15 de agosto de 2012

Entierro de Payá: "un coronel daba palmazos sobre el carro fúnebre"

Entierro de Payá: "un coronel daba palmazos sobre el carro fúnebre"

Opositor detenido durante funerales de Payá describe lo vivido: A golpes
y empujones caímos al suelo mientras un coronel daba palmazos sobre el
carro fúnebre ordenándole que saliera.
martinoticias.com
agosto 15, 2012

El reverendo Ricardo Santiago Medina Salabarría ex preso político y
miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Cuba Independiente y
Democrática (CID) escribió una crónica donde recoge lo vivido por un
grupo de miembros de la sociedad civil cubana detenidos cuando se
unieron al cortejo fúnebre con los restos mortales de Oswaldo Payá Sardiñas.

"Participé en la misa de exequias presidida por el cardenal Jaime
Ortega, asistido de seis obispos y varios sacerdotes, entre los obispos
se encontraba el de Granma, solidarizado con los sucesos ocurridos en su
diócesis.

Con una inexplicable mezcla de recogimiento, orgullo y satisfacción
escuché con detenimiento las fuertes y radiantes palabras de
agradecimiento y denuncia de Rosa María Payá, hija de mi desaparecido
hermano. Me parecía increíble que aquella niña que conocí manifestara
esa fortaleza interior en un momento tan difícil, y aplaudí con ímpetu
terminada sus palabras. Después los clérigos no salieron en procesión,
si no que se retiraron por una de las puertas diaconales que dan acceso
a la sacristía.

Hicimos una senda a ambos lados para dar paso al ataúd de Payá. Un mar
de personas del pueblo estaba reunido para ver y despedir al fundador
del Movimiento Cristiano Liberación. Se coordinaba en que transporte
salíamos al cementerio. La inseguridad del estado estaba vestida de
civil (se refiere a la Seguridad del Estado).

Coroneles y tenientes coroneles dirigiendo un cordón de policías
detenían el carro fúnebre en Peñón y Calzada del Cerro. Exigían saber el
recorrido del funeral. Tenían toda la intención de no permitir que lo
acompañáramos.

"Guillermo Fariñas me dijo: "tienen guaguas, que nos las pongan a
nosotros para ir al entierro". Las guaguas eran para el arresto. Como
exigíamos acompañar a Payá se lanzaron contra nosotros. A golpes y
empujones caímos al suelo mientras un coronel daba palmazos sobre el
carro fúnebre ordenándole que saliera en sentido contrario.

Un uniformado de la policía especializada le arrebató el reloj a
Fariñas. El ex prisionero de conciencia Félix Navarro y yo abrazamos a
Fariñas para protegerlo de los golpes. Nos pateaban y nos daban
puñetazos en las manos para separarnos de él. Cuando nos arrastraban
oímos los gritos de la gente: ¡abusadores no le den que ellos no han
hecho nada!

Uno de los esbirros me levantó por el cuello y me sostenía en el aire.
No podía respirar y sentía que me asfixiaba. Abdel Rodríguez le gritaba
que me estaba ahorcando y forcejaba con él tratando de zafarle las
manos. Cuando pude coger aire les grité: "asesinos, asesinos, asesinos"…
otros dos de la inseguridad me levantaron en peso por mis hombros y me
llevaban por la fuerza al ómnibus. Decían: cállate porque te voy a
matar, uno me abofeteó rompiéndome los espejuelos. Otros golpeaban a
cada activista que entraba a la guagua.

Fariñas fue de los últimos por subir y lo sentaron a mi lado con una
posta que lo neutralizaba en el asiento. Un joven de pelo rubio que
vestía pullover rosado lo golpeaba. Todos tratábamos de defenderlo. Una
karateca se sostenía de una parrilla del ómnibus y pateaba por encima
del asiento a Alejandro hasta que lo noqueó.

Aile Rodríguez, la esposa de Rodiles, del equipo de trabajo de Estados
de SATS, trataba de defender y reanimar a Alejandro mientras la
golpeaban. Ella les decía: "quien los manda no da el frente y son
ustedes los que aparecen como represores, ustedes mismos no creen en lo
que hacen, actúan como autómatas y a través del dialogo podían lograr más".

El compañero del CID Pavel Herrera les gritaba: "son muy jóvenes
caminarán junto a nosotros, pero con la vergüenza de haber golpeado y de
llevar las manos manchadas de sangre". A Madeleine Caraballo, del
Partido Republicano, la golpearon y la hicieron sangrar de una pierna.
Patearon también al activista del CID Joan Guzmán Díaz y se le abrieron
los puntos de una herida en el abdomen de otra agresión días antes.

Al paso por la ciudad gritábamos libertad y todos contemplaban el
forcejeo dentro del ómnibus desde la parte de adelante hasta el fondo.
Un forzudo golpeó a Fariñas en el rostro. Me exigían que me callara y yo
les decía: cállame tú. Jorge Cartorberi, pedía silencio en nombre de
Payá de ambas partes (represores y opositores). Me negué gritando, "no
me callo, ese sería un silencio cómplice" y continuamos junto a Navarro,
Fariñas y otros desafiando a los represores.

Llegamos a Tarará y nos bajaron de uno en uno. Fariñas dijo: "yo quiero
ser el primero en que me den un tiro, mátame asesino", sosteniendo las
manos detrás de su cuerpo. Fuimos ubicados de dos o tres por aula de
escuela. Junto a mi estaba a Francisco Rangel de Colón-Matanzas y
Alejandro, el joven que hace fotos a las Damas de Blanco en Santa Rita.
Nos custodiaba un militar que vestía uniforme de gala del MININT. Me
interrogó interesado en saber cómo me había enterado del suceso y del
seguimiento de los funerales. Le expliqué lo que era la red social
Twitter, porque la desconocía.

Transcurrido el tiempo la misma mujer que pateaba en la guagua trajo una
caja de cartón con comida para los tres, un bocadito y una lata de puré
de frutas, que todos rechazamos. Aproveché y le dije: "primero nos
golpeas y ahora nos quieres dar de comer, asesina, fascista". Respondió:
"si quieren la comen y si no la dejan".

Fui el último de los detenidos en Tarará. Los guardias que sirvieron de
posta recogieron y se llevaron a sus casas todas las cajas de comidas y
compotas. Cuando me montaban en la patrulla 046 para traerme a La
Habana, Pedro Chávez instructor del cuartel general de la inseguridad
del estado en Villa Marista, me dijo: "estas a 20 km de La Habana, para
que lo pongas en la noticia".

Vi al final del pasillo una cámara con un trípode que filmaba. Comprendí
que era una provocación más para grabarnos. Entregó mi móvil e
identificación al copiloto del patrullero que me trajo hasta Zanja y
Dragones. Cuando llegamos me los dieron. Me dijeron puedes irte. Ese día
fuimos leales a Payá, al pueblo y a la libertad.

Para leer la crónica completa puede ir a cubacid.blogspot.com
Para ver la imágenes en you tube ir a Represión en el funeral de
Oswaldo Payá
http://www.youtube.com/watch?v=cs-IbgPaNfs

http://www.martinoticias.com/content/funerales-paya-detenciones/13766.html

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