26 de octubre de 2010

El reto de la Unión Europea

Editorial

El reto de la Unión Europea
DDC
Madrid 26-10-2010 - 1:15 pm.

No existen elementos que indiquen un cambio de rumbo en La Habana.

La Unión Europea ha encomendado a su máxima diplomática, la baronesa
británica Catherine Ashton, explorar vías de diálogo con La Habana. El
diálogo es un instrumento eficaz en la resolución de conflictos, pero no
un resultado en sí.

Es lógico que las autoridades europeas consideren no sólo poder ejercer
su influencia sobre la situación cubana, sino incluso ser testigos de
una solución a mediano plazo.

Sin embargo, no existe ningún elemento que indique un cambio de rumbo en
La Habana, y sí una clara estrategia encaminada a ganar tiempo. Todos
los presos políticos excarcelados en los últimos meses han sido
deportados, se fragua una operación de limpieza política para expulsar
del país a otros disidentes, y las reformas económicas anunciadas, lejos
de pretender el desarrollo de una clase media independiente del Estado,
apuntan únicamente a fomentar una precaria red de subsistencia. La lista
de actividades autorizadas y la nueva ley tributaria dan fe de la
verdadera naturaleza del "cambio".

¿Qué ha visto entonces la UE en Cuba?

Los elementos positivos señalados por los gobiernos comunitarios no han
sido desencadenados por la voluntad política del régimen, sino por la
presión interna. La Habana intenta fabricar oportunidades sobre sus
propias debilidades, y la UE está obligada a reparar en lo que
constituyen algo más que síntomas: no hay cambios en las leyes
represivas, y el discurso amenazante de las autoridades frente a
cualquier disidencia se mantiene igual. La historia cubana más reciente
demuestra cómo el régimen se comporta frente a sus compromisos. No hay
más que ver el resultado de los Pactos de Derechos Humanos de la ONU,
firmados en 2008, nunca ratificados y jamás cumplidos.

La política europea deberá abrirse paso, sabiendo incluso lo difícil de
lidiar con una dictadura. Es necesario explorar la voluntad de los
Castro, y solamente luego modificar la Posición Común o acordar un
documento bilateral.

Ashton ha de cumplir, de forma pública y transparente, el mandato de los
ministros de Exteriores. Si la UE deja a un lado la candidez y juega de
veras a la política, serán las acciones del régimen las que hablen por
sí solas sobre el futuro de la Posición Común.

http://www.diariodecuba.com/opinion/1420-el-reto-de-la-union-europea

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