Viernes, octubre 1st, 2010 | Posted by Justo Medio
MIAMI- Los anunciados ajustes económicos del modelo socialista cubano
están ya en marcha. A partir de este mes el gobierno de Raúl Castro
pondrá en práctica un paquete de medidas que marcarán la mayor ola de
despidos en cinco décadas de paternalismo estatal, la radical
transformación de salarios y la apertura hacia el trabajo por cuenta
propia en 178 categorías.
Estas transformaciones constituyen los primeros pasos para acometer los
"cambios estructurales" que anunció el gobernante en el 2008 y que se
hacen cada vez más inevitables en un país improductivo, sin incentivos
para el trabajo asalariado, con la mitad de las tierras cultivables sin
explotar y dependiente en un 70 por ciento de las importaciones para
alimentar a la población.
La reducción de 500,000 empleos en los próximos seis meses es parte de
un plan para recortar más de un millón de manera escalonada (un tercio
de la fuerza laboral) hasta el 2015, con el propósito de que el 80 por
ciento de los trabajadores queden vinculados a la producción según un
criterio de "idoneidad demostrada". Un reciente documento oficial
reconoció que hay numerosas entidades estatales donde los custodios
superan a los empleados con actividad productiva.
¿Significarán estos cambios -el oficialismo evita usar la palabra
"reformas"- el comienzo de la transición cubana al menos en la esfera
económica? ¿Cabe esperar una nueva marcha atrás, como ha sucedido en
anteriores momentos tras superar el pico de la crisis?
La realidad cubana indica que esta reestructuración es apenas una tímida
maniobra ante las urgencias económicas y las expectativas ciudadanas. Si
el gobierno ha emprendido este camino justamente ahora es porque no
tiene otra alternativa viable para encarar los gigantescos retos de un
país paralizado, pero la determinación de hacerlo está calculada para
sacar dividendos al menor costo político posible, es decir, sin
arriesgar las prerrogativas de la cúpula de poder.
Llegó el pago de impuestos
Tengamos en cuenta varios asuntos esenciales en este proceso. En primer
lugar, el Estado da luz verde para el trabajo de cuentapropistas y los
pequeños negocios privados que de hecho habían florecido en el mercado
informal, sin licencias ni imposición tributaria.
De manera que los afinadores de instrumentos musicales, alquiladores de
animales, payasos y reparadores de fosforeras (por citar algunas de las
178 actividades permitidas) tendrán que contribuir con un 20 por ciento
de sus ingresos a la seguridad social y pagar hasta un 25 en impuestos
al Estado. La ecuación implica que podrán sobrevivir en el mercado
laboral, pero sus opciones para engrosar ganancias serán limitadas.
Por ejemplo, los hombres que solíamos ver en las terminales de ómnibus
ganándose la vida como intermediarios entre el taxista y el pasajero,
pues ahora se llaman "gestores de viajeros" y tendrán que cumplir los
requisitos del cuenta propia. Y lo mismo sucederá para el que vendía
bocadillos o refrescos desde su casa, o el vendedor de productos
agrícolas al pie de las carreteras.
Mientras, entre las "grandes concesiones" a la empresa privada estarán
la posibilidad de ampliar a 20 sillas las plazas en los restaurantes
familiares conocidos como "paladares", permitirles vender carne de res y
mariscos, y autorizar el arrendamiento de sus viviendas a ciudadanos que
se ausenten temporalmente o tengan permiso de residencia en el exterior,
cosas que venían sucediendo al margen de la anuencia gubernamental.
Ante la crisis del sistema educacional, las flamantes iniciativas
tolerarán también la figura del repasador, sólo que excluyendo a
aquellos maestros que estén en activo.
Para el analista Emilio Morales, ex director de mercadeo de la
megacorporación cubana CIMEX, "las nuevas modalidades autorizadas son un
signo de que el gobierno tiene mucho interés en legalizar lo que hoy se
hace ilegal en diferentes esferas, incluso hasta en el sector de educación".
"A simple vista no parece una apertura novedosa como la comunidad
internacional espera, pero sí lo es sobre todo por los nuevos elementos
que aporta y porque podría ser la antesala de otras aperturas más
profundas en los próximos dos años, sobre todo dirigido a la mediana
empresa", agregó Morales, que abandonó la isla en el 2006.
Desde aquí para el bolsillo de...
Pero no debe olvidarse otros factores fundamentales en el panorama cubano.
En primer lugar, que la liberalización decretada por el presidente
Barack Obama en el 2009 para los envíos de remesas de familiares desde
Estados Unidos pudiera favorecer el auge de la incipiente empresa
privada en la Isla. Se calcula que los cubanos residentes en el exterior
envían anualmente unos 2,000 millones de dólares, la mayoría desde Miami
y otras ciudades estadounidenses.
Al mismo tiempo, estos reajustes de la economía doméstica ocurren en un
momento de consolidación de Raúl Castro al frente del gobierno. Desde
que asumió el mando tras la enfermedad de Fidel Castro en julio del
2006, Raúl comenzó a colocar en puestos clave de la esfera gubernamental
a figuras de su máxima confiabilidad, militares de alto rango,
funcionarios con la estructura económica bajo el control de las Fuerzas
Armadas y gente familiarizada con su filosofía de trabajo.
Si echamos una simple ojeada a la estructura de poder en Cuba, emergerá
un mapa de veteranos y jóvenes cuadros que han ido a componer el
gabinete de Raúl Castro y las áreas económicas capitales, como la
industria básica, la producción de alimentos, el turismo, la
sideromecánica, el sector financiero y la inversión extranjera. De los
27 cambios ministeriales o remplazos en las entidades de máximo interés
económico durante los últimos cuatro años, casi todos los sustitutos son
hombres de uniforme u otros que lo vistieron hasta fecha reciente.
Más allá de la retórica mesiánica del hermano Fidel, reinstalado en la
vida pública desde el pasado julio, lo verdaderamente trascendente para
el futuro del país transcurre bajo la conducción de este clan,
configurado para asegurar un tránsito de modelo económico sin los
sobresaltos de un viraje radical.
El régimen de subsidios y dádivas sociales que la propaganda oficial se
cansó de pregonar no es rentable y se hunde en el pasado. Lo reconozca o
no, Cuba parece decidida a asumir las lecciones del socialismo en China
y Vietnam, aún con más cautela que convicción. El próximo año será
decisivo para comprobar si estos aún escuálidos cambios pavimentarán las
transformaciones mayores que reclama el país o terminarán en la noria de
siempre.
http://www.pysnnoticias.com/2010/10/01/cuba-%C2%BFcamino-a-la-apertura/
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