2009-08-29.
Juan Carlos Linares Balmaseda, Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- El indomable sentido de la pertenencia en
los de por acá, cual doctrina dispersa en cada centro de trabajo, hace
de la propiedad estatal un negocio simultáneo al estilo centauro (mitad
persona y mitad bestia). Es una especie de propiedad "privatal" que
combina con anomalía la propiedad del estado con las más variadas
artimañas empresariales de tarifas y normas clandestinas, corruptas e
imposibles de desterrar.
Quien ponga en tela de juicio el sentido de la pertenencia del cubano
merece una estruendosa carcajada. Con un rampante sentirse dueños plenos
de la propiedad estatal toman sin previo permiso cualquier cosa situada
al alcance de la mano en el almacén, la fábrica, el hospital o donde
trabajen.
Cogerse unas libras de comida o de materias primas, un tomacorriente, un
bombillo o una sabana de cama puede que le llamen cleptomanía en otras
partes del mundo, en Cuba es "luchar".
La propiedad social es de todos, y si no lo es de quien será; ¿Del
"Estado Patrono" que paga el sudor en (cup), moneda veinticuatro veces
más desvalorada que la divisa (cuc) con la que cobra al trabajador, y
que con estricto sentido de pertenencia privada le ha administrado hasta
las pesadillas a los cubanos por más de cincuenta años, en tanto nos
discursa que la propiedad privada es maligna?
Los clientes son los humillados. Denunciar en serio este tipo de híbrido
económico significa impugnar el aparato estatal, no a modo superfluo
expuesto en medios de prensa oficiales o en programas humorísticos.
Nunca el Estado ha podido brindar un servicio estable y cómodo al
cliente, a domicilio y con precios asequibles. Imita al perro de
Hortelano que ni come ni deja comer, y siempre enredándole la pita a la
gente.
Ahora nos están designando un nuevo futuro oficial con un nuevo
Ministerio de Contraloría. Pocos aquí confían en que esos mismos
controles, llevados y traídos por los pelos, puedan revertir la falta de
eficiencia de la empresa estatal, que también podría denominarse empresa
castrense debido al porcentaje de militares que tutelan la economía del
país.
Nuestro sentido de la pertenencia es, en buena medida, imitativo. Deriva
de lo alto del podio jerárquico en donde se reparten cosas de todo tipo
sin contraloría alguna.
Cientos de miles de cubanos guiados de la mano por el sentido de la
pertenencia, o ¿de la des-pertenencia?, han hecho escala en los
tribunales con destino al talego, independientemente de sus caras
atemorizadas y esa actitud pasiva de muchachos atrapados haciendo algo
desautorizado por severos mayores que tantas veces les han repetido
"todo esto es tuyo, mío, nuestro, de todos".
La regla oficial es clara: somos culpables...hasta tanto no probemos
nuestra inocencia...
SENTIDO DE LA PERTENENCIA - Misceláneas de Cuba (29 August 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=22525
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