cubana
"Moratinos debería preocuparse más por los cubanos y menos por los Castro"
A pesar de las constantes amenazas y presiones que recibe por parte del
régimen castrista y sus seguidores, la activista Yoani Sánchez se
muestra optimista de cara al futuro. Entrevistada por EL IMPARCIAL, la
opositora cubana cree que los hermanos Castro empiezan a mostrar
síntomas de debilidad y que el proceso de reforma política en la isla
está en marcha. Por otra parte, Sánchez lanza un mensaje al ministro de
Asuntos Exteriores, Moratinos, para que se replantee la postura del
Gobierno español que, a su juicio, se centra en exceso en el oficialismo
y no tanto en la ciudadanía.
Borja. M. Herraiz
22-09-2010
¿Cómo valora las polémicas declaraciones de Fidel a principios de mes en
las que señalaba que el modelo cubano ya no servía?
Creo que ese ha sido el arranque de sinceridad más auténtico que ha
tenido Fidel Castro desde que yo le conozco, hace ya varias décadas.
Después se retractó, pero ya estaba dicho. Evidentemente fue un desliz
verbal, pero sus declaraciones encierran lo que muchos cubanos pensamos.
Que el modelo cubano, que ni siquiera es un socialismo sino un
'fidelismo' a la carrera hecho a imagen y semejanza de un líder, sea
criticado por el hombre que lo creó es la evidencia de lo profundo que
ha calado el sentimiento de naufragio. Hasta el propio creador, el gran
autócrata, determina que su obra no ha sido tal y como pensó.
¿Comparte usted la opinión de los que piensan que estas declaraciones
podrían ser un agravio a su hermano Raúl y lo desautorizan para reformas
futuras?
Probablemente, pero yo no me creo mucho esta representación teatral que
protagonizan Fidel y Raúl, esta fachada de policía bueno y policía malo,
uno más reformista y el otro más anclado al inmovilismo. Opino que los
dos tienen un objetivo común: conservar el poder para un clan familiar y
militar. Creo que estas supuestas contradicciones públicas no buscan
otra cosa que desviar la atención. Pero, al final, los dos anhelan lo mismo.
Esta misma semana, el gobierno cubano anunciaba un paquete de medidas
económicas encaminadas a "actualizar el socialismo" en palabras de las
propias autoridades isleñas. ¿Son verdaderos elementos reformistas o una
simple fachada para hacer olvidar las palabras de Fidel?
Creo que estas medidas están en una línea acertada en el sentido de que
abren un espacio a la iniciativa y buscan deshacer de alguna manera la
centralización. Sin embargo, como todos suponemos, el actual sistema
cubano no es mejorable. Cuando se hagan algunos ajustes para amoldarse a
los nuevos tiempos, el sistema entero puede resquebrajarse y eso es lo
que me parece que puede empezar a ocurrir a partir de ahora.
Raúl Castro, empujado por la situación económica y por las finanzas del
país, que llevan varios años en números rojos, ha tenido que abrir estas
pequeñas válvulas al trabajo por cuenta propia y ha comenzado una serie
de recortes en empleos, que eran la gran pesadilla del gobierno. Una
cosa es lo que planea el castrismo con estas medidas, supuestamente
actualizar el modelo, y otra lo que realmente va a ocurrir.
En los últimos meses, decenas de opositores cubanos han dejado la isla
para ser acogidos en España y otros países. ¿Cree que esta estrategia es
una verdadera vía de reconciliación o una maniobra de distracción del
régimen?
La excarcelación de esas personas ha significado un paso positivo. Pero
no ha sido un logro en las mesas de negociación tal y como se ha querido
mostrar al mundo. Ha sido un éxito que los cubanos le han arrancado al
poder. Uno de esos ciudadanos ha sido Orlando Zapata Tamayo, que murió
encerrado en una celda y que llamó la atención sobre la situación de los
derechos humanos en Cuba. Pero también hay que mencionar a las damas de
blanco, a Guillermo Fariñas o a la Iglesia católica.
