Si las medallas se comieran
Fueron carne de cañón, hoy son carne del olvido. Ex combatientes
cubanos: los héroes de nadie
viernes, enero 30, 2015 | Roberto Jesús Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba. – Se cuenta que, a principios de este siglo, una
organización internacional que agrupa a veteranos de varias contiendas
bélicas quiso ayudar financiera y materialmente a los ex combatientes
cubanos. Juan Almeida Bosque, quien presidía entonces la ACRC
(Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana), fue a darle la
buena nueva a Fidel Castro y este lo increpó diciéndole: "¿Tú eres bobo?
¿No ves que lo que quieren es captarlos?".
Existe malestar en no pocos ex combatientes guantanameros, miembros de
la ACRC, según expuso a este reportero un miembro de la referida
organización.
Dicha fuente, una persona de probada militancia revolucionaria, que
ocupó altos cargos en las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) de la
provincia y combatió en la lucha clandestina, me solicitó que no
revelara su identidad e hizo una exposición de los reclamos dentro de la
ACRC, organización que cuenta con más de trescientos mil miembros en
todo el país.
No todos los combatientes son iguales
En las últimas reuniones plenarias de la ACRC en todo el país y también
en Guantánamo, se ha estado planteando la necesidad de que aumenten las
pensiones de los ex combatientes. Otra petición ha sido que se les
asigne un valor añadido a las pensiones según las medallas y honores
recibidos, como se hace con los deportistas de alto rendimiento, algunos
de los cuales están ganando más de veinte mil pesos mensuales
(aproximadamente 800 dólares), una cifra inalcanzable para los
profesionales más calificados y prestigiosos del país.
En la ACRC existen cinco categorías para definir a los ex combatientes.
La primera corresponde a los antiguos miembros del Ejército Rebelde, la
segunda a los ex combatientes de la clandestinidad, la tercera a los de
Playa Girón, la cuarta a quienes lucharon contra los guerrilleros
anticomunistas en el Escambray y la quinta a los ex combatientes
internacionalistas.
A cada categoría corresponde una pensión, siendo la más alta la asignada
a los antiguos miembros del Ejército Rebelde.
A pesar de haber transcurrido 56 años del triunfo del castrismo entre
los miembros del antiguo Ejército Rebelde, hubo y hay discriminación
pues no reciben el mismo tratamiento quienes fueron miembros de las
columnas de Fidel y Raúl Castro en comparación con los de otras
columnas. Ese es el caso de los antiguos miembros de la columna 9,
comandada por Hubert Matos. En las carátulas de los expedientes de estos
ex guerrilleros aparece la frase "Columna 9", mientras que en las de los
demás ex luchadores se consigna la expresión "Combatiente del Ejército
Rebelde". Según la fuente esta práctica discriminatoria se ha aplicado a
la hora de la distribución de artículos electrodomésticos.
Muchos ex combatientes se quejan de que el aumento de sus pensiones,
recibido por estos días, es insuficiente y llega como una ayuda de
Asistencia Social. Esto implica que cuando fallezcan, sus esposas e
hijos no recibirán más que la cuantía por jubilación, que no sobrepasa
los trescientos pesos (unos doce dólares mensuales).
Falta de atención
En Guantánamo existe un grupo de ex combatientes de ascendencia africana
que participaron en la aventura guerrillera del Che Guevara en el Congo
y casi todos son desatendidos, como es el caso de Gerardo Simón, quien
desde hace varios años convalece ciego en su domicilio.
Tal desatención la verifiqué en la persona de mi primo Elio Liriano
Quiñones, fallecido a causa del cáncer en el 2010, quien con apenas 16
años combatió en Playa Girón y quedó marcado para siempre en el pecho
por las esquirlas de una granada. También la constaté en el caso de mi
padre, Roberto Quiñones Esquivel, combatiente del batallón 339 de
Cienfuegos, el primero en entablar combate en Playa Girón con la Brigada
2506. Mi padre sufrió un infarto a finales del 2013 y durante su ingreso
hospitalario, posterior convalecencia y hasta la fecha no ha recibido
visita alguna de la ACRC para conocer su estado de salud.
No hay nada como un día tras otro
A pesar de las diferencias ideológicas que tengo con dichas personas,
los respeto. Muchos de los que ayer estuvieron dispuestos a dar sus
vidas para que se restableciera la democracia en Cuba y se prestaron
luego-por convicción o temor-para defender lo que derivó en una férrea
dictadura que traicionó el Programa del Moncada y los Pactos de México y
de la Sierra Maestra, hoy lamentan lo ocurrido.
Ahora deambulan como tristes sombras de su propia juventud heroica. Más
que sujetos destinatarios de admiración, cuando aparecen con el pecho
lleno de medallas reciben la burla de la juventud actual, descreída y
mordaz, que los identifica como la causa de los males que dañan a
nuestro país.
Encorvados, enfermos y tristes, los héroes de ayer, son individuos que
no significan nada para una dictadura que sólo los recuerda una o dos
veces al año, cuando los convoca a participar en sórdidos actos
políticos donde les ofrece un pedazo de cake hecho con azúcar prieta y
burda harina junto con un refresco. Luego los devuelve a la desatención
y el abandono cotidianos.
Source: Si las medallas se comieran | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/si-las-medallas-se-pudieran-comer/
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