Friday, June 24, 2011 | Por Rafael Alvarez Echevarria
MADRID, España, junio, www.cubanet.org -Una vez más,  el régimen cubano, 
en su acostumbrado papel de víctima, enarbola la Ley de Ajuste Cubano  y 
"el complot imperialista", como las causas de la fuga de profesionales y 
técnicos cubanos hacia Estados Unidos u otros países.
La realidad es otra. Los cubanos, hartos de vivir bajo un régimen que 
viola sus más elementales derechos y les imposibilita satisfacer sus 
necesidades básicas, ven como la mejor, y quizás única, alternativa para 
mejorar sus condiciones de vida, abandonar el país.  La decisión 
generalmente acarrea sin enormes sacrificios y sufrimientos,  que 
frecuentemente incluyen la separación por largo tiempo, o por tiempo 
indefinido, de sus seres queridos, a quienes el gobierno cubano 
acostumbra a mantener como rehenes, prohibiéndoles la salida del país. 
La emigración, por muy exitosa que resulte a la larga desde los puntos 
de vista profesional y financiero, siempre tiene un alto costo emocional.
La llamada fuga de cerebros (brain drain, en inglés) es la pérdida por 
una institución o nación de científicos, técnicos y talentos en general, 
debido a su relocalización. Esto ocurre generalmente, cuando existe 
libre movilidad, y está motivada por la búsqueda de mejores empleos, 
mejor remuneración o mejores oportunidades educativas. Generalmente los 
que se van no regresan.
El fenómeno se manifiesta con frecuencia en los países del  Tercer Mundo 
, cuyos profesionales migran hacia países desarrollados, especialmente 
hacia Estados Unidos y los países de Europa Occidental.
Esto no es algo nuevo, ha existido desde época de los antiguos griegos, 
o antes, y hoy se da inclusive en naciones desarrolladas, cuyos 
"cerebros" migran a otros países que ofrecen más oportunidades y tienen 
desarrollo científico-técnico.
Durante el siglo XX, fue una tendencia manifiesta especialmente en 
profesionales de disciplinas científicas en pujante desarrollo como la 
Física y la Química, que migraron a Norteamérica, atraídos por las 
oportunidades que brindaban  universidades, centros de investigación  o 
grandes proyectos científicos.
Hoy, en la era de la  información y con las facilidades de comunicación, 
este desplazamiento de talentos es cada día más fluido. Es común 
encontrar ingenieros, científicos y médicos de un país europeo 
trabajando en otro, o latinoamericanos haciéndolo en cualquier rincón 
del mundo.
Debe establecerse una distinción entre "fuga de cerebros" y "emigración 
  en gran escala". Lo primero, como dijimos anteriormente, se refiere a 
la migración de personas altamente calificadas, en busca de mejores 
oportunidades para su desarrollo profesional. Lo segundo, es la 
emigración de personas de todos los niveles educacionales y estratos 
sociales, condicionada por factores económicos, políticos y sociales. 
Los ejemplos extremos de ello son las grandes olas migratorias 
ocasionadas por desastre naturales o guerras.
La migración cubana  definitivamente cae en esta segunda categoría, es 
el resultado de una situación política que ha producido un desastre 
económico. La migración masiva de cubanos hacia Estados Unidos se inicia 
en la segunda mitad del siglo XX, después del triunfo de la revolución, 
condicionada mayormente por la situación económica y política de la Isla 
y por las políticas migratorias norteamericanas.
En 1958, cuando la población de la Isla era de 6 millones de habitantes, 
el número de cubanos, y sus descendientes, radicados en Estados Unidos 
no sobrepasaba las 125,000  personas.
En 1959 comenzó la gran ola migratoria cubana, que inicialmente estuvo 
conformada mayormente por blancos, miembros de las clases más altas y 
prominentes de la sociedad. Gradualmente, a medida que se agravaba la 
situación del país, se fueron sumando todas las clases sociales a la 
estampida y,  hoy la diáspora cubana incluye personas de todos los 
estratos sociales, razas y niveles educacionales.
La población de origen cubano en Estados Unidos aumentó un 44% en el 
periodo 2000 al 2010  y paso de 1.2 millones a 1.8 millones pasando a 
ser el tercer grupo poblacional de origen hispano, después de mexicanos 
y puertorriqueños. En ese mismo  periodo 270, 000 cubanos  recibieron 
permiso  de residencia permanente.  Los asentamientos preferenciales de 
los cubanos son los estados de Florida, California, New Jersey, New York 
y Texas, según reflejan datos del Censo de 2010. Cuba constituye el 
quinto emisor de emigrantes hacia Estados Unidos, después de México, 
China, India y Filipinas.
Se calcula también que alrededor de 250,000 viven en otros países de 
Latinoamérica y Europa.
La reciente ley que concede la posibilidad de adquirir la ciudadanía 
española a los nietos de españoles nacidos en el exterior, hace 
vislumbrar la emigración de varias decenas de miles de cubanos 
nacionalizados españoles hacia España y Europa.
Los Estados Unidos ha sido el "destino natural" para los emigrantes 
cubanos por la proximidad, las oportunidades y hasta afinidad cultural; 
no obstante, hoy los cubanos parecen estar dispuestos a emigrar a 
cualquier lugar posible. El asunto no parece ser "a donde ir", sino 
solamente "irse". Los cubanos parecen estar convencidos de que casi en 
cualquier lugar estarán mejor que en Cuba, a pesar del costo emocional 
de la separación de las familias. Hay cubanos en cualquier rincón del 
mundo y, donde quiera que nos encontremos, tratamos de conservar 
nuestras costumbres y cultura.
La masiva emigración, combinada con los bajísimos índices de natalidad 
de las últimas décadas, ha redundado en un decrecimiento neto de la 
población en Cuba y el envejecimiento de la población. El futuro 
demográfico del país no es  nada halagüeño.
El gobierno cubano pretende achacar la constante emigración, sobre todo 
la de las últimas décadas, a motivos puramente económicos, e igualarla a 
la de otros países latinoamericanos.
La realidad, al margen de cualquier coyuntura, es que la emigración de 
los cubanos es la expresión de su insatisfacción con un régimen que 
cercena sus más elementales derechos, oprime el espíritu,  niega 
cualquier oportunidad de progreso o crecimiento profesional y ha 
engendrado una creciente pobreza.
No obstante, creo que la principal razón por la que los cubanos, sobre 
todo los jóvenes, emigran actualmente, es la convicción de que el 
régimen, aun  con los afeites  recientemente anunciados,  no les brinda 
ninguna opción de futuro.
 
 
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