Sin lugar a dudas, es un paso positivo. Lo que pasa es que hasta ahora
no ha sido liberado ninguno de los prisioneros de la 'Primavera negra'
que haya podido quedarse dentro de la isla. La excarcelación está
vinculada a la deportación y eso es muy triste, ya que se repite la
vieja fórmula de librarse de los críticos.
Creo que, hasta que Raúl Castro no coja el micrófono y diga que en Cuba
nadie más será encarcelado por motivos de opinión, estamos en las
mismas. El aparato militar y el policial siguen siendo coercitivos y
siguen penalizando la discrepancia.
¿Cómo valora el papel de mediador de la Unión Europea y,
específicamente, del Gobierno español?
Bruselas y el Gobierno de España han servido de puente para que Cuba
haya encontrado una salida a una crisis interna que, al aparecer estos
actores de fuera, se convierte en un problema entre gobiernos aunque no
tuviera su origen ahí. La raíz está en una disputa entre las autoridades
cubanas y sus ciudadanos. Lo que pasa es que, como a nosotros no nos
dejan sentarnos en esa mesa de negociación, el gobierno ha tenido que
buscar interlocutores en la jerarquía eclesial y en gobiernos extranjeros.
Pero, sin lugar a dudas, la mediación extranjera ha sacado del
atolladero el diálogo, pero es insuficiente todavía. No creo que los
éxitos hayan sido tan notables como para variar la posición tras las
excarcelaciones, que son parte de un error que se cometió hace siete
años. Lo que se ha hecho es subsanar el error, pero nada más.
Al Gobierno español se le ha criticado mucho por el papel que ha
desempeñado en el asunto de los disidentes y en cómo ha tratado a la
oposición al castrismo, ¿comparte estas críticas?
Muchos gobiernos, entre ellos el español, han basado sus políticas hacia
Cuba en la diplomacia. Creo que eso es un gran error. Miguel Ángel
Moratinos debería orientar las políticas más hacia los cubanos y menos
hacia el oficialismo de los hermanos Castro. Además, se tiene que acabar
con la falsa impresión de que Cuba es los hombres que la gobiernan. Para
nada. Esta isla es plural en la que hay muchas tendencias.
De sugerir algo, creo que sería el implementar una política encaminada a
la ciudadanía y no tantas conversaciones al más alto nivel diplomático.
Tenderles una mano informativa, material y política a los cubanos. En mi
opinión, se pierde mucho tiempo dando tanta importancia a lo que dicen
nuestras autoridades y desoyendo a la población.
¿Qué futuro le ve al proceso de reforma político y social en la isla?
Me considero optimista a largo plazo y pesimista a corto plazo. Los
próximos meses se presentan difíciles, ya que el gobierno está
implementando una serie de medidas de choque rayando con el liberalismo
más feroz. Prueba de ello es que el único sindicato de la isla ya ha
anunciado despidos, lo que no deja de ser un caso único en el mundo.
Por otro lado, la economía está en un punto tan catastrófico que es
difícil remontar el vuelo sin la inversión extranjera y si no se le da
un empujón a la iniciativa privada sin camisas de fuerza. Hasta ahora, a
lo que el gobierno de Raúl Castro incita es a abrir el empleo por cuenta
propia, pero sólo en algunas profesiones muy concretas y bajo
condiciones muy restrictivas. De esta manera, en los próximos años
presenciaremos cómo se irán yendo los cubanos a raudales de esta isla,
ya sea a través de la nacionalidad española con la Ley de nietos o
escapando por el mar. Mientras, al gobierno lo veremos envejeciendo en
el poder, allanando el camino a una nueva generación política a la que
ya se le ha pasado el momento y manteniendo el status quo con algunas
pequeñas burbujas de libertad.
