Gusanos
MILENA RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ, Granada | 26/08/2016
Hace unos meses, en una clase en la Universidad de Granada, un
estudiante hacía una exposición sobre La fiesta vigilada, ensayo del
escritor cubano Antonio José Ponte. Al estudiante no le había gustado el
libro, sin duda, complejo y muy duro con la dictadura cubana. Para
expresar sus críticas, no se le ocurrió otra cosa que llamar gusano al
autor. Lo dijo con naturalidad, con inocencia, incluso. Al terminar la
intervención, le pregunté por qué había utilizado el término "gusano" y
qué sabía de esa palabra. Me respondió que acababa de escuchársela a una
profesora, quien le dijo que así se llamaba en Cuba a los
contrarrevolucionarios. ¿Es que la palabra tenía alguna connotación
peyorativa?
Recordé esta anécdota mientras leía el blog de un periodista de Público,
que defiende en su escrito al actor Willy Toledo, quien, hace pocos
días, llamó gusano a Orlando Ortega, el atleta español nacido en Cuba
ganador de medalla de plata en los Juegos de Río. Según el periodista,
gusano "es como se denomina a los cubanos contrarios al castrismo que
emigran de la Isla opositando, sobre todo, desde Miami". Y añade: "El
término, aún siendo despectivo, está tan normalizado en Cuba que nada
tiene que ver con el insulto que utilizamos en España para describir a
alguien vil y despreciable".
Normalizado. Eso escribe David Bollero, el bloguero periodista de
Público, sin saber lo que dice. Porque es cierto: el término en Cuba
está completamente normalizado. Y eso es precisamente lo horrible. Que
en Cuba se le puede llamar gusano a cualquiera con normalidad. Y, como
bien dice Bollero, esto no significa lo mismo que en España. Ojalá lo
significara. Porque por supuesto que no se trata de un simple insulto.
Gusano puede significar -ha significado durante muchos años, sigue
significando todavía hoy- perder tu trabajo. O tu casa. O tu familia. O
ser detenido. O golpeado. O pisoteado. O ir a la cárcel. O no poder
volver a tu tierra.
Ser gusano en Cuba significa que has perdido la humanidad que se te
había, generosamente, asignado. Significa la deshumanización y la
animalización del diferente, lo que justifica su aniquilación. Ser
gusano en Cuba es como ser una rata judía en la Alemania nazi. Algunos
deberían leer a Art Spiegelman: "La deshumanización es crucial para el
proyecto de aniquilación". Y sigue: "Zyklon B, el gas empleado en
Auschwitz [...] era un pesticida para matar bichos o cucarachas".
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Nota de la Redacción: esta columna ha sido publicado previamente en
Granada Hoy. La reproducimos con la autorización de la autora.
Source: Gusanos -
http://www.14ymedio.com/blogs/cajon_de_sastre/Gusanos_7_2060863894.html
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