Capriles y Fidel Castro
THAYS PEÑALVER | EL UNIVERSAL
jueves 16 de agosto de 2012 03:26 PM
Debió haber sido terrible para Fidel que de un plumazo y a bordo de un
crucero de lujo vendieran a su revolución por un puñado de dólares.
Bastó y sobró un simple préstamo para que los rusos transaran a la
revolución cubana y a muchos otros. Por eso es divertidísimo cuando
escuchamos a los chavistas decir que están protegidos por Rusia y ser
libres cuando ese país fue el que sustituyó las exportaciones
venezolanas de petróleo a EEUU y va de la mano con sus socios
estadounidenses a todas partes. En el caso cubano todo terminó de forma
tan simple como comenzó, con las potencias sentadas en una mesa comiendo
y bebiendo, negociando el planeta de acuerdo a sus intereses. Fidel se
enteró de último que el apoyo no seguiría y ni siquiera de boca de
alguien importante: "lo sentimos, pero se acabó" y acto seguido se
fueron de la isla llevándose a sus miles de asesores soviéticos en
educación, deporte, agricultura e incluso los miles de hombres del
ejército soviético que levantaron el vuelo, sin siquiera haber dejado
raíces o mujeres en Cuba durante 40 años.
Para nadie es un secreto que desde que los rusos abandonaron la isla el
pueblo cubano entendió que todo había sido una farsa poética. El campo
se paralizó cuando el último tractor ruso dejó de funcionar, la medicina
cuando dejaron de fluir los equipos y medicamentos (y sus componentes)
gratuitos soviéticos. Su deporte de leyenda comenzó a sufrir cuando
partieron los Ogurenkov, los Chervonenko o los Romanov, cuando cesó el
intercambio y la ayuda masiva. De las 32 medallas (14 de oro) en el
momento de la traición de Gorbachov, su "mejor enemigo" hasta hoy, el
olimpismo cubano descendió casi 40 años a Múnich con 14 medallas en
total, superada por Brasil y a solo dos de Jamaica.
"No hay esperanzas de cambiar a Fidel" escribiría un ruso participante
de aquella reunión. "Toda la gente seria en el tercer mundo entendió la
vía para salvarse menos él" explicó el asesor de Gorbachov, "el barbudo
destruyó la revolución y ahora va a destruir a su país". Otro soviético
diría "se montó sobre la gloria del ataque al Moncada y ahora no puede
dar marcha atrás" así que optó por mentir obstinadamente y como nadie
podía validar su verdad y a muy pocos les importaba, los comunistas del
mundo se sumaron a la farsa y mintieron con él, aferrados a la última
balsa salvavidas. Era preferible para todos sostener la mentira hasta el
final, que soportar la vergüenza de haber sido títeres de los soviéticos.
Por eso es por lo que la "Revolución a Realazos" le entrega a Cuba los
3.700 millones de dólares anuales para sostener en lo posible esa
"reputación". ¿Podría la revolución bolivariana progresar, sin el ideal
cubano? La respuesta es no. El ideal cubano y los precios del petróleo
son el sostén de la revolución bolivariana. Le aporta a los suicidas
locales la sensación de que están en el camino correcto sin entender que
el barril de petróleo es nuestra "Unión Soviética" y que en cuanto bajen
sus precios, a esta revolución como a la cubana, se le verá hasta el
alma. Faltan "minutos históricos" para que en Cuba ocurra el mayor
cambio en su historia, cuando ya la reputación de un solo hombre no
importe y sobrevenga lo inevitable.
Mientras tanto dos noticias empañaron el 86 cumpleaños de Fidel, el
censo nos explica que la abrumadora mayoría de los venezolanos no van a
la Misión Barrio Adentro a curarse y queda evidente que las 750 millones
de consultas son otra mentira más, la segunda que Henrique Capriles ha
estado formidable al ser firme con el gobierno cubano, se acabó la
mentira, "las cifras no cuadran", "nada se regalará" en el próximo
gobierno. No puedo estar más de acuerdo con él, enhorabuena. Sin embargo
creo que ahora debe adecuar su lenguaje diplomático e incorporarse al
grupo de países que está trabajando en la transición cubana.
Lo digo porque no me imagino a Henrique jurando sobre "la mancillada"
con el expresidente Chávez y su banda enfrente (la del pecho mal
pensados), lo veo como Indiana Jones entrando a las ruinas, pero de
Miraflores y vamos a estar claros, va a necesitar sustituir la gorra
tricolor por el sombrero y el látigo, porque las habitaciones de
Miraflores deben tener más sorpresas y culebras que el pozo de las almas
del Arca Perdida. Por eso apoyo lo que dice, pero creo que el candidato
demócrata de Venezuela, no necesita abrir más flancos en la lucha que
nos espera.
@thayspenalver
tpenalver@me.com
http://www.eluniversal.com/opinion/120816/capriles-y-fidel-castro
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