La cámara Leica se volvió testigo de una tradición añeja y de gran
arraigo en la isla. Patrocinadas por una famosa marca, 10 artistas
vivieron y bebieron la savia dorada del Caribe
Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Viernes 28 de agosto de 2009
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Con una cámara Leica en manos, diez artistas de las más diversas
disciplinas emprendieron un viaje a La Habana para retratar la cultura
del ron y conocer su legado dentro de la historia cubana.
El encuentro con la isla caribeña y su recorrido por el camino de la
bebida dio lugar a un gran portafolios de imágenes que pondrán en línea
en un micrositio en la página oficial de Havana Club.
Escenógrafos, fotógrafos, periodistas, músicos, arquitectos, escritores
y cineastas mexicanos o radicados en México asumieron la imagen como la
posibilidad de contar su experiencia en el proyecto Havana Club: la
cultura del ron a través de la lente de… que, a través de fotografías,
da cuenta de la riqueza de la cultura del ron y al mismo tiempo muestra
la historia y la cultura de un país.
Nueva forma de hacer publicidad
La experiencia fue vital para todos, tal como afirma el cineasta Juan
Carlos Rulfo "pensé que era un gran pretexto para conocer un país desde
lo más profundo. Y ahora estoy con el coraje que da cuando quieres que
el mundo abra los ojos para que deje crecer a una nación sin prejuicios.
Si nuestras imágenes logran esto, si el ron contribuye de esa manera a
conocer a un país sin límites, entonces estamos frente a una nueva forma
de hacer publicidad".
La Cuba que este grupo de artistas ha capturado en imágenes se pondrá en
línea los primeros días de septiembre en un micrositio de internet que
está en construcción y es probable que las mejores fotografías podrían
ser publicadas en un libro con la marca Havana Club que desde 1878 está
en el mercado y produce el ron en sus fábricas de Santa Cruz del Norte.
Ese intento artístico por mostrar en imágenes y explicar cómo es la
cultura del ron en Cuba y cómo la bebida ha permeado diferentes aspectos
de la vida de sus habitantes, representó una oportunidad de conversar.
El arquitecto de origen español Miquel Adriá afirma que al ritmo del ron
y el son "la Habana sobrevive cadavérica a los embates globalizadores,
tanto por su condición insular como por la eterna necedad momificada de
sus fideles. El balcón es su piel. Es la transpiración de una ciudad,
que en su abandono, unifica palacios y vecindades, barrios decimonónicos
y modernísimos hoteles cincuenteros. Sudor y evaporación, glúteos y
balcones, barandales y muslos, reconstruyen, día a día, el
desmoronamiento de La Habana".
Una bebida nacional
La bebida que desde 1959 fue nacionalizada por el gobierno con la
Revolución y desde 1993 es producido por el consorcio Havana Club
Internacional, el cual es un joint venture entre el corporativo
internacional francés Pernod Ricard y el gobierno cubano, está
indisolublemente ligada al pueblo cubano y detonó imágenes sugerentes.
Hay rutas de botellas vacías que esperan albergar el ron, a veces blanco
y otras ámbar; filas interminables de barricas de madera; vasos medio
llenos que permiten distinguir entre ellos una fotografía del Che
Guevara; recipientes llenos con taparroscas doradas.
Luego de viajar a Cuba para gozar una experiencia artística y cultural
de lujo organizada por Havana Club, los diez artistas documentaron la
vida cubana, se contagiaron del son, recorrieron sus calles y
aprendieron del gozo con que los roneros fabrican litros y litros de esa
bebida que se exporta a varios países.
Nadie salió indemne de esa experimento. Héctor Esrawe asegura que él
reforzó la idea de que "la identidad de una cultura también está
vinculada a los productos que desarrolla, de lo que involucra un
compromiso con la calidad" y descubrió "el respeto y orgullo que una
cultura siente por sus tradiciones, el oficio con el que los maestros
roneros buscan mejorar el producto".
Entre mojitos y cubas libres, dos de las bebidas más legendarias de la
isla caribeña, los creadores se dieron a la tarea de proyectar la
cultura cubana a través del ron Havana Club y desde su mirada demostrar
que esa bebida, que tiene 9 sabores, entre ellos añejo blanco, añejo
especial, añejo reserva, cuban barrel proof, gran añejo 15 años y ron
extra añejo, es parte de la vida e historia cubana.
Cada uno de los artistas creó su propia historia en Cuba. Si Miquel
Adriá se apasionó por los balcones, Camilo Lara aprendió a admirar su
gente. Aldo Chaparro conversó con sus calles y con la ciudad, Ilana Sod
se dejó seducir por esa tierra caribeña, sus bailes con olor y sabor a
azúcar. Si María José Cuevas emprendió un viaje a la mágica Cuba,
Gonzalo Lebrija se apoderó de la isla pero dejó mucho de él en esa tierra.
El proyecto Havana Club: la cultura del ron a través de la lente de… fue
auspiciado por Havana Cultura para patrocinar proyectos e informar de
las manifestaciones creativas y culturales en torno del ron, esa bebida
característica de Cuba que comenzó a producir como marca en 1878 el
empresario español José Arechabala Aldama. La fábrica, que inicialmente
se llamó La Vizcaya y se dedicaba al procesamiento de la caña, pasó a
manos del gobierno tras el triunfo de la Revolución.
Un retrato de la cultura cubana a través del ron - El Universal -
Cultura (28 August 2009)
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/60319.html
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