René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Un cuento de la época del
inmovilismo soviético afirma que un gran sabio fue recibido por Leonid
Brézhnev y le entregó el fruto de decenios de intensa labor: una
monumental Historia de la URSS en 24 tomos. El mandamás del Kremlin echó
un vistazo a la montaña de papeles e hizo una sola pregunta: "¿No podría
extractarlo en un solo volumen?".
El historiador, aguijoneado por el encargo del Primer Secretario del
partido único, acometió la ardua tarea, y al cabo de un año, en una
nueva entrevista, entregó la sinopsis solicitada. Esta vez el capo
bolchevique hojeó el grueso manuscrito y formuló una nueva petición:
"¿Podría reducir esto a una página?".
El sabio, con gran disciplina, puso manos a la obra, y varias semanas
más tarde presentó el papel demandado, pero para su sorpresa Brézhnev le
hizo otro pedido: "¿Puede resumirlo todo en una palabra?". El estudioso
tomó entonces su pluma y escribió con grandes letras a todo lo ancho de
un papel: ¡ROBAN!
Este chiste, que escuché de labios de un amigo ruso y que tanto nos
enseña sobre el llamado "socialismo real", me vino a la memoria al leer
la última serie de textos publicados a nombre de Fidel Castro, en la que
aparece una reseña del libro Las guerras de Obama, del laureado
periodista norteamericano Bob Woodward.
Según se refiere en esas "reflexiones", el trabajo fundamental fue
realizado por una traductora que en apenas tres días condensó la obra de
420 páginas. Supongo que casi no haya dormido; una labor digna de
admiración y aplauso. No obstante, la autora de esa hazaña intelectual,
como buena comunista de filas, ha quedado en el anonimato.
Es verdad que, al hacer ese resumen, no se pasó de una sola etapa de la
anécdota brezhneviana. Además, en este caso específico debemos sentirnos
satisfechos de la decisión de Castro y Granma, pues de no ser por ellos
probablemente no hubiéramos tenido la posibilidad de conocer la
interesante obra, al menos a grandes rasgos.
Aunque es probable que la mayoría haya evadido la lectura de este
material, los cubanos que sí lo hicimos nos hemos enterado gracias a él
de algunas informaciones que generalmente no permite publicar el
Ministerio de la Verdad castrista: el sombrío Departamento de
Orientación Revolucionaria del Comité Central.
Hemos sabido, por ejemplo, de la gran amenaza terrorista que existe para
Afganistán y su vecino Pakistán y aun para Estados Unidos y otros países
democráticos; del peligro nuclear real que representan Irán y Corea del
Norte; del papel que la amapola —materia prima del opio— desempeña en el
financiamiento del Talibán, etcétera.
El texto se centra en los conflictos de ideas y posibles soluciones para
la crisis que propugnan las distintas tendencias (Woodward las llama
"tribus") que según él existen dentro de la administración de Barack
Obama. Vale la pena repetir una frase del Presidente: "En mi equipo
acepto el debate, pero no toleraré la división".
¡Buena enseñanza para tantos jefazos y caciquillos que deambulan por
estos mundos de Dios y que sólo aceptan como subordinados a aquellos que
les dicen siempre que sí!
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