El exilio rinde homenaje en Madrid al líder estudiantil muerto en las
cárceles castristas en 1972, después de 53 días de huelga de hambre
CARMEN MUÑOZ / MADRID
Día 30/05/2011 - 19.55h
ABC
La lápida sigue sin nombre en el cementerio habanero de Colón. Pero casi
cuatro décadas después de su muerte en prisión, tras 53 días de huelga
de hambre, el líder estudiantil cubano Pedro Luis Boitel se ha
convertido en un símbolo de la disidencia al régimen castrista y su
figura reivindicada dentro y fuera de la isla. Como este lunes en
Madrid, cuando el escritor y poeta argentino Fernando Gril ha presentado
su libro «Una tumba sin nombre», en memoria del preso político muerto el
25 de mayo de 1972 en la cárcel del Castillo del Príncipe.
La lucha por la democracia y los derechos humanos fue una constante en
la vida de Boitel: primero contra la dictadura de Fulgencio Batista y
luego contra la de Fidel Castro, que lo temía por ser el líder
estudiantil más relevante de su tiempo, por su rebeldía, carisma y sus
ideas democráticas. Gril consideró «un acto de justicia honrar su
memoria». El libro presentado por la Asociación de Iberoamericanos por
la Libertad (AIL) «no solo trata de la vida de Boitel, sino la de muchos
presos políticos cubanos que se han inspirado en él», precisó el
periodista argentino.
Pedro Luis Boitel comenzó una cadena de huelgas de hambre que luego han
continuado Orlando Zapata y Guillermo Fariñas. El escritor y periodista
cubano Carlos Alberto Montaner recordó que trece personas han muerto en
la isla bajo las mismas circunstancias que Boitel durante las últimas
cinco décadas.
Montaner explicó que el poeta pertenecía al Movimiento 26 de Julio de
Fidel Castro, que como tal luchó activamente contra el régimen de
Batista, pero una vez en el poder criticó la deriva comunista
totalitaria del castrismo, lo que le costó la prisión. Pero las
autoridades carcelarias no lograron doblegar su «indomable voluntad» con
«juegos diabólicos», a pesar de su fragilidad física. «La imagen que
conservo de Pedro Luis Boitel es la de un joven delgado, risueño,
ingenioso, bromista», relata en el prólogo del libro de Gril.
Después de expresar su reticencia a las huelgas de hambre, Zoé Valdés
rememoró la frase que Boitel pronunció cuando estaba a las puertas de la
muerte: «Yo voy a estar vivo». La escritora exiliada en Francia calificó
«Una tumba sin nombre» como un libro «necesario» para la «revelación
versus revolución; contra la revolución es necesaria la revelación de
realidades, dolores, dramas».
Represión en Villa Clara
La activista de derechos humanos Janisset Rivero denunció durante este
acto que los homenajes rendidos este mes en Cuba a Pedro Luis Boitel y
Orlando Zapata han sido la causa de una nueva oleada represiva contra la
oposición. Entre otros detenidos durante unas horas o días figuraban
Jorge Luis García Pérez, «Antúnez» y su esposa, Iris Tamara Pérez
Aguilera. Janisset se refirió a la paliza que recibió Iris en Placetas,
municipio de Villa Clara. Los actos de la disidencia se celebraron entre
el 13 y el 25 de mayo, fecha del nacimiento y muerte de Boitel.
Precisamente el 15 de mayo Zapata hubiera cumplido 44 años. «¡Boitel,
vive!», gritaba el preso político en la celda durante sus últimos días
de vida. Su madre, Reina Luisa Tamayo, y otros doce familiares
comenzarán el próximo junio una nueva vida exiliados en Estados Unidos.
http://www.abc.es/20110530/internacional/abcm-tumba-nombre-martir-cubano-201105301849.html
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