3 de agosto de 2012

Limpian las calles de harapientos para los Pastores por la Paz

Limpian las calles de harapientos para los Pastores por la Paz

Mario Félix Lleonart cuenta como la XXIII Caravana de los Pastores por
la Paz llegó menguada esta vez y tuvo muy poca cobertura en los medios.
Cortesía de Mario Félix Lleonart
agosto 03, 2012

Ayer se marchó de Cuba la XXIII Caravana de los Pastores por la Paz. No
tuve ningún contacto con ellos, no se propició, solo seguí a distancia
las actividades que les planificaron, si bien este aňo, a diferencia del
anterior, fueron traídos a los poblados más cercanos a mi terruño
Taguayabón, tales como Caibarién, Remedios, Camajuaní y Vueltas.

Como se dice en buen cubano, me picaron cerquita, aunque a Taguayabón en
particular solo le miraron fugazmente a través de las ventanillas de sus
buses. Yo que el año pasado escribí que nunca los habíamos tenido por
esta zona, ni a ellos, ni mucho menos a sus ayudas humanitarias, ahora
no podré escribir lo mismo, al menos de ellos, porque sus ayudas siguen
tan distantes como antes.

Es probable que al pasearles por estos poblados de las Villas a ellos
hasta les haya parecido que por lo menos acá no hay necesidad de
repartir sus contenedores y por ello descansan en esa tarea de la
repartición en las autoridades cubanas o en instituciones que gozan de
su visto bueno, ¡si ellos supiesen que previo a su arribo a estos lares
se produjo una verdadera cacería humana donde todos los indigentes y
marginales, cuya proporción tristemente aumenta cada día, fueron
atrapados y detenidos en grosero y descarado operativo hasta que los
caravanistas fueron conducidos de regreso, de esta forma no se causó a
estos visitantes tan ocasionales la mala impresión que cotidianamente
puede apreciarse. No se tuvo en cuenta ni importó en lo más mínimo a las
autoridades el escándalo que esto ocasionó, especialmente en una
población tan concentrada como la de Vueltas donde fue particularmente
notorio. Se realizó una verdadera limpieza humana para no afectar la
pulcritud de los visitantes extranjeros.

El que les trajeran a mi zona no fue la única diferencia que encontré en
la Caravana XXIII con respecto a la XXII. Se notó esta vez por ejemplo
la ausencia de Ellen Berstein quien en la experiencia anterior venía al
frente como sustituta de Lucius, y no extrañó solo su ausencia física
sino el silencio total de los medios oficiales respecto a su persona
contrastando con el trato de heroína que se le concedió el año pasado
como líder de la caravana.

También fue extremadamente notable cómo el número de los caravanistas se
redujo a menos de la mitad de los que vinieron el año pasado. Esto
obedece a que, aún con todas las medidas profilácticas tomadas para
contrarrestar esto por parte de las autoridades cubanas, cada vez
resulta más difícil conseguir personas sensatas que no se percaten que
les están pasando gato por liebre, salvo a jóvenes inexpertos, en número
considerable teniendo en cuenta el número total de los caravanistas, que
aprovechan esta posibilidad para tener una aventura "revolucionaria", a
la vez que encuentran una manera barata de pasar unos días de sus
vacaciones atendidos como reyes, disfrutando entre uno y otro acto
político de algunas de las bondades que el régimen que impera en Cuba
les concede a ellos al mismo tiempo que se las niega a la mayor parte de
su propio pueblo.

Que contradictorio se me hace el civismo del que alardea el grupo,
capaces como son de conseguir mas de cien toneladas de ayuda humanitaria
tras recorrer numerosas ciudades y hacerlas traspasar las fronteras
Canadá-EE.UU y EE.UU-México, con la forma tan sumisa con la que se dejan
conducir como borregos por el territorio cubano. No tiene gracia
comportarse valientes allá ante un gobierno democrático que finalmente
les permite pasar sin mayores dificultades para venir a rendir pleitesía
ente un régimen autoritario que niega la mayor parte de los derechos que
ellos defienden para el pueblo cubano. No esperaba verlos por mi zona,
debo reconocer que en esto me sorprendieron esta vez quienes les
llevaron, pero donde me quedó bien claro el control total que le
entregan al gobierno de acá fue cuando, por más que busqué, no encontré
a ninguno de ellos en la Parroquia San Salvador del Mundo donde uno de
los activistas políticos cubanos de mayor renombre recibía honras
fúnebres, ni en el cementerio de Colón para su multitudinario sepelio.

La muerte de Oswaldo Payá fue sin dudas el mayor acontecimiento que tuvo
lugar en la isla durante la estancia de esta XXIII Caravana. Los
caravanistas que sin dudas si poseen el acceso a internet del que carece
la mayor parte del pueblo de Cuba, saben que este hombre brillante
realizó su activismo inspirado en la doctrina social de la iglesia, la
misma en la que dicen sustentar la suya los Pastores por la Paz. Fue por
ello que no pude evitar mi limitado gorjeo en twitter a través de mi
cuenta @maritovoz y por lo menos tuve que decir: Esperaba 23 Caravana
#PastoresPorLaPaz presente en #Cuba iria a misa por #OPS pero el coraje
civico lo dejaron cuando cruzaron la frontera.

Este artículo ha sido publicado originalmente en el blog
cubanoconfesante.com.

http://www.martinoticias.com/content/article/13426.html

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