Editorial: Una petición a la Casa Blanca
DDC | Madrid | 30 de Mayo de 2017 - 13:54 CEST.
Los planes del castrismo para 2018 son transparentes: oficializar el 
traspaso de poder a sus herederos y afianzar el capitalismo de Estado 
que ya regenta a través de la familia Castro y la elite militar.
Esta hoja de ruta supone dos parodias de elecciones a partir de 
noviembre de 2017, unas municipales y otras a la Asamblea Nacional del 
Poder Popular. A las municipales intentarán presentarse por primera vez 
varias decenas de candidatos independientes, y tras las segundas Raúl 
Castro podría dejar la presidencia del país, lo que significará que, por 
primera vez en décadas, y al menos nominalmente, el apellido Castro 
dejará de estar al frente de Cuba.
Ambos acontecimientos darán lugar a un escenario inédito y generarán 
dinámicas difíciles de prever incluso para el propio régimen. El actual 
aumento de la represión contra cualquier espacio de independencia en la 
Isla está ligado a esa incertidumbre de las autoridades, nerviosas 
además por la volátil situación de su aliado venezolano, Nicolás Maduro.
En este contexto, la Casa Blanca ha propuesto eliminar los fondos de 
apoyo a la democracia en Cuba. El tema deberá ser debatido aún en el 
Congreso, pero su eventual aprobación acarrearía graves consecuencias 
para la causa democrática cubana.
Las leyes totalitarias siguen en pie en la Isla. Además de reprimir, el 
régimen condena a la exclusión social a quienes se le oponen. Los 
intentos de legalización de iniciativas independientes son continuamente 
rechazados; los activistas no pueden trabajar en el sector estatal y son 
hostigados si tratan de desarrollar alguna actividad económica por 
cuenta propia; reciben palizas, torturas, secuestros y detenciones 
arbitrarias; se les impide viajar; se les expulsa de las universidades y 
se hostiga a sus hijos en las escuelas. Retirarles el apoyo significaría 
dejarlos completamente en manos de los represores.
En un momento en que los sectores turístico y agrícola de EEUU buscan 
soluciones para acceder al mercado de la Isla, abandonar el apoyo a los 
luchadores por la democracia sería un regalo a la elite que ha arruinado 
el país y que niega la libertad y la prosperidad a la inmensa mayoría de 
los ciudadanos. No solo con inversión en la economía se resuelve el 
asunto cubano, sino también con inversión en los derechos humanos y en 
la democratización.
El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró el pasado 20 de mayo: "el 
pueblo cubano merece un Gobierno que de manera pacífica defienda los 
valores democráticos, las libertades económicas, las libertades 
religiosas y los derechos humanos. Y mi Administración está comprometida 
con el logro de esa visión". Siguiendo estos propósitos, la Casa Blanca 
debería reconsiderar su propuesta de eliminar las ayudas para quienes 
hoy luchan por una Cuba democrática y plural que, entre otras cosas, no 
signifique un foco de conflicto en la región.
Source: Editorial: Una petición a la Casa Blanca | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1496084255_31488.html
 
 
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