28-02-2011.
Elías Amor
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- En ocasiones, cuando quien gobierna carece
de interés por mejorar las cosas, o de antemano reconoce su incapacidad
para atender las demandas sociales, lanza "bombas de humo" para esconder
su incompetencia. El calamar, cuando se sabe en peligro, expulsa de su
interior una oscura tinta que le hace más fácil escapar de su enemigo.
El régimen castrista ha dado muestras, más que suficientes, a lo largo
de su historia, de actuar siguiendo este patrón irresponsable, cada vez
que las cosas se ponen feas. Con el Norte de África convulso tras la
caída de los antiguos socios del castrismo, en su mayoría sátrapas y
dictadores que han destrozado a sus pueblos de la misma forma que lo ha
hecho Fidel Castro y ahora su hermano Raúl, y con amplios sectores de la
sociedad cubana cada vez más preocupados por su futuro inmediato, al
régimen castrista no se le ocurre otra cosa que emitir ese reportaje
sobre los espías y los delatores dentro de los grupos de la disidencia,
que ha terminado siendo una ópera bufa de lo más oscuro, vergonzoso y
bochornoso en lo que puede caer un gobierno.
Más propaganda de consumo interno dirigida a un público cada vez más
limitado, y que se aproxima más a las rancias películas de James Bond de
los años 60, que la realidad de un país en el que la preocupación de los
cubanos por la futura eliminación de la canasta básica subsidiada y por
los bajos salarios surge en cualquier punto del país, los turistas lo
comentan abiertamente, nadie se calla y los primeros conatos de rebelión
se escuchan en las empresas extranjeras, en los barrios y en cualquier
sitio.
Sólo en estos términos se puede entender el programa reportaje que la
televisión castrista ha realizado para desvelar la identidad de Moisés
Rodríguez y de Carlos Serpa como agentes del espionaje castrista cuya
única finalidad en la vida es descubrir las actividades de los
opositores. Mientras que los cubanos discuten de otras cosas, como el
bajo poder adquisitivo de los salarios, los obstáculos de los cuenta
propistas para poder desarrollar sus proyectos, la elevada fiscalidad
que recae sobre las nuevas actividades, el comercio que sigue paralizado
o el transporte cada vez más deficiente, los Castro difunden en la
televisión controlada por el Estado un reportaje en el que lo único que
vale la pena es esa capitana, de nombre Mariana, cuyas dotes de actriz
le valdrían un papel estelar en cualquier novelón venezolano. Es
magnífica. La felicito.
El reportaje llega, además, en un momento especial para la secuestrada
opinión pública cubana, presa de temor e incertidumbre ante el próximo
VI Congreso del gobernante Partido Comunista, único autorizado por el
régimen, en el mes de abril, que debe aprobar un programa, los llamados
"Lineamientos" que son el origen del amplio malestar que se extiende por
la sociedad.
Si en vez de difundir noticias infames sobre la vida y obra de personas
de una dignidad probada y de una valentía fuera de todo contexto, como
las Damas de Blanco o los grupos de opositores que día a día se juegan
la vida contra un régimen infame que los condena a prisión sin ningún
problema y los considera "enemigos" y no adversarios, se preocuparan de
atender de forma eficiente las demandas de la sociedad cubana, todo
sería muy distinto. "
Los cubanos, que hasta ahora han disfrutado de unos niveles mediocres de
salud y educación gratuitas, se están preparando para lo peor, con
salarios mensuales de 17 dólares, que apenas alcanzan para adquirir los
alimentos básicos en los mercados agropecuarios. La amenaza de inflación
está servida y la oscura lacra del desempleo masivo empieza a golpear a
las destruidas viviendas de las familias cubanas.
Si en Cuba, como cualquier otro país del mundo, se divulgaran libremente
datos de encuestas sobre lo que piensan los cubanos, podríamos comprobar
que a los ciudadanos les trae sin cuidado la propaganda y la
manipulación del régimen contra los opositores, y que preocupan mucho
más los impuestos que deben pagar los propietarios de negocios,
considerados altos, y sobre todo, la doble moneda, que genera grandes
desigualdades entre los que tienen acceso al dólar o el euro, y los que no.
Los Castro están perdiendo una oportunidad histórica para hacer las
cosas de manera adecuada. Con este tipo de reportajes manipulados,
vuelven a enterrar el hacha de guerra y se tiene la impresión de que
están preparando a los sectores residuales y marginales que aún se
alimentan de los principios ideológicos de los desechos de la llamada
"revolución", para salir a la calle y provocar actos de repudio, con la
mirada complaciente de la policía. Sucesos como los del "Maleconazo" en
1994 que sacaron a las masas a protestar contra el castrismo, están a
punto de provocarse, y ahora con las cámaras de televisión circulando
por las calles de La Habana, los móviles y muchos más medios de
comunicación en internet, el silencio no servirá para la impunidad.
Sinceramente, como cubano español me produce desprecio un reportaje como
el que presentó la televisión cubana sobre los disidentes. Acostumbrado
a la libertad de expresión que existe en España, no puedo menos que
aceptar este tipo de exposiciones barriobajeras, pero desde aquí
denuncio que por ese camino difícilmente se avanzará hacia la necesaria
reconciliación de todos los cubanos.
Recuerdo en España, como en época del dictador Franco, a los comunistas
españoles del exilio se les presentaba más o menos igual. Luego resultó
que eran un montón de ancianos simpáticos y progres que tuvieron su
reconocimiento por la democracia española. La fuerte sociedad española
de clases medias de aquella época tenía su mente puesta en otras cosas
mucho más prácticas, como deshacerse del franquismo, lo que el Rey y
Suárez hicieron con valor.
Ojalá que en Cuba sucediera lo mismo. Lo deseo de todo corazón, pero
echo a faltar una sociedad de clase media (en Cuba existe una sociedad
empobrecida por el modelo económico comunista del castrismo), un jefe de
estado con voluntad democrática (en Cuba no existe) y un Suárez que,
ojalá esté en algún sitio, esperando su momento más oportuno. Ojalá que
reportajes como éste de los peones del imperio, no tengamos que
sufrirlos más. Yo lo he visto una sola vez y ya le he dicho adiós.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31421
No hay comentarios:
Publicar un comentario