Trump, Cuba y la presión de Marco Rubio: ¿hasta dónde irá el cambio?
15 de junio de 2017 - 10:06
"Estoy seguro de que el presidente Trump va a tratar a Cuba como la 
dictadura que es y que nuestra política a futuro reflejará el hecho de 
que no es interés nacional de EEUU hacer negocios con los militares 
cubanos", señaló Rubio en abril pasado
WASHINGTON.- Cuando en septiembre de 2015 preguntaron a Donald Trump por 
el acercamiento estadounidense a Cuba, el entonces aspirante a la 
nominación del Partido Republicano se mostró de acuerdo: "50 años son 
suficientes", dijo.
Menos de año y medio después Trump es presidente y en Washington se da 
por sentado que este viernes, durante una visita a Miami, capital del 
anticastrismo en el exilio, anunciará cambios.
No se espera una ruptura de las relaciones diplomáticas que Obama y Raúl 
Castro retomaron en 2015, sino que se especula con la posible limitación 
de los viajes de los estadounidenses a la isla y con la prohibición a 
las empresas norteamericanas de hacer negocios con sectores ligados a 
las fuerzas armadas cubanas.
Pero realmente se desconoce hasta dónde llegarán los cambios. El 
secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró el martes en el Senado que 
aún se seguía trabajando en la revisión de una política a la que 
reprochan no haber logrado avances en derechos humanos y que temen que 
pueda estar sirviendo, a través del turismo y las inversiones, para 
financiar al régimen de Castro.
En Miami fue donde planteó Trump por primera vez la posibilidad de dar 
marcha atrás en el tema de Cuba. Lo hizo en la recta final de la campaña 
para las elecciones de noviembre, cuando parecía que las urnas del 
sureño estado de Florida iban a volver a ser determinantes en el camino 
a la Casa Blanca.
"Todas las concesiones que Barack Obama ha otorgado al régimen de Castro 
se hicieron a través de órdenes ejecutivas, lo que significa que el 
próximo presidente puede revertirlas, y eso haré si el régimen de Castro 
no responde a nuestras demandas", dijo.
Era un intento de asegurarse el apoyo de los antiscastristas de origen 
cubano, que tradicionalmente han votado republicano por la posición de 
ese país hacia Cuba.
Aunque el alcance del contenido del anuncio puede ser limitado, la 
escenificación del anuncio del viernes en Miami irá destinada a pagar la 
deuda a ese exilio cubano anticastrista que, por la avanzada edad de 
muchos de sus integrantes, va menguando.
"Probablemente habrá un gran teatro y una retórica dura en el anuncio de 
Trump, pero los cambios a la política actual serán relativamente 
modestos", apuntó a dpa Michael Shifter, presidente del Diálogo 
Interamericano, un think tank de Washington.
"Las empresas estadounidenses ven en Cuba una oportunidad atractiva y 
Trump y sus asesores serán comprensivos con sus intereses y no irán muy 
lejos", indicó.
EngageCuba, un grupo de empresas y organizaciones estadounidenses que 
trabaja por poner fin a al embargo y las restricciones de viajes hacia 
Cuba, cifró recientemente el coste de revertir la política de Obama en 
más de 6.000 millones de dólares y 12.000 puestos de trabajo perdidos 
solo en este mandato de Trump.
Las encuestas muestran que una mayoría de los estadounidenses está a 
favor del acercamiento a Cuba. Una publicada por el Pew Research en 
diciembre cifraba el apoyo en un 75 por ciento.
Un torrente de voces ha aconsejando a Trump en los últimos días no dar 
marcha atrás: entre otros, analistas políticos y económicos, senadores 
demócratas y republicanos, productores agrícolas y organizaciones de 
defensa de los derechos humanos que consideran que esa vía no servirá 
para avanzar en ellos en Cuba.
Frente a esa presión sobre Trump aparece la del senador por Florida 
Marco Rubio, anticastrista de origen cubano, que lleva meses intentando 
influir al mandatario para que dé un giro de timón, una tarea en la que 
lo ha acompañado el congresista Mario Díaz-Balart, también de Florida y 
de origen cubano.
"Estoy seguro de que el presidente Trump va a tratar a Cuba como la 
dictadura que es y que nuestra política a futuro reflejará el hecho de 
que no es interés nacional de Estados Unidos hacer negocios con los 
militares cubanos", señaló Rubio en abril en una entrevista con medios 
locales. "Para Rubio no hay nada más importante que echar atrás la 
política de Obama para Cuba", dice a dpa Michael Shifter.
Rival de Trump en las primarias republicanas, es uno de los senadores 
más destacados y poderosos de Washington por su pertenencia al Comité de 
Relaciones Exteriores del Senado. Además preside del Subcomité para el 
Hemisferio Occidental y está en la Comisión de Inteligencia que 
investiga la interferencia rusa en las elecciones y si existen lazos con 
la campaña de Trump.
La semana pasada fue muy criticado por ayudar a Trump en la 
comparecencia del ex jefe del FBI James Comey. Dos noches antes, Rubio 
había cenado con el presidente en la Casa Blanca.
Con su anuncio el viernes, Trump "podrá contar con un apoyo que necesita 
por parte del senador Marco Rubio en temas como la investigación sobre 
Rusia, que claramente preocupa a la Casa Blanca", apunta Shifter. Ese, 
sostienen diversos analistas, puede ser el quid de la cuestión en lo que 
Trump anuncie el viernes sobre Cuba.
Source: Trump, Cuba y la presión de Marco Rubio: ¿hasta dónde irá el 
cambio? | Gobierno de Trump, Cuba - 
http://www.diariolasamericas.com/eeuu/trump-cuba-y-la-presion-marco-rubio-hasta-donde-ira-el-cambio-n4124409
 
 
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