30 de junio de 2017

La masonería no tiene nada que ver con la revolución

'La masonería no tiene nada que ver con la revolución'
La Seguridad del Estado ha impedido que Eduardo Noda ingrese a la
sociedad fraternal
Viernes, junio 30, 2017

MIAMI, Estados Unidos.- El creador de la única estatua en el mundo de
Franklin Delano Roosevelt en su condición de masón, es vetado por la
policía para ingresar a la masonería.

"Como la Virgen de la Caridad del Cobre es la patrona de Cuba, Franklin
Delano Roosevelt es benemérito de la masonería cubana". Este es el credo
que repite Eduardo Leal Noda, creador del Monumento Memorial Masónico
cubano dedicado a la figura de Roosevelt.

No es difícil llegar hasta la única estatua de bronce que existe en el
mundo del exgobernante estadounidense vestido de masón. La figura, a
escala real, es exhibida entre las columnas del portal de la casa
Eduardo Leal, en el poblado de Santiago de las Vegas. Lo difícil es el
camino lleno de obstáculos y represalias que aún recorre Eduardo para
defender el derecho de honrar al expresidente estadounidense.

"Yo no inauguré nada", dice Leal en entrevista concedida a CubaNet.
"Simplemente mandé hacer la estatua y esperé décadas, hasta que un día
hicieron (el Gobierno cubano) relaciones con los americanos. Como
Franklin es norteamericano busqué al agregado cultural de la embajada y
lo invite a la inauguración", añade.

Leal es descendiente de maestros de la masonería cubana, lo que le
permitió heredar documentación y objetos de personalidades históricas
que ahora muestra en un pequeño museo que abriga el Monumento Memorial
Masónico. Entre los valores que posee se encuentra el documento oficial
del 4 de julio de 1947 donde Roosevelt es declarado masón benemérito,
firmado por figuras como Fernando Ortiz, como orador, y el miembro del
Partido Comunista Raúl Roa, invitado a la honra por el presidente Grau
San Martín.

El portal, que hoy es reconocido por autoridades de La Habana como
"Patrimonio Cultural", fue parte de un episodio represivo difícil de
borrar de la memoria de su víctima.

La pasión temprana por la masonería hizo que, en 1982, Eduardo Leal
pusiera una placa de mármol en el portal de la misma casa donde hoy está
la estatua de bronce.

La intención de honrar a un presidente estadounidense provocó que fuera
acusado de "diversionismo ideológico" y expulsado de la Universidad de
La Habana cuando cursaba el cuarto año de Medicina. La perseverancia del
estudiante en la defensa de sus derechos logró que fuera readmitido en
un centro de estudios universitarios, aunque bajo insultantes
condiciones. Debía y recalificar las asignaturas de contenido político
y ya no estudiaría para médico, sino que comenzaría la especialidad de
Biología desde el primer año.

Leal culminó sus estudios universitarios en 1985. Nunca encontró empleo
como biólogo, quizás porque nunca arrancó del portal de su casa la placa
dedicada al masón estadounidense.

"Tú vas a entrar en la masonería en un templo donde hay personas
contrarrevolucionarias y nosotros queremos saber las cosas que suceden
allí", cuenta Leal que le dijeron dos oficiales del Departamento de
Seguridad del Estado cuando realizó su primera solicitud para ingresar
en la masonería.

"Les dije rotundamente que no. Me contestaron que si esa era mi
respuesta yo nunca ingresaría a la masonería, lo dijeron con estas
palabras: 'Siempre que te apuntes en cualquier lado, vas a tener bolas
negras'. Lo dijeron y así ha sido", relata Leal. Las bolas blancas y
negras son utilizadas para el voto masónico, siendo las negras el negativo.

"Por ejemplo, en la Logia de Bejucal hay un policía encubierto llamado
Román Hernández que se encuentra en prisión domiciliaria por vender
explosivos. Él fue como diputado de su distrito y vetó mi entrada en la
masonería (…) Yo soy masón de corazón, a mí me reconocen los que son
verdaderos masones, no esos que son mandados a no reconocerme", dice.

Un candidato con ideas incómodas

Leal no condiciona su palabra al ingreso a la masonería o su estancia en
ella. "Me duele lo que ha sucedido y sucede con la masonería cubana, me
duele que el edificio de la Gran Logia Masónica esté destruido, que se
hayan perdido cuadros de Valdés Ramas, Menocal, Arche, y otros estén
mohosos. El Museo de la Masonería se inunda, el Gobierno mantiene
confiscados los pisos 6, 7 y 8, el sótano, la tienda masónica, la
imprenta (…) Para que tengas una idea de lo que ha sucedido, los masones
tenían un depósito de 38 millones de pesos en el Banco de los Colonos:
se perdieron, como se perdió la propiedad del edificio", relata Leal.

Para quien le resulte difícil encontrar la lógica de tanta intolerancia
ante una simple honra masónica, la respuesta está en las ideas que
representa la figura de Roosevelt, que a decir de Eduardo siempre lo
inspiraron: "Yo creo en la libertad y la democracia (…) La estatua de
Franklin vestido de masón encierra todo un simbolismo, las
características de Franklin, el respeto de un país a las cuatro
libertades… esa es la principal causa que me motivó desde siempre".

Source: 'La masonería no tiene nada que ver con la revolución'
CubanetCubanet -
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