Before Night Falls: una ópera cuenta la tragedia cubana
Por DANIEL FERNANDEZ/Fort Worth, Texas
dfernandez@elnuevoherald.com
Cuba y el régimen castrista que ha azotado a la isla durante más de
medio siglo ha impactado a una hermosa ciudad texana a través de la
música. A 20 años de su muerte, el controversial escritor anticastrista
Reinaldo Arenas ocupó los titulares del mundo de la cultura con el
aclamado estreno de la ópera "Before Night Falls", de Jorge Martin, en
el Bass Performance Hall de Fort Worth, Texas.
El público --que abarrotaba el teatro la noche del sábado-- ovacionó
largo rato de pie al compositor, los intérpretes y los creadores de la
puesta. Sin duda un gran éxito para la obra de Martin, que inició su
largo proceso de creación en 1995, cuando obtuvo los derechos de la
autobiografía de Arenas, Antes que anochezca, con la intención de
convertirla en esta extraordinaria obra donde tanto el mundo mágico del
escritor cubano como las terribles experiencias que padeció bajo el
castrismo, encuentran su expresión.
Aunque la ópera es un arte que sublima lo terrible y la música hace más
tolerables los horrores humanos, durante la escena de los fusilamientos
se escucharon sollozos en la sala. En el divertido coro de las tías
abundaron las risas.
Llama la atención que haya sido ante un público aparentemente tan ajeno
al problema cubano y en un estado sureño donde se rinde culto a la
virilidad del cowboy, donde la historia de un guajiro homosexual
perseguido por una tiranía haya debutado en su encarnación operística.
El propio Martin explicó el proceso de cómo fue su obra a parar al bello
teatro Bass, que parece una versión antebellum de la Scala de Milán.
"El señor Darren K. Woods, director de la Opera de Fort Worth había
leído el libro de Reinaldo Arenas y le había gustado mucho. Cuando se
enteró de que alguien lo estaba adaptando para una ópera se interesó en
el proceso; porque en esa época [2004] ya la ópera estaba en un workshop
[taller] con la American Opera Project, en Nueva York. Un amigo de
Darren estaba en Nueva York y fue a ver la puesta del workshop, y luego
le dijo que le había gustado. Al año siguiente se puso el primer acto
también en workshop; pero el proyecto se estancó porque ellos querían
que yo cambiara algunas cosas del segundo acto''.
El proyecto quedó estancado momentáneamente. "La Universidad de Boston
que ya había puesto una ópera mía en un acto quería poner otra en un
festival, y yo les propuse que pusieran el segundo acto de Before Night
Falls, y la pusieron, con escenografía y unos cuantos instrumentos'',
contó Martin.
"Eso me permitió tener al menos una grabación rough (burda), imperfecta,
de la ópera completa. Durante años había estado detrás de la Florida
Grand Opera para el proyecto, también se lo propuse a Glimmerglass, a
Seattle, Los Angeles, San Francisco, pero es muy difícil que te abran
las puertas, que te escuchen, que te presten atención. Darren [Woods]
era el único que quería prestarle atención. De visita en Nueva York con
el director de orquesta Joe Illick, nos reunimos y decidieron poner la
obra completa en workshop con el Seagull, una comunidad musical al norte
de Nueva York''.
Luego, un amigo le informó de que una organización privada quería hacer
una donación para algún proyecto de ópera, y ése fue el dinero que se
usó para el workshop del Seagull. Que aunque fue con dos pianos en un
granero con escenario pequeño, el éxito fue rotundo, según explicó
Martin. "Como en el público estaba la directiva de la Fort Worth, se
decidieron a montarla para el 2011; pero finalmente la anticiparon para
este año, lo que demuestra cuán entusiasmados estaban''.
Martin anticipó a El Nuevo Herald otra buena noticia con respecto a su
obra. "Como esta puesta fue patrocinada por completo por la FWO, Darren
decidió entonces usar el resto de los fondos donados para la grabación
que se hará en unos días con el mismo elenco, y se piensa que será
lanzada al mercado para el otoño con la firma Albany''.
