El señor Capote y la prensa independiente cubana
Por algo será que el exagente de la Seguridad del Estado y sus similares
le dedican tanta atención
Jueves, septiembre 29, 2016 | Roberto Jesús Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba.- El periódico Granma, en sus ediciones
correspondientes a este viernes 23 y el sábado 24 de septiembre, publicó
sendos artículos del señor Raúl Antonio Capote, exagente de la Seguridad
del Estado, donde este arremete contra la prensa independiente cubana y
el libre acceso a Internet que, como sabemos, es un derecho reconocido
por la ONU pero está restringido en regímenes totalitarios como el cubano.
La presencia de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(TIC) en la cotidianidad se ha convertido —aún en las sociedades menos
avanzadas tecnológicamente— en un fenómeno trascendente cuyos impactos
está aún por definir. Uno de ellos está relacionado con el
empoderamiento ciudadano, puesto que el acceso a la información y la
posibilidad de participar en los debates que propician las redes amplían
la libertad personal, sobre todo para quienes vivimos bajo regímenes
totalitarios. También está por ver cuánto pueden aportar las TIC a la
participación efectiva de los ciudadanos en el control del gobierno y en
la toma de decisiones con una rapidez y transparencia nunca antes posible.
De ahí que resulta comprensible que dichos regímenes teman a la
democratización de las TIC. En el caso de Cuba los intelectuales
defensores del castrismo proclaman el derecho a la diversidad y la
necesidad de un debate público sobre todos nuestros problemas, pero eso
es de labios hacia afuera, porque en la práctica sus medios son
discriminatorios y jamás han permitido que en sus debates se expongan
las ideas de los cubanos que defienden otro proyecto de país diferente
al suyo.
Según el señor Capote, "la llamada Prensa Independiente, formada,
entrenada y pagada desde Estados Unidos, a través de la SINA en La
Habana, no logró nunca ser creíble; desprestigiada y disminuida entró en
una crisis sin salida y dejó de ser útil".
Es evidente que el señor Capote confunde sus deseos con la realidad. Si
estuviera en lo cierto no habría dedicado a esa prensa once de los
quince párrafos de la primera parte de su artículo, sobre todo para
denostarla. Por algo será que él, y otros como él, le dedican tanta
atención. Porque si esa prensa fuera inefectiva, mentirosa, mercenaria,
etc., etc. —como él afirma—, es obvio que un pueblo tan maduro
políticamente como el cubano —según dicen nuestros dirigentes— no le
prestaría ninguna atención ni se dejaría confundir por ella. Sin
embargo, es el gobierno el que impide que la prensa independiente
circule libremente en Cuba y es él quien bloquea sus páginas en
Internet. ¿Por qué esas medidas ante una prensa derrotada, señor Capote?
¿Cuál es del miedo?
Por supuesto que en la abundante lista de acusaciones no podía faltar el
término mercenario. Como no tengo el derecho de hablar por mis colegas
voy a referirme a mi experiencia personal en CubaNet, donde trabajo
desde hace cuatro años y unos meses. Soy periodista independiente por
decisión personal y porque a pesar de que el gobierno cubano asegura
públicamente que "nadie será abandonado a su suerte", después que salí
de la cárcel en el 2003 jamás me ha permitido ejercer la carrera de
abogado. Esos mismos dirigentes, que se llenan la boca para afirmar que
Cuba es el campeón de los derechos humanos, me han discriminado y
humillado a su antojo y me han negado el derecho al trabajo y hasta el
de participar en la vida cultural de mi país como escritor. Por eso,
para ganarme la vida honradamente me convertí en periodista
independiente con todos los riesgos que esa labor tiene en una dictadura.
En CubaNet jamás me han indicado sobre lo que tengo que escribir, algo
que, como sabe el señor Capote, es bien distinto en los medios
oficialistas controlados por el departamento ideológico del partido.
Tampoco eso me ha ocurrido con la dirección de Primavera Digital, un
medio con el que colaboro ocasionalmente sin cobrar un centavo. Digo
más: quien entre a las páginas de esos medios comprobará que en ellos
escriben personas con posiciones ideológicas que van desde la derecha
hacia la izquierda y hasta alguno que desea que Cuba vuelva a depender
de España. Así de rica es la diversidad humana, así de saludable es la
libertad cuando deja a los ciudadanos el derecho de formar su propio
juicio sin necesidad de que los mandantes les indiquen qué leer y qué no.
A los periodistas oficialistas no sólo les indican los temas sobre los
que deben escribir sino que si se equivocan ya saben lo que les espera.
El último caso ocurrió con un joven de Holguín, pero la lista es muy
larga. Todos ustedes, señor Capote, son pagados por el partido para que
defiendan su programa y los más disciplinados y talentosos reciben
autos, casas y viajes al extranjero pagados por el castrismo. ¿Qué
nombre le ponemos a eso, señor Capote?
Más allá de estas habituales rabietas intelectuales hay una realidad
inevitable: Nadie, ningún gobierno, individuo o partido, por poderoso
que sea, puede impedir el triunfo de la verdad y de la libertad en la
conciencia de los individuos, mucho menos cuando están favorecidos por
la tecnología.
Parafraseando al gran poeta cubano Eliseo Diego, solamente le digo al
señor Capote que le dejo el tiempo, ése que muchos como él no desean que
llegue, pero que algún día se instalará definitivamente en Cuba "con
todos y para el bien de todos".
Source: El señor Capote y la prensa independiente cubana | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/el-senor-capote-y-la-prensa-independiente-cubana/
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