17 de junio de 2017

Carmelo Mesa Lago: «La presión de los congresistas cubanos es muy fuerte»

Carmelo Mesa Lago: «La presión de los congresistas cubanos es muy fuerte»
El economista cubano cree que las reformas de Raúl Castro son «lentísimas»

Carmelo Mesa Lago, de 82 años, es uno de los economistas cubanos más
respetados. Exiliado en EE UU 1961, sus numerosos libros sobre la
historia económica de la isla son una referencia obligada para analizar
la deriva del sistema castrista. Mesa-Lago ha estado recientemente en
España para presentar en la Casa de América un nuevo título, "Voces de
cambio en el sector no estatal cubano", un libro coordinado por él mismo
con la colaboración de otros cuatro autores, en el que se recogen 80
entrevistas a emprendedores y usufructuarios, y un análisis del
incipiente sector privado en la isla.

-¿Cómo ve la postura de Trump sobre Cuba?

-Las últimas semanas Trump ha vivido con una conmoción diaria. Cada día
aparece una cosa nueva, y eso le ha distraído muchísimo. Lo ha puesto en
una situación tan tensa que dice cosas contraproducentes. Él está muy
atosigado con la investigación sobre Rusia. En el tema de Cuba hay
siempre una presión muy fuerte de los congresistas cubanoamericanos, que
son unos nueve y están a favor del embargo. Es un grupo de presión muy
poderoso. Es complicado que avance con la presión que tiene.

-¿Qué problemas ve en las reformas de la economía en Cuba?

-Cuba es el país más envejecido de América Latina. En 2015 perdió por
primera vez fuerza de trabajo. Cuba tiene la tasa de natalidad más baja
de Latinoamérica desde los años setenta, y una emigración neta, de toda
la gente que se va. Eventualmente habrá un problema de mano de obra. Ese
envejecimiento impacta en todo: educación, sanidad, pensiones. Todo está
cayéndose, en parte por el envejecimiento y en parte por un sistema
económico que no acaba de transformarse en la forma en que debía. Yo no
estoy planteando que haya un capitalismo salvaje en Cuba, las reformas
son positivas pero son extremadamente lentas y no lo suficientemente
profundas. Llevamos ya diez años con ello.

-¿Acaso Raúl Castro no quiere ser testigo del derrumbamiento del sistema?

-Yo creo que al principio quería serlo, pero la posición que han tenido
algunos dirigentes lo ha frenado. El primero que se opuso a las reformas
fue Fidel. Al día siguiente de partir Obama de Cuba, publicó una
reflexión en el periódico Granma en la que defendía la misma tesis de
siempre, que el imperialismo seguía con el mismo objetivo de derrocar la
revolución, pero ahora con métodos más sutiles.

-¿Qué supuso la visita de Obama en el orden político interno?

-Ellos quedaron muy traumatizados con esa visita. En Cuba todavía hay un
problema de discriminación racial, no tan soterrado. Hay grupos de
afrodescendientes que se están organizando, que hacen críticas muy
fuertes, que poco a poco van ganando terreno, pero sin confrontación. El
censo de 2012, que es el último disponible, decía que había un 36% de
negros y mulatos. Yo me río de esa cifra. Por lo menos es la mitad de la
población, pero ellos no lo reconocen porque en Cuba, soterradamente, en
la dirigencia sigue habiendo ese problema. En Cuba hay muchos chistes
discriminatorios contra los negros. Es verdad que la revolución dio
acceso a muchos afrodescendientes a una educación superior. En términos
de igualdad de oportunidades, resolvió el problema pero sin reconocer
que hay discriminación. Tienen un título pero no tienen los puestos que
tienen los blancos. El tema racial es un tabú en Cuba, el Gobierno no
enfrentó este problema. La paradoja es que durante 57 años en Cuba se ha
estado diciendo que en EE UU había discriminación racial. Entonces llega
Obama a Cuba con la esposa y las dos hijas y se pasean por La Habana y
la gente, especialmente los afrocubanos, se dicen que cómo es posible
que ese señor sea presidente de EE UU y toda la dirigencia cubana sea
blanca. Obama lo manejó muy bien, los sorprendió, fue genial. Hizo un
discurso muy inteligente, sobre los valores de la democracia, la
libertad, los emprendedores, sin un solo ataque. Eso traqueteó a la
dirigencia, se asustaron. Pensaban que iban a manipular a Obama, pero la
cosa terminó con que Obama los manipuló a ellos.

