La mayoría de los observadores cree que Alan Gross será hallado culpable
Agencias
La Habana 03-03-2011 - 11:33 am.
El juicio contra el estadounidense comienza este viernes.
Cuando el estadounidense Alan Gross se presente el viernes ante un
tribunal cubano no habrá un jurado popular para escucharlo, sino cinco
jueces, reporta la AP.
Gross, que lleva 15 meses en la cárcel, deberá responder ante un sistema
judicial completamente diferente y por cargos contra la seguridad del
Estado.
El estadounidense, de 61 años, fue detenido el 3 de diciembre de 2009 en
La Habana por haber ingresado equipos de comunicación que el gobierno de
la Isla clasifica como ilegales. Washington dijo que se trataba ayuda
humanitaria para la comunidad judía, pero líderes de las asociaciones
hebreas dijeron que no conocían al estadounidense, según la AP.
La Fiscalía cubana lo acusa de "actos contra la independencia o la
integridad territorial del Estado" y pide para él 20 años de cárcel.
Actualmente hay 12 ciudadanos estadounidenses detenidos en Cuba que
reciben atención consular, dijo a la AP la vocera de la Oficina de
Intereses de Estados Unidos en la Isla, Gloria Berbena.
Las autoridades dijeron que permitirán a los funcionarios
estadounidenses y a los familiares asistir al juicio.
Gross se someterá a procedimientos diferentes a los que existen en
Estados Unidos. Además de la falta de independencia del sistema
judicial, sobre todo en casos sensibles como el del estadounidense, la
ley cubana no prevé la existencia de un jurado y el juicio será oral e
inmediato, lo que significa que el tribunal deberá conocer las pruebas,
y a más tardar un día después emitir un fallo, aunque la divulgación del
veredicto podrá demorar una semana.
El estadounidense se encontrará "con cinco jueces. Tres de ellos
profesionales y dos legos, todos ataviados con sus togas negras", dijo a
la AP el abogado opositor René Gómez Manzano, quien durante años litigó
en tribunales de la Isla.
Explicó que los jueces legos son ciudadanos comunes que recibieron un
curso y quienes durante un mes se convierten en una especie de
representación popular en la impartición de justicia.
A un costado y otro de la sala lo esperarán las bancadas de abogados y
fiscales.
No hay confirmación oficial de quién será el abogado defensor. Varias
versiones indican que podría tratarse de Nuris Piñero, una abogada que
asesoró a los abogados de los cinco agentes cubanos condenados en
Estados Unidos por espionaje.
El contratista ya pasó 15 meses en prisión en una fase de "instrucción",
o sea, mientras la policía investigaba si se había cometido o no delito,
y pese a los reclamos del gobierno de Estados Unidos y la familia para
que concretaran los cargos.
El delito que enfrenta tiene fuertes implicaciones políticas: Washington
no ha ocultado que el arresto es un punto de tensión en las relaciones,
y La Habana puso al contratista como ejemplo de las acciones
estadounidenses contra el gobierno de los Castro.
Gómez Manzano dijo que la acusación de actos contra la soberanía del
Estado es "difícil de verificar" pues "su propia esencia está sujeta a
interpretación".
En cuanto a la sanción pedida a Gross, es leve si se la compara con la
máxima prevista para este delito, la pena de muerte.
Tras el juicio y la sentencia —al tener más de 60 años puede obtener una
rebaja— Gross quedará a disposición de las autoridades. Pueden dejarlo
purgar su pena en la Isla —como sucedió con el financista Robert Vesco
quien falleció en Cuba en 2007 de un cáncer—, amnistiarlo, conmutar su
sentencia o sencillamente deportarlo. El acusado puede apelar ante el
Tribunal Supremo.
Según la agencia Reuters, la mayoría de los observadores creen que Gross
será hallado culpable y condenado, porque La Habana quiere enviar una
fuerte señal a Estados Unidos para que interrumpa los programas de apoyo
a la democracia en la Isla.
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