Última actualización Tuesday, 28 June 2011 12:58
El escritor cubano Angel Santiesteban, una de las más prominentes
figuras de la generación literaria nacida después del triunfo
revolucionario de 1959, ha decidido publicar su testimonio sobre un
singular tema de nuestro tiempo: el proceso de captación de los
indóciles por parte del aparato de la Seguridad del Estado.
Angel Santiesteban en su casa en La Habana
Santiesteban (La Habana, 1966) traza en estos artículos la ruta de su
calvario personal por decir No. Se trata de un intelectual que ha
levantado su voz para discrepar y cuestionar al régimen cubano. Su blog
Los hijos que nadie quiso recoge sus batallas recientes por labrarse un
espacio de libertad de expresión dentro de la isla.
Con esta serie de artículos que comenzamos a publicar hoy en nuestro
sitio, CaféFuerte inaugura el espacio Testimonios y Relatos, a manera de
lecturas para el verano que ya tenemos encima. Santiesteban ganó el
Premio Casa de las Américas en el 2006 con el libro de relatos Dichosos
los que lloran.
LOS INTENTOS FALLIDOS PARA CONSTRUIRME EN "AGENTE" DE LA SEGURIDAD DEL
ESTADO (I)
Por ANGEL SANTIESTEBAN
Saber decir que no cuando se presenta la oportunidad, sin importar lo
sorpresivo, la ganancia o el costo a posteriori de la negativa, es lo
que nos diferencia de las prostitutas.
Mi rechazo al régimen me llegó desde la juventud, supe que el camino era
equivocado y que el pueblo cubano a través del sistema comunista jamás
iba a disfrutar de una vida plena y digna como merece después de medio
siglo de República.
Cómo olvidar los llamados en la Universidad que le hacían a Amir Valle
cuando en plenas clases interrumpían a los profesores para sacarlo del
aula y colmarlo de amenazas por lo que dijo o lo que dejó de decir. O la
golpiza que le dieron en Jatibonico al escritor Jorge Luis Arzola por
asistir a un Taller Literario y luego, en plena noche, lo sacaron de la
celda y le repasaron la golpiza. Arzola tenía tantas diferencias y
rencores con el sistema que los hacía irreconciliables.
En el año 1994 yo era un escritor poco conocido; fui apresado y llevado
a las celdas del cuartel de la Seguridad del Estado en Villa Marista,
sospechoso de lanzar varios Cócteles-Molotov en diversos puntos de la
ciudad. Tres días con sus noches de interrogatorio me hicieron
desfallecer. Era un sueño que producía desmayos, ratos de inconsciencia
que eran interrumpidos por gritos, amenazas y empujones que ni siquiera
podía rechazar o preferirles alguna ofensa y recordarle que tenía
derechos, que estaba vivo. A la semana llegué a sentir que la muerte
sería un placer.
Entonces, de imprevisto, me ofrecieron "cooperar": sólo tenía que
localizar quiénes fueron los que lanzaron los Cócteles-Molotov, "solo
eso", me dijeron. No recuerdo si levanté los hombros, moví la cabeza o
simplemente en mi estado catatónico, ellos asumieron mi supuesta
respuesta positiva. A las doce de la noche fui lanzado a la calle, y las
casas daban vuelta y las luces me atormentaban, los ciudadanos me
miraban como un alcohólico, pero gracias a la emoción de ver a mi
familia, pude llegar a mi hogar.
Varios días después andaba por mí barrio un oficial vestido de civil
buscándome para saber algún dato que les pudiera aportar, pero no
lograron encontrarme. Me les había ocultado por el suburbio de la
Güinera. Allí estuve escondido dos meses. Y esperaron. A su entender les
había fallado. Comprendieron que no lograron ablandarme ni hacerme
entender que a su lado estaría "protegido", por lo que dieron paso al
plan B.
Sobre mí han usado todas las variantes que, como ser humano al fin, a
veces me pregunto si debía haber colaborado; pero de inmediato rechazo
tal estupidez. Jamás lo haría. Sé que mi madre saldría de su tumba a
vomitarme de asco. Mi hermana se cambiaría el apellido.
Y mis amigos y detractores me retirarían el saludo, porque no hay nada
más despreciable que un traidor.
http://cafefuerte.com/2011/06/26/testimonio-los-intentos-fallidos-para-construirme-en-agente/
No hay comentarios:
Publicar un comentario