La democracia cristiana de Cuba pierde a su mayor exponente
(www.miscelaneasdecuba.net).- Luego de la triste noticia de la muerte de
Oswaldo Payá Sardiñas, un grupo de compatriotas nos reunimos en medio de
este dolor para dar el último adiós al que fuera el principal gestor
del Proyecto Varela y mayor exponente de la democracia cristiana en
nuestro país. Atributos, que el periódico Granma, la página digital
Cubadebate y otros medios informativos gubernamentales pasaron por alto
en sus misteriosas y raquíticas alusiones al incidente.
Erigido Coordinador Nacional del Movimiento Cristiano Liberación (MCL
fundado a finales de la década del 80), Payá puso en marcha el Proyecto
Varela a principios de 1998. Una iniciativa que resultó ser -aunque no
el único- su principal instrumento de lucha. De tal manera, que jamás
cejó en la posibilidad de desembalar los entresijos que ofrecía la
propia Constitución de la Republica Socialista de Cuba, para lograr un
referéndum que iniciara la liberalización de los cubanos.
Un esfuerzo que puso a prueba su creciente capacidad de liderazgo no
solo dentro del MCL, sino también dentro del abanico opositor cubano, a
quien tres años después de crear el Proyecto Varela, sin más interés que
el bien de la patria, concertaría a través de un llamado, a fin de
obtener el necesario apoyo nacional que requería la iniciativa, para
tocar las puertas de los cubanos.
Y aunque algunos sectores de la oposición en aquel momento, desestimaron
la propuesta de Payá por estar imbuidos en otros proyectos que
consideraban más importantes, logró con un sorprendente altruismo, el
valioso y vital apoyo dentro del seno de la coalición "Todos Unidos", un
movimiento que llegó a agrupar a una gran parte de la oposición
democrática pluripartidista, al que Payá le impregnó la suficiente
confianza y fortaleza, para expandir la iniciativa que decididamente se
vio apoyada por un considerable sector de la población cubana. Un hecho
que denotó como nunca, la mayor unidad cívica, que se ha visto en todo
el periodo de lucha pacífica contra el régimen militar de Cuba.
Bajo su aguda entereza, y con ayuda de valiosos cubanos, Payá logró para
el 2002 sin propaganda, sin medios, sin recursos, y bajo la más estrecha
vigilancia de la temible policía política, compilar las 11 mil veinte
firmas que se entregaron en la Asamblea Nacional. Este empuje cívico, al
que se le añadió posteriormente otras catorce mil firmas de cubanos,
pondría por primera vez contra la pared a la dictadura de Fidel Castro.
Quien con la equívoca e inicua decisión de manipular a la población para
transformar, la ya de por sí, contradictoria constitución cubana, y
ordenar la mayor ola represiva contra 75 pacíficos opositores en marzo
del 2003, precipitó la desmoralización internacional de la Cuba comunista.
Oswaldo Payá, nacido en 1952 y con un largo historial dentro del
movimiento prodemocrático cubano, fue una de las figuras más prominentes
de la oposición al sistema comunista. Su reconocimiento trascendía,
entre los más altos exponentes de la Democracia Cristiana Internacional.
Razones, que sin lugar a duda tuvo en cuenta, la taimada, fría y
calculadora mentalidad de la dictadura comunista para no encarcelarlo en
la ola represiva del 2003, ya que sabía cuánto más costaría encerrar
al premio Sajarov 2002. Galardón que le otorgó el Parlamento Europeo por
su valioso aporte a la lucha por la libertad de los cubanos.
Este domingo 22 de julio, Cuba perdió uno de los más grandes maestros de
la lucha pacífica no violenta en defensa de los derechos humanos. A su
sepelio asistieron, varios presos políticos de los 75 y muchísimos
colegas que durante años han pertenecido a la oposición democrática.
Junto a ellos, y conllevando el mismo sentir se encontraba un enorme
grupo de demócratas del variado segmento del Movimiento Cívico actual,
que como un solo ejército se desplegó, primeramente en la Iglesia
Católica Salvador del Mundo de la barriada del Cerro, y posteriormente
en el cementerio Colón, a fin de presentar respeto póstumo a la figura
de Oswaldo Paya Sardiñas.
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