La fuerza de la verdad
Sitios web oficialistas como Cubadebate no escatiman en eliminar 
comentarios incómodos
Martes, septiembre 27, 2016 |  Roberto Jesús Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba.- El boletín de Cubadebate del pasado 9 de septiembre 
publicó dos artículos interesantes. Uno de ellos, escrito por L´Altra 
Mantova, fue titulado con una frase de Frei Betto: "Prefiero equivocarme 
con los pequeños que acertar con los grandes". Más allá del análisis al 
que incita la frase del teólogo brasileño, me sorprendió que la autora 
calificara a la señora Rosa Miriam Elizalde ―directora del sitio― como 
"vaticanista", un calificativo exagerado, a no ser que la Mantova 
considere que haber viajado con el Papa Francisco en el avión que lo 
trasladó a Cuba y los EE.UU baste para endilgarle tal calificativo a 
Rosa Miriam.
De modo que envié este comentario: "Me maravilla la prodigalidad de 
nuestros medios para colocar calificativos. Apenas un joven músico forma 
una banda y logra un éxito y ya es un maestro y aquí leo que Rosa Miriam 
Elizalde ya es 'vaticanista', realmente da risa".
Como mi nombre no es bien recibido en el sitio, usé el seudónimo "Tingo 
Talango", pero diez minutos después habían eliminado el comentario.
Ese mismo día publicaron otro artículo de Néstor del Prado con el título 
"Cultivar la memoria histórica es más necesario que antes, pero debemos 
hacerlo bien". Y remití esta opinión, de la que he eliminado algunas 
referencias personales por razones de espacio: "Me alegra que Cubadebate 
esté abordando temas de tanto interés como éste de la enseñanza de la 
Historia".
Coincido en que el aprendizaje de la materia debe ampliarse con 
materiales audiovisuales y libros, entre los que privilegio las memorias 
históricas, pero no creo que los estudiantes dispongan de tanto tiempo 
para investigar. Lo cierto es que la Historia se escribe según el 
interés de los vencedores y a veces sin develar los momentos menos 
brillantes de los héroes. Por ejemplo: La Protesta de Baraguá es uno de 
los hechos más relevantes de nuestra primera guerra de independencia, 
pero nada se dice sobre lo que ocurrió menos de dos meses después de que 
Maceo afirmara que iba a seguir combatiendo hasta morir.
Me sentí desconcertado cuando leí, en el Diario de Figueredo, que poco 
después de la Protesta de Baraguá, Maceo solicitó salir del país, 
concertó otro encuentro con Martínez Campos y hasta celebraron un 
fraternal almuerzo en San Luís. Martínez Campos facilitó la salida de 
Maceo y de sus familiares hacia el extranjero. Indagando, leí en el 
Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba que el patriota 
José Ramón Leocadio Bonachea fue el único que se mantuvo luchando con un 
grupo reducido de hombres, durante catorce meses, después de la Protesta 
de Baraguá. Fue un patriota extraordinario,  desconocido para la mayoría 
de los cubanos. Él es, en mi opinión, quien representa el real espíritu 
intransigente de la primera guerra de independencia, aunque nos hayan 
enseñado lo contrario.
Otra figura controvertida es la de Narciso López. ¿Hasta cuándo vamos a 
seguir hablando de la actitud inicial de este hombre y seguiremos 
olvidando que no sólo fue quien hizo ondear por primera vez nuestra 
bella bandera en Cárdenas sino que también fue el primero que se levantó 
en armas por la independencia de Cuba? Nada se dice de que redactó una 
Constitución en la que se plasmaba el derecho de Cuba a ser 
independiente. Esto ocurrió 17 años antes del grito de La Demajagua. Sin 
embargo todavía siguen calificándolo como anexionista cuando en realidad 
ya había superado esa etapa. Muy poco se ha escrito en Cuba sobre este 
patriota nacido en Venezuela. Lo más que aprendí de él  fue gracias a 
una novela de Julio Travieso titulada "Cuando la noche muera", premio 
UNEAC de novela en 1981.
La historia la escriben los vencedores y esa es la que nos han enseñado… 
hasta ahora. Dudo mucho que en una sociedad como la nuestra, intolerante 
y discriminadora en lo político y social con quienes no aceptan el 
proyecto impuesto, que se desentiende de lo establecido en los artículos 
41 y 42 de la Constitución, pueda lograrse el clima de respeto y el 
diálogo necesarios para un debate científico como el que menciona el 
profesor.
Espero que esta vez Cubadebate no suprima mi comentario y me convenzan 
con argumentos. Para eso cuentan con muchos doctores y maestros en 
Comunicación Social. Yo sólo soy un lector curioso.
Pero este comentario ni siquiera pasó el umbral de la aceptación. Pensé 
que se trataba de un error de la red y reenvié el correo pero entonces 
en la pantalla de la PC apareció un mensaje que decía: "Comentario 
duplicado: ¡parece que ya había sido enviado antes!".
Esta es la cara oculta de Cubadebate. Al final del comentario los retaba 
a que me convencieran con argumentos porque tengo la convicción de que 
la verdad no puede ser vencida en un debate democrático, algo muy temido 
por el castrismo y sus testaferros. Por eso no publicaron estos 
comentarios ni publican los de otros foristas que se atreven a disentir.
Debido a estos comentarios mi esposa dejó de recibir el boletín de 
noticias desde el doce de septiembre hasta el pasado sábado 24 y me ha 
rogado que no envíe ni un comentario más al sitio para no verse privada 
de la lectura de las crónicas de Amaury Pérez. Cumpliré su petición, 
aunque me gustaría que escogiera lecturas más exigentes y entendiera que 
la represalia no se debe a mis comentarios sino al fariseísmo de quienes 
dirigen en Cubadebate y, sobre todo, a la fuerza de la verdad.
Source: La fuerza de la verdad | Cubanet - 
https://www.cubanet.org/opiniones/la-fuerza-de-la-verdad/
 
 
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