Los CDR son pieza de museo
30 de junio de 2017 - 20:06 - Por EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS
Con los años, la célula que funciona a nivel de cuadra y en la cual se
deben inscribir todos los residentes mayores de 14 años, devino en el
núcleo que permite llevar un control estricto de los movimientos
individuales de cada persona en Cuba
Como parte de los últimos estertores de un sistema que fijó sus bases en
la implantación del terror y el espionaje, los Comités de Defensa de la
Revolución (CDR) en Cuba están por desaparecer.
La reciente visita de un periodista que lo observó de cerca e
intercambió opiniones con los actores de esa realidad permite corroborarlo.
El 28 de septiembre de 1960, en una de sus alocuciones a la población,
el fallecido gobernante Fidel Castro llamó a instaurar un "sistema de
vigilancia revolucionaria" para lo cual tomó como pretexto combatir la
injerencia en el entonces naciente proceso.
Con los años, la célula que funciona a nivel de cuadra y en la cual se
deben inscribir todos los residentes mayores de 14 años, devino en el
núcleo que permite llevar un control estricto de los movimientos
individuales de cada persona.
Observar quiénes son asiduos a una casa; saber de dónde provienen los
ingresos económicos de una familia; otorgar el aval o desaprobarlo para
que alguien pueda obtener un empleo y tener el compromiso de informar
todo cuanto pueda parecer irregular en la casa de un vecino, son algunas
de las funciones esenciales de los CDR que con el tiempo se han ido
desvirtuando.
En su momento de mayor preponderancia y cuando en el país la crisis
imperante provocó estallidos como los éxodos de Camarioca y Mariel, los
CDR sirvieron para alentar y ejecutar la represión contra quienes
decidían abandonar el país y se convertían en blanco de las más crueles
vejaciones y agresiones físicas y verbales.
Los CDR contaron por mucho tiempo con suficiente potestad para salvar o
enjuiciar a cualquier ciudadano, amén de que quienes pertenecen casi de
forma obligatoria, tienen que cumplir con el pago de una cuota mensual
que sustenta al aparato burocrático de la organización hasta la
instancia nacional.
Pero a estas alturas del deterioro social, económico y estructural que
padece Cuba la vigencia de los CDR se convierte en un absurdo.
Resulta prácticamente imposible que en un país desabastecido, donde la
moneda con que se pueden adquirir los artículos de primera necesidad no
es la misma en que se perciben los salarios, que alguna persona intente
sobrevivir alejada de la ilegalidad.
Perdieron entonces los CDR su razón de existir porque sus principales
defensores forman parte del ejército de los que sobreviven en la doble
moral y la invención aunque a cambio haya que delinquir.
Las opiniones emitidas en esta sección no tienen que reflejar la postura
editorial de este diario y son de exclusiva responsabilidad de los autores.
Source: Los CDR son pieza de museo | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/opinion/los-cdr-son-pieza-museo-n4125709
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