La familia cubana según un cura de Guáimaro
La historia de un hombre que abandonó a su carrera de Medicina y su 
novia para entregarse a Dios y su Cuba
abril 27, 2012
Alberto Reyes Pías, asegura que la oposición "no existe en la cola del 
pan" pero "tal y como está pensada y montada la sociedad cubana no 
funciona; un cambio es necesario".
Reyes, nació y creció en la ciudad camagueyana de Florida; y hoy es el 
Párroco de Guáimaro, un lugar emblemático de la misma provincia donde 
los cubanos aprobaron a mediados del siglo XIX, la Primera Constitución 
de la República en Armas que entonces luchaba por su independencia.
Para este sacerdote que ha llamado la atención por la profundidad de su 
mensaje pastoral, encarnado en la realidad que le ha tocado vivir, el 
Guáimaro de hoy es igual a cualquier "pueblito" del interior del país.
Alberto no es político sino párroco, sin embargo, no deja de pensar en 
el destino de la tierra que lo vio nacer como lo hicieran Félix Varela y 
otros tantos hombres de fe.
"Este sistema político ya no tiene nada que ofrecer", dice quien ha 
vivido 44 de los 53 años del socialismo castrista y advierte la 
necesidad de cambio porque ve agotadas las posibilidades del sistema.
"El principal problema es cómo hacer ese cambio de forma pacífica e 
incluyente" porque puede haber "violencia" y "desquite" en un pueblo 
donde "hay mucha gente herida", reflexiona Reyes, durante una entrevista 
telefónica concedida a martínoticias. com, mientras recuerda que fue 
recriminado de niño por sus ideas religiosas en su natal Florida.
Su vida transcurría como la de cualquier joven: comenzó a estudiar 
Medicina y tenía su novia pero Dios se le interpuso en su camino. 
Abandonó su carrera en el tercer año, pasó cuatro más como seminarista y 
todavía se sentía enfadado cuando lo enviaron a Roma a continuar sus 
estudios hasta que en España se encontró con su verdadera vocación. 
Estudió Sicología de 2004 al 2009 en la Universidad Pontificia Comillas 
en España y  regresó a su patria donde se ordenó como sacerdote.
Capaz de enfrentarse al Partido Comunista de Cuba por pedir en su 
Iglesia por el descanso de Orlando Zapata Tamayo, hoy piensa por qué la 
iglesia se ha convertido en el mejor interlocutor de los cubanos:
"Si fuésemos más interlocutores el diálogo sería más rico pero mientras 
la oposición no se organice y defina de un modo más claro no va a tener 
fuerzas como interlocutor". "La gente no dice desde la oposición 
dijeron… es como si no existiera para la vida cotidiana".
La salida a la crisis política de Cuba debe hacerse desde la 
"reconciliación" y el "perdón". Así lo reza en su iglesia y en todos los 
lugares donde va porque no se "considera un bicho raro". Mucha gente 
cree como él; "el pueblo cubano está vivo"en su deseo de "cambio".
En sus homilías, insiste en que "cuando uno le da la espalda a Dios la 
vida se le traba. Esa es una cuenta pendiente para este pueblo" que 
siente mucho "miedo", afirma. "Es una lástima pero es normal" en tanto 
el gobierno sea el principal empleador y las personas dependan de los 
mecanismos estatales para sustentarse.
En medio de la gente de pueblo, le preocupa mucho la situación de la 
familia cubana, a la cual describe "sin energías" y en "una cuesta 
arriba" contra las "circunstancias" que son "muy duras". "La lucha de la 
sobrevivencia diaria no ayuda a que las familias se integren; por otra 
parte están el tema de las misiones" en el extranjero que alivian una 
situación económica a costa de abandonar a los seres queridos.
Aunque su libro Historia de una resistencia no tiene que ver con la 
política sino con su vocación y la oposición que le hizo a Dios cuando a 
los 18 años renunció a su novia para dedicarse al sacerdocio, se resiste 
"a vegetar; a rendirte en cuanto a perseguir los valores que amas. En 
ese sentido, surge el Evangelio diciéndote lo mismo que Jesús: Levántate 
y anda. Me resisto a morirme por dentro", concluyó.
http://www.martinoticias.com/content/alberto_reyes_pias_historia_de_una_resistencia_entrevista_/10704.html
 
 
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