9 de enero de 2012

La gente quiere movilizarse

Opinión

La gente quiere movilizarse
Eliécer Ávila
Puerto Padre| 09-01-2012 - 10:03 am.

¿Qué actitud asumiría el gobierno si comienza una ola de manifestaciones
populares? Primera parte de un artículo.

Hace ya algún tiempo se respira en la calle un aire diferente. Cada vez
más personas, jóvenes en su mayoría, ni siquiera disimulan en su
lenguaje cotidiano los deseos de movilizarse para lograr lo que
necesitamos: "¡Chama!, ¿Cuándo hacemos algo serio?", me dicen algunos
con rostros muy firmes…

Creo que entienden por algo "serio" alguna acción en concreto que nos
ponga en pie de lucha contra el sistema. Asumo en casi todos los casos
que no se refieren a una lucha armada, sino a las acciones de reclamo
popular que las masas han empleado desde siempre: manifestaciones,
huelgas, paros laborales, mítines y, más recientemente, toda la gama de
oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para librar, a través
de la red, estas "batallas".

Todas estas intenciones responden a que una buena parte de los cubanos
ya ha superado la etapa en la que se hace conciencia de la necesidad de
cambios urgentes y profundos en nuestra sociedad y ha alcanzado una
madurez superior en la que se asume que la velocidad en la toma de
decisiones, así como la implementación de las medidas gubernamentales,
no se ajustan a lo que el pueblo quiere y necesita. Por tanto, es
indispensable presionar con más fuerza y determinación desde una
vanguardia civil.

En este contexto es razonable hacerse un grupo de preguntas: ¿Cuál es la
mejor manera de comenzar un proceso mediante el cual el pueblo le exija
al gobierno franca y directamente los cambios que desea? ¿Quién o
quiénes deben organizar y liderar este proceso? ¿De qué forma y
utilizando qué medios de comunicación? ¿Qué actitud asumiría el gobierno
si comenzara en Cuba una ola de manifestaciones populares?

Para analizar estas cuestiones pudiéramos empezar por el final. Yo creo
que es seguro que el gobierno tiene previsto desde siempre y de muchas
maneras un posible escenario en el que ocurran levantamientos populares,
ya sea en la capital o en cualquier oscuro rincón del país.

Ya alguna vez en la historia de estos más de 50 años personas de manera
individual, pequeños o grandes grupos intentaron manifestarse y la
respuesta siempre fue la misma. Las tácticas empleadas por el gobierno
para sofocar de inmediato el desarrollo de estos eventos han sido la
utilización de sus fuerzas oficiales directamente o, más comúnmente, a
través de grupos organizados por ellos mismos para estos fines. O sea,
para hacerles su trabajo. Pero llama la atención la magnitud de la
fuerza que se emplea para enfrentar manifestaciones casi
insignificantes, (exceptuando tal vez los hechos de 1994 en los
alrededores del Malecón de La Habana).

Reitero entonces la pregunta: ¿Qué actitud asumiría el gobierno si
comenzara en Cuba una ola de manifestaciones populares?

Muchos creen que se acabaría el teatro y la verdadera cara del gobierno
militar quedaría al descubierto. Se actuaría de la misma forma que han
actuado todos los regímenes totalitarios cuando han visto amenazado su
poder. Los experimentos comunistas sobre todo tienen una historia común
en ese sentido. Tiene que ver con el hecho de que, al estar prohibidas
las manifestaciones para reclamar cualquier cosa (medida, ley, etc…),
cuando se manifiestan los pueblos que viven bajo estos regímenes es
porque ya el objetivo de esas manifestaciones es acabar con el sistema y
dar un giro total a la situación del país.

El gobierno cubano sabe esto perfectamente. Y, aunque como es lógico se
mantienen en secreto los detalles de los planes de contingencia, hay
cosas que ya están claras: primeramente que el país cuenta con todo el
equipamiento necesario para la lucha antimotines y ya ha hecho algunos
"despliegues ensayo" donde se ha podido apreciar que la intención es
prepararse para hechos de envergadura.

Hace poco pude conocer de una fuente confiable que en Puerto Padre se
organizó una fuerza llamada Brigada de Infantería Terrestre. Este grupo
de personas (unas trescientas, no precisamente gente culta ni preparada
en su mayoría) fue movilizado por las FAR para recibir un curso
teórico-práctico relacionado con la defensa; pero a la altura de la
conferencia número 4, los sorprendió la presencia de un oficial del
MININT que vino a impartir una clase magistral acerca de cómo reprimir
manifestaciones.

La primera frase de aquel oficial entendido en la materia fue: "Ustedes
han podido ver que en el mundo hay países que se están haciendo
ingobernables, ¿no? Pues bien, ¡¡¡hay que gobernarlos!!!"

Seguramente se refería a los recientes hechos revolucionarios en países
árabes. El oficial continuó: "aquí también puede pasar que los yanquis
paguen a un grupo de gente para que salgan a la calle, y en ese momento
hay que ser mas rápidos y efectivos que ellos para que no logren sus
propósitos".

Es sumamente importante notar en este discurso que no se deja espacio ni
opción alguna al hecho de que los cubanos, producto de la situación
económica, política o social del país, se manifiesten por voluntad propia.

Según sus palabras debemos entender que no existe la posibilidad ni
remota de que alguien salga a la calle a reclamar absolutamente nada,
excepto, que sea pagado por los yanquis. Ese es el único caso posible.

A partir de ese punto, el maestro enseñó a los expectantes alumnos,
técnicas de golpe, bloqueo, control, defensa en cordones, etc…

Esta brigada formada y entrenada en Puerto Padre actuaría en el vecino
municipio de Manatí. Siguiendo este principio, si hay "líos" en Puerto
Padre, vendrán de algún lugar personas entrenadas a golpearnos acá. Así
se evita que la gente se conozca y el factor piedad se reduce al mínimo.

http://www.diariodecuba.com/opinion/8986-la-gente-quiere-movilizarse

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