-¿De qué forma la crisis venezolana está afectando a Cuba?

-Cuba recibía de Venezuela 105.000 barriles de crudo, ahora esa cifra es
de unos 55.000 barriles. Por otro lado, la compra de servicios
profesionales supone el ingreso en divisas más grande de Cuba. Médicos,
enfermeros, profesores cubanos que trabajan en Venezuela... El máximo de
ingresos por esos servicios profesionales en otros países se alcanzó en
2012 o 2013 y fue de 11.000 millones de dólares, mucho más que el
turismo, que el año pasado alcanzó 4.000 millones de dólares. En 2016
los ingresos por la compra de servicios profesionales cayeron, debido a
la crisis en Venezuela, a 7.000 millones en 2015, y en 2016 seguro que
la caída fue mayor, pero no tenemos datos aún.

-¿Cuba puede volver a sufrir una crisis tan dura como la de los noventa
si el Gobierno venezolano cae?

-No tan grande, pero si se para todo lo de Venezuela va a haber una
crisis. China no puede ocupar ese lugar. El comercio con China ha
aumentado considerablemente, pero los chinos son unos tipos muy
pragmáticos. Cuba tiene que entregarles 400.000 toneladas de azúcar a
cambio de créditos. Y lo tienen que hacer, los chinos son muy exigentes.

-¿El comercio con EE UU puede compensar la caída de ingresos de Venezuela?

-El comercio con Estados Unidos está muy limitado por el embargo. Hubo
un momento en que EE UU era el quinto socio comercial de Cuba y le
estaba vendiendo más de mil millones de dólares de alimentos y
medicinas. Hay una limitación en la resolución de Obama -asumiendo que
Trump no la cambie, porque ese loco puede hacer cualquier cosa-, que
hace que EE UU sólo pueda importar del sector no estatal y exportar del
sector no estatal. Por su parte, el Gobierno de Cuba no ha autorizado al
sector privado a exportar o importar directamente de Estados Unidos
salvo cosas muy puntuales.

-¿Está llegando la inversión extranjera a Cuba?

-En 2011 se hizo una ley de inversiones que decía que un inversor
extranjero podía tener en determinados casos hasta un cien por cien de
la inversión dentro de la isla. Pero eso nunca lo hubo. No sabemos que
está pasando. La información que tenemos es que en la mayoría de las
inversiones aprobadas, los inversores no tienen el 100%. El proceso va
lentísimo, hay más de 400 propuestas de inversiones en el Mariel y lo
que ha aprobado el Gobierno son 21 proyectos. Son cosas inexplicables.
De acuerdo con las cifras oficiales, Cuba necesita alrededor de 2.500
millones de dólares al año de inversión extranjera, pero al paso que van
nunca van a llegar a eso.

-Raúl Castro prometió que abandonaría la presidencia del Consejo de
Ministros en febrero de 2018. ¿Cree que a partir de ese momento dejará
de mandar en Cuba?

-Hay mucha especulación dentro y fuera de Cuba que dice que Raúl está
hasta las narices y que quiere salir de esa cuestión. Si eso es cierto,
él va a dejar de ser el presidente del Consejo de Ministros y no sé si
lo sucedería Miguel Díaz-Canel. Dudo que Raúl se retire como primer
secretario del Partido Comunista. ¿Qué apoyos tiene Díaz-Canel? Tiene el
apoyo que le da Raúl, porque ni tiene el apoyo del partido ni de las
Fuerzas Armadas.

-Usted se exilió de Cuba en 1961, ¿cómo fue el reencuentro con la isla
cuando regresó por primera vez?

-Yo volví a Cuba en 1978 dentro del llamado diálogo, en el que
participamos un grupo de cubanos emigrados. Tras esa reunión se soltaron
1.300 presos políticos y comenzó un proceso de reunificación de la
familia cubana, para que se pudiera viajar a EE UU. Eso fue muy
importante porque hasta entonces había una separación artificial entre
las dos Cuba, la del exilio y la de dentro. Y eso facilitó, por ejemplo,
las remesas y el reencuentro de los familiares. Antes era difícil
comunicarse. La gente en Cuba tenía miedo de tener "un gusano" en el
extranjero.

Source: Carmelo Mesa Lago: «La presión de los congresistas cubanos es
muy fuerte» -
http://www.larazon.es/internacional/carmelo-mesa-lago-la-presion-de-los-congresistas-cubanos-es-muy-fuerte-LA15401596

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