A la visita de Carter, han venido a unirse los créditos estatales para
autónomos y la iglesia pidiendo gestionar hospitales
Semana de sorpresas en La Habana
Americaeconomica.com
La que termina ha sido una semana poco usual para Cuba. La visita del ex
presidente de EEUU, Jimmy Carter, que finalizó con declaraciones de
apoyo a la liberación de "los 5 héroes" y peticiones para que se ponga
fin al embargo, ha sido coronada ahora con una iniciativa estatal. La
Habana implementará créditos para facilitar, al más de medio millones de
funcionarios que serán despedidos, la creación de empresas. Pero ha
habido más. La jerarquía católica parece dispuesta a sumarse a este afán
por el libre mercado. No en vano, ha solicitado que se le permita
hacerse con la gestión de futuros hospitales privados.
El ex presidente de EEUU, Jimmy Carter, ha realizado esta semana una
intensa visita de tres días a Cuba con una petición expresa al actual
mandatario estadounidense, Barack Obama, para que ponga fin al embargo
comercial que el país norteamericano mantiene sobre la Isla desde hace
casi seis décadas. Carter realizó estas declaraciones en una rueda de
prensa celebrada en La Habana, en la que también defendió que se saque a
la Isla de la lista de países que patrocinan el terrorismo y el final de
las restricciones que limitan los viajes de estadounidenses a la mayor
de las Antillas así como la salida de los cubanos al exterior.
En la misma línea de exigir gestos a las dos partes implicadas en el
proceso, Carter solicitaó a los cubanos que liberen al contratista
estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel por un delito
de subversión. Posteriormente reclamó a Washington la puesta en libertad
de cinco cubanos encarcelados desde hace años en EEUU por espionaje.
Algunos observadores políticos y diplomáticos han recalcado la
importancia de estas solicitudes, porque se producen cuando faltan sólo
unos días para que se celebre un crucial congreso del Partido Comunista
de Cuba en el que, al menos según lo previsto, se cambiará por completo
el modelo económico del país para permitir la introducción de mecanismos
de mercado en el sistema productivo.
En este sentido, el Gobierno de Cuba ha aprobado una línea de crédito
para los trabajadores autónomos cubanos -que en 2011 aumentarán su
número de forma sustancial tras el medio millón de despidos que se prevé
en las administraciones públicas- como forma de apoyo a estas reformas.
Durante la reunión de ministros donde ha tenido lugar el acuerdo, se ha
explicado que estos créditos ayudarán a controlar de cerca el desarrollo
del sector privado en la Isla.
En La Habana, hay quien considera que el concepto de 'autónomos' pierde
en parte su significado si se tiene en cuenta que sólo se accede al
crédito si se puede demostrar, documentalmente, que se tiene un contrato
de suministro con alguna empresa estatal. Es decir, que funciona casi
como un descuento de papel de los tradicionales en los países
occidentales, es decir, la carta de pago de una empresa solvente, el
banco adelantaría el dinero a cambio de una comisión.
También se asegura que los retrasos en los pagos por parte del Estado,
un eventual acuerdo con los bancos sería positivo ya que, al menos de
esa forma, los empresarios lograrían algo de liquidez por adelantado
aunque tuvieran que pagar una cuota mensual para conseguirla. Cuba, sin
embargo, sigue teniendo problemas de suministro y de infraestructuras
donde comprarlos fuera del mercado negro. La fabricación nacional no
cubre las carencias y, por lo tanto, deben adquirirse ciertos productos
en el exterior.
Esto ha provocado que muchos soliciten una mayor permisividad para que
las importaciones lleguen a la Isla. Aseguran que es el único modo de
que los cuentapropistas puedan ejercer su labor y progresar, además de
reanimar la producción agrícola, que frente a la falta de tractores,
está paralizada.
En este marasmo de cambio, la última noticia de la semana ha estado
protagonizada por la jerarquía de la Iglesia Católica. Orlando Márquez,
en la revista de la revista Palabra Nueva, de la Arquidiócesis de La
Habana que encabeza en cardenal Jaime Ortega, interlocutor del gobierno
de Raúl Castro, ha asegurado que "no sería desatinado considerar la
participación en el sistema nacional de salud de instituciones
religiosas", e "ir pensando en la cooperativización de los servicios de
salud, o en la combinación del servicio público con el servicio
privado". Todo cabe en mitad de este proceso que, al menos en
apariencia, es de cambio.
http://www.americaeconomica.com/index.php?noticia=6024&name=POL%C3%8DTICA
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