Sábado 12 de Junio de 2010 19:16 Agencias
Ariel Sigler, el preso político gravemente enfermo excarcelado este
sábado, afirmó que seguirá luchando por la libertad y la democracia en
Cuba y por la liberación de todos los prisioneros de conciencia, reportó
EFE.
"No voy a dejar en ningún momento de luchar por la libertad y la
democracia en Cuba, voy a seguir luchando porque nuestros hermanos que
quedaron en prisión salgan en libertad", afirmó en la casa de su familia
en Pedro Betancourt (Matanzas), a donde fue trasladado en ambulancia
tras serle concedida una licencia extrapenal.
Sigler, de 47 años y parapléjico por múltiples enfermedades contraídas
en prisión, llegó a su casa acompañado por su esposa Noelia Pedraza y
por un equipo médico, y escoltado por una patrulla policial.
Le esperaban sus hermanos, sobrinos y otros familiares, además de
vecinos y miembros del opositor Movimiento Independiente Opción
Alternativa, que él preside.
En el interior de su casa, a la que accedió en silla de ruedas, ofreció
unas declaraciones en las que agradeció a sus compañeros de disidencia y
a la "presión internacional" su liberación.
"Esperamos que no sólo yo tenga la oportunidad de salir, que tengamos la
posibilidad de salir todos porque nos consideramos todos inocentes",
dijo Sigler en referencia a los presos políticos cubanos.
Consideró que las gestiones de la Iglesia Católica ante el gobierno de
Raúl Castro han tenido "cierta repercusión" por las medidas adoptadas
hasta el momento con algunos prisioneros, pero expresó su deseo de que
las liberaciones no se estanquen con su excarcelación.
"Espero que continúen estas liberaciones, nadie debe estar preso", dijo
el disidente, que recordó que en las prisiones "todavía quedan muchos
enfermos que necesitan salir".
Sobre su salud, indicó que es "bastante" delicada debido a cuatro
enfermedades crónicas y un estado de desnutrición grave, e insistió en
que se va a dedicar a recuperarse aunque no tiene decidido dónde lo
hará, en alusión a la posibilidad de recibir tratamiento fuera de Cuba,
como han pedido algunos de sus familiares.
Anímicamente dijo sentir una combinación de alegría por su excarcelación
y tristeza por no haber podido compartir este momento con su madre, que
falleció hace cuatro meses.
También por el hecho de que "quedan compañeros en prisión", incluido su
hermano Guido que cumple 20 años de cárcel y, como él, fue condenado
durante la represión de 2003.
La excarcelación de Ariel Sigler y el traslado de otros seis presos
políticos a centros penitenciarios de sus provincias de residencia es la
segunda medida que adopta el gobierno dentro del proceso de diálogo con
la Iglesia Católica
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