La muerte de Payá y la conducta de los necios
Publicado el Jueves, 26 Julio 2012 12:30
Por Martín Guevara*
Acaso lo que más me ha impresionado acerca de la muerte del disidente
cubano Oswaldo Payá Sardiñas no sea ni el enorme semillero de
posibilidades de fantasear con que haya sido uno de esos accidentes
inducidos por la buenaventura infinita para algunos, ni tampoco la
casualidad de que los fallecidos fuesen los dos molestos opositores al
régimen, mientras que los otros dos ocupantes extranjeros saliesen del
trance con heridas leves.
Lo que más me ha llamado poderosamente la atención, es la portada del
periódico Granma, que no hizo ni una sola mención al accidente y solo en
su interior una pequeña esquela que ni siquiera le dedica el honor de
colocar su nombre en el título ni hacer mención de su actividad.
Ni siquiera por tratarse de la persona que logró presentar las
requeridas firmas para promover el Proyecto Varela, que se proponía
abrir el debate sobre una transición democrática, rechazado por el
sempiterno gobierno, aportando el remanido argumento de que era una
estratagema de Estados Unidos para derrocar a la dictadura del proletariado.
Esa falta absoluta de respeto, de reconocimiento caballeresco de un
rival digno, que probó su valor frente a un rebaño de corderos serviles,
cuando se trataba de la relación con el poder y de una manada de lobos
feroces cuando se giraban hacia la población, es quizás el mayor llamado
de adeptos a su causa por la indignación que despierta tal desaire,
error en el que incurren una y otra vez los represores de toda latitud e
ideología.
Más allá de toda consideración, de cualquier diferencia de criterio con
las ideas de Payá, lo que no debe ser pasado por alto es el enorme valor
que un ser humano tenía que dedicarle al asunto en el 2002, para plantar
cara con semejante disparidad de fuerzas a un poder que había mostrado
tolerancia cero con cualquier grado de oposición, por mínima que fuese.
Lo que no pueden negarle ni sus más acérrimos opositores, ni sus
críticos mas enconados, es la perseverancia en los principios más
humanistas, de un pacifismo proverbial, llevando esta conducta a niveles
profundamente cristianos. Predicando con el ejemplo. No se lo puede
acusar de ningún atentado por leve que fuese, ni siquiera en respuesta a
los tantos padecidos por él y sus acólitos.
Este aspecto distintivo es donde radicaban las excepcionales condiciones
éticas de Payá, fue tanto el que lo convirtió en un ser que generaba
controversia entre los extremistas de toda índole, así como será el
rasgo más dificil de suplir y donde sera más sentida su pérdida.
Pienso que aparte de la consistencia que deba tener el producto que se
intenta vender en política, resulta igualmente importante la calidad
humana del vendedor. Su forma de vivir es la mejor manera de presentar
la sociedad a la que invita a formar parte.
Definitivamente, aun cuando se trate de una ideología distante a la que
suelo adherir, estoy más dispuesto a creer en el buen desarrollo de una
propuesta si parte de quienes son capaces de enfrentarse a la
intolerancia, al inmovilismo o al miedo, mediante la persuasión,
intentando convencer antes que vencer, poniendo en práctica una
paciencia que solo puede ser sostenida con importantes dosis de
convicción y con nutrientes que solo se hallan en la honestidad.
Obviar la muerte de un digno rival y en su lugar colocar una nota sobre
un partido de béisbol que Cuba ganó a Puerto Rico en Haarlem, los
resultados de un enésimo pleno del Partido Comunista, y alguna
intemporalidad más por el estilo, no habla de la calidad del
despreciado, sino de la del ofensor.
* Sobrino del Che Guevara. Vivió como refugiado en Cuba por 15 años y
permaneció en La Habana hasta 1988. Actualmente reside en España y
escribe un libro testimonial sobre su experiencia cubana y el peso del
mito que rodea a su célebre tío guerrillero.
http://cafefuerte.com/opinion/opinion/puntos-de-vista/2055-la-muerte-de-paya-y-la-conducta-de-los-necios
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