Sin embargo, también veo, y esta es la parte positiva, que el gobierno
cubano está perdiendo y va a perder en los próximos meses el monopolio
informativo. Un sistema que se ha basado en el silencio, en el ocultismo
y en el secretismo es bastante frágil cuando empieza a circular de
manera constante la información sobre lo que ocurre de verdad. Vamos a
vivir un momento de crítica ciudadana que puede presionar a la comunidad
internacional para que apriete al castrismo, para que haga reformas más
profundas que le pueden costar el poder de forma definitiva.
Lo que va a ocurrir ya está escrito en los libros: reforma del sistema y
apertura de pequeños espacios que van a traer la autonomía económica que
conllevará independencia política e ideológica para los cubanos. De este
modo, tendremos un país próspero en el que la gente no quiera escapar
para realizar sus sueños, en el que podamos decir quién nos gobierna.
Pero ese cambio del que habla, ¿emanará de los cubanos o de la presión
exterior?
Como hay tanto cubano fuera de la isla y existen tantas implicaciones
internacionales, va a tener que ser un proceso a dos bandas, sobretodo
teniendo en cuenta que dentro de la isla nos tienen amordazados. Hay que
crear una fuerte presión internacional, se va a tener que poner en el
banquillo de los foros internacionales al castrismo recordándole que es
un gobierno que no permite expresiones democráticas en su propio país.
En este sentido, la presión exterior es clave. Pero, por otro lado, creo
que la puntilla la daremos los cubanos desde dentro.
Pasando a un plano más personal, ¿cómo es la vida diaria de Yoani Sánchez?
En primer lugar, yo trato de que no me encasillen en el papel de
víctima. No quiero que ni la represión ni el acoso me neuroticen. Eso me
ha permitido llegar hasta donde estoy ahora porque la presión ha sido
muy fuerte, en especial desde marzo de 2008.
Partiendo de ahí, podría decir que raro es el día en el que no hay gente
debajo de mi casa bailando y haciendo ruido, siguiéndome por la calle,
señalándome, sacando fotografías a todas aquellas personas con las que
hablo, etc. Esto llega a ser, por momentos, paralizante, ya que hay que
unirle un grado muy alto de satanización social. Intentan por todos los
medios que la gente que me rodea no pueda contactar conmigo. Pero,
afortunadamente, ya han pasado los tiempos en que los castristas podían
aislar totalmente al inconforme.
¿Ha llegado a sentir miedo?
El miedo es un componente que siempre está. No puedo decir que no lo
siento porque sería un alarde de valentía que no tengo. He tenido dos
incidentes violentos, el 6 de noviembre y el 24 de febrero pasados, con
policías no uniformados y está claro que eso ha hecho que ahora mire por
encima del hombro en cada momento. Pero intento que nada de eso me
paralice porque eso es lo que buscan.
Esta semana le han vuelto a denegar el visado de salida y ya son unas
cuantas veces...
Llevo tres años intentando salir de esta isla para asistir a diferentes
eventos como al premio Ortega y Gasset que me concedieron en 2008.
Lamentablemente, los cubanos seguimos siendo niños pequeños que han de
pedir permiso a 'papá Estado' para salir de casa.
El visado me ha sido negado ya en siete ocasiones. Pero, en lugar de que
eso se convierta en un elemento de olvido para los que me esperan fuera
o me quieren conocer, ha provocado todo lo contrario. El hecho de no
dejarme salir de Cuba se ha convertido en un incentivo para seguir
trabajando.
¿Y cuáles son los argumentos que esgrimen las autoridades cubanas para
negarle la salida de la isla una y otra vez?
El derecho inalienable de cualquier ciudadano a salir y entrar en su
país está en manos del Ministerio del Interior, que está dirigido por
militares que no dan explicaciones. Las ocasiones en las que he
solicitado el visado me han respondido con una frase críptica como
"usted no está autorizada a viajar" o "usted no puede viajar por el
momento". Es su manera de penalizar mis opiniones al tiempo que me toman
como ejemplo frente al resto de cubanos y decirles: "no seais como Yoani
Sánchez".
Para contactar con el autor: borja.mota@elimparcial.es
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