Por Carlos Batista (AFP)
LA HABANA — El cardenal Jaime Ortega, confirmado por el papa Benedicto
XVI como arzobispo de La Habana, dijo este viernes que seguirá
dialogando con el gobierno de Raúl Castro, aunque admitió que le
gustaría que las reformas impulsadas por el presidente cubano avancen
"un poco más rápidas".
"El Santo Padre me ha confirmado como arzobispo de La Habana", dijo
Ortega a la prensa en referencia a la renuncia que presentó, tras
cumplir 75 años, el 18 de octubre, edad máxima para un obispo, según el
código canónico.
Su renuncia obligada puso en vilo no sólo a la Iglesia, pues el
arzobispo fue el artífice de la visita de Juan Pablo II en 1998, de la
distensión con el gobierno comunista tras cuatro décadas de
enfrentamientos, la apertura de un inédito diálogo con Raúl Castro y una
probable visita a la isla de Benedicto XVI en 2012.
Sin una figura carismática para el relevo, la confirmación del Vaticano
está en línea con su aprobación reiterada a la gestión mediadora de
Ortega, que logró la excarcelación de 130 presos políticos, disminuir el
acoso al grupo opositor Damas de Blanco y abrir nuevos espacios a la
Iglesia en la sociedad.
Espero "continuar mi misión", dijo el cardenal, a quien el Gobierno de
España confirió este viernes la Gran Cruz de Isabel la Católica, noticia
que recibió como "un honor para mí, nos enaltece".
España, a través de su entonces canciller Miguel Angel Moratinos,
"acompañó" el diálogo que Ortega y Castro iniciaron el 19 de mayo de
2010 y acogió a la mayoría de los presos políticos excarcelados en ese
proceso.
Otro resultado de ese diálogo fue la apertura de una nueva sede para el
seminario de San Carlos y San Ambrosio, un centro cultural eclesial y la
peregrinación nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de
Cuba, primera desde el triunfo de la revolución en 1959, que comenzó el
8 de agosto del pasado año y terminará el 30 de diciembre en La Habana.
También en ese nuevo ambiente se inscribe la peregrinación de religiosos
cubanos a la Tierra Santa, encabezada por Ortega en agosto pasado,
primera desde la instauración del comunismo en la isla.
El dialogo "continúa, en cuanto a los presos, eso es ya un capítulo
cerrado, pero hay un dialogo siempre que tiene que ver con la vida de la
Iglesia, con su acción pastoral y también con la vida de la nación",
dijo Ortega.
Esas pláticas también tienen que ver "con los cambios que se proyectan
en Cuba económicos, cambios que la sociedad espera, que el cubano espera
y que la Iglesia también ha alentado, apoyado y espera".
Sobre los cambios encabezados por Raúl Castro para "actualizar" el
agotado modelo económico soviético vigente "algunos piensan que las
cosas van lentas, nosotros pensamos que sí, que podrían ir un poco más
rápidas", precisó.
"Lo importante es lo sostenido, y que las perspectivas se ven, cuando se
añade alguna medida, perspectivas de ampliación, no de restricción. No
inquieta el hecho de ver que nada vuelva atrás, sino que los pasos
siempre han sido de apertura y esa es como mi esperanza y mi confianza",
dijo.
La gestión de Ortega puede verse coronada por una visita de Benedicto
XVI en 2012, cuando se cumplen los 400 años de la aparición de la imagen
de la Caridad de Cobre, flotando en las aguas de la Bahía de Nipe, 670
km al este La Habana.
"No está cerrada la posibilidad de viaje, no está cerrada ni anunciada,
pero no hay un no a cerca del viaje. Lo queremos para este año (2012)
... sería magnífico que pudiera estar el Santo Padre con nosotros", dijo.
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