La cálida acogida que le dio la dirección de la FWO a Before Night Falls
se multiplicó con el elenco y todos los participantes en el proceso de
creación. Tanto el director escénico David Gately, que durante la
función en más de una ocasión se emocionó hasta el sollozo, como todos
los que participaron en el reparto se mostraron conmovidos durante la
larga ovación final.
Wes Mason, que encarnó a Arenas, apenas podía contener el llanto. "El es
mi héroe'', dijo con los ojos llenos de lágrimas. Un éxito mucho más
rotundo y entusiasta que el que tuvieron las otras dos magníficas
producciones de este Festival de Opera de la FWO: El elixir de amor, de
Donizetti, y Don Giovanni, de Mozart.
¿Cómo es que esta historia ha impresionado de manera tan tremenda a un
público aparentemente tan distante a la trama? Es que en realidad no hay
distancia alguna. Martin, que es también el autor del libreto --sobre
una primera adaptación de Dolores M. Koch--, ha sabido darle a la
trágica historia de Arenas no sólo un hermoso marco musical, sino la
trascendencia que la convierte en una historia humana más allá de toda
delimitación política, étnica o de orientación sexual.
Before Night Falls conmueve a todo ser humano que se sienta solidario
con aquéllos que en cualquier circunstancia luchan contra la injusticia,
la opresión y la mentira. Uno de los leitmotivs de la obra es: "La
verdad puede más que los tiranos, puede más que la oscuridad''.
Este gran éxito de la FWO ha contado con un verdadero equipo de
entusiastas de la obra, y desde la escenografía de Riccardo Hernández
--una hoja de papel que se despliega y paneles movibles sobre los que se
van proyectando los fondos escénicos de playas, paredones, pancartas o
Manhattan-- hasta la coreografía de John de los Santos con sus
insinuantes ballets homoeróticos, pasando por los trajes de Claudia
Stephens, las luces de Harry Fehner y los diseños para proyección de
Peter Nigrini, todos trabajaron en esta creación de conjunto con un amor
evidente.
Pero sin duda donde más se manifiesta ese amor de creadores es en el
trabajo extraordinario de los cantantes que en ocasiones hasta tuvieron
que improvisarse como bailarines.
Mason, el actor que encarnó a Reinaldo Arenas, realizó un trabajo de
incorporación extraordinario. Pero el Víctor de Seth Mease Carico no
resultó menos convincente en su papel de interrogador retorcido.
Magnífico el Pepe de Javier Abreu --a quien hemos aplaudido en Miami en
El rapto en el Serrallo-- con todas sus ambigüedades y duplicidades, al
igual que el emblemático Lázaro de Jonathan Blalock. Estupendo Jesús
García como el Ovidio en el que se sintetizan los destinos de distintos
escritores que menciona Arenas en su obra y que el cantante supo dar con
seguridad y empatía.
En una historia donde abundan los roles masculinos, Martin le da peso a
dos símbolos de Arenas, la Luna y el Mar. La primera, interpretada con
belleza y elegancia por Cortney Ross, mientras que el Mar y la Madre
quedaron a cargo de la talentosa Janice Hall.
Mención especial para los coros, a cargo de Stephen Dubberly y por
supuesto, a la gran labor de la orquesta con Illick en el podio.
Fue una noche inolvidable para todos los asistentes, no sólo por el gran
triunfo de una obra de arte que pronto será reconocida por los
escenarios del mundo, sino porque esa noche era también un triunfo para
Reinaldo Arenas y todos los que como él en algún lugar del mundo han
sufrido la injusticia, la persecución, la cárcel. Una noche en la que
finalmente triunfaba la verdad sobre la tiranía y la oscuridad.
http://www.elnuevoherald.com/2010/06/01/v-fullstory/733119/ibefore-night-fallsi-una-opera.html
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