Jorge Olivera Castillo, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - La opinión es unánime.
Los cubanos estiman que ir al agro mercado es un motivo para
mortificarse. No hay manera de salir airoso ante los productos
magullados, los pregones de mal gusto, las trampas en el pesaje y los
precios estratosféricos.
"Esto no hay quien lo aguante. Me gasté 100 pesos (4 dólares) en el
almuerzo de un solo día", exclamó un cliente en medio del habitual
bullicio del agro mercado de Egido, en el municipio Habana Vieja. "4
pesos por una libra de plátanos, 10 pesos me costaron estas cuatro
cebollitas, dos libras de tomate 10 pesos, por los 4 ajíes 16, ¾ de
libra de frijoles negros, 15 y para cerrar el círculo de la desgracia,
40 pesos la libra de carne de puerco", así hablaba un atribulado
consumidor, cuyo salario es de 360 pesos al mes (aproximadamente 20
dólares).
"Tengo que inventar por fuera. Mi familia no se va a quedar sin comer.
Si no fuera por lo que el cubano hace por la izquierda yo no sé cómo
podría mantenerse", me dijo poco antes de marcharse del mercado.
La situación no parece tener solución. El programa gubernamental que
elevaría la producción de alimentos no ha arrojado los resultados
previstos. Los esperanzadores augurios de especialistas en cuestiones
agrícolas y los alegatos de funcionarios políticos de diverso rango, no
reportan los beneficios esperados. De acuerdo a informaciones oficiales,
aún se mantienen ociosas alrededor del 50 por ciento de las tierras
cultivables.
Muchos inconvenientes impiden avanzar en esta área de vital importancia
para la economía popular. Por otra parte, se precisa de una perspectiva
de desarrollo al margen de la ideología, que no ofrece otra cosa que
discursos.
Hasta tanto no se hagan realidad la eficiencia y la productividad, será
imposible pensar en un efectivo salto hacia adelante. Al menos los
precios no bajarán de manera notable. Los nudos a desenredar no son
pocos, y no hay voluntad para hacer la tarea.
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