía que Ochoa apoyaba la Perestroika y el Glasnot impulsada
por le premier soviético Mihail Gorbachov a lo cual Castro se oponía.

El fusilamiento ha sido el medio más común usado por la tiranía para
deshacerse de sus enemigos. Miles de cubanos han sido asesinados en el
paredón, pero no es la única forma que usa la dictadura para eliminar
opositores.

Es una constante que cuando el régimen utiliza otros medios distintos al
paredón para asesinar a un opositor, siempre usa la excusa de enfermedad
o de un accidente y presenta pruebas fabricadas para esconder el crimen.
Así pasó con el remolcador '13 de Marzo', donde la dictadura alegó que
esa embarcación hacia mucha agua por su casco, sin embargo, luego se
probó que la misma acababa de repararse unas semanas antes.

Cuando mataron a José William Soto dijeron que no fue la paliza la causa
de su muerte, sino de una pancreatitis. Cuando asesinaron a Manuel
(Barbarroja) Piñeiro, dijeron que fue un accidente de auto. Para
justificar la muerte en la cárcel al general José Abrahantes, alegaron
que fue de un infarto cardiaco, y así sucesivamente. Siempre inventan un
pretexto exculpatorio. ¿Por qué el caso de Paya Sardinas tiene que ser
la excepción? Las causas de esta muerte están muy oscuras.

La lista de eliminados es muy larga y el espacio nos traiciona, baste
con los casos antes reseñados que nos demuestran y evidencian que el
asesinato de contrincantes y opositores que representan un peligro o una
gran molestia para la dictadura, es una política de estado en la Cuba
castrista desde sus primeros comienzos de la dictadura en 1959. Esta
política de exterminio selectivo de opositores y contrincantes
potencialmente peligrosos a veces alcanza allende los mares como lo fue
el caso de Aldo Vera baleado en Puerto Rico.

Esta sanguinaria política de estado está basada en la sucia filosofía
leninista de que "el fin justifica los medios" y es prueba del claro
menosprecio por la vida de los seres humanos que tiene la dictadura
castrista.

Es necesario la más enérgica condena contra este criminal 'modus
operandi' de la tiranía que atenta de modo flagrante al derecho humano a
la vida. Además, hay que exigir una investigación de la muerte de
Oswaldo Payá Sardiñas y de las otras muertes no esclarecidas, que debe
ser realizada por organismos internacionales imparciales.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=36611

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