Fin de los tiempos
HILDEBRANDO CHAVIANO MONTES | La Habana | 30 de Diciembre de 2016 -
09:17 CET.
Tal como se esperaba, la economía cubana no creció según lo planificado,
ni siquiera creció, todo lo contrario, decreció en 0,9%, a pesar de que
el salario que se le roba al personal de la salud en misiones
internacionalistas, y de que los servicios públicos como la salud y la
educación se contabilizan como Producto Interno Bruto (PIB).
¿Dónde se van a meter los triunfalistas que auguraban, una vez más, que
ahora sí se iba a construir el socialismo? Ni Lineamientos ni
Conceptualizaciones, ni congresos del Partido Comunista (PCC) ni
parlamentos de votaciones unánimes pueden impedir que hasta el más
crédulo de los cubanos se dé cuenta de que el comunismo no funciona ni
siquiera en apariencias. La economía estatal centralizada y planificada
es un fiasco.
Para colmo de males, la salvadora ayuda solidaria no llega ni llegará de
ninguna parte, y la incapacidad del sistema económico cubano para
valerse por sí mismo es evidente para todo el mundo menos para los
dirigentes de la Isla, anclados en la adoración a los dioses muertos del
comunismo.
Qué pena el tiempo perdido por Raúl Castro desde que llegó al poder
aunque este fuera compartido… Ahora vienen los apuros y más
improvisaciones a las que ya nos tienen acostumbrados los muchachos de
la Sierra Maestra, solo por la tozudez de querer construir un país
idílico dirigido por líderes inteligentes, honestos y clarividentes, que
a fin de cuentas no pueden prever su propia ruina, ni son honestos ni
inteligentes, y mucho menos verdaderos líderes.
Ministerios y empresas dirigidos por generales y coroneles que tal vez
en sus años mozos fueran diestros conductores de un tanque de guerra o
una brigada de infantería, pero que puestos al frente de una fábrica de
zapatos o una granja porcina saben menos del asunto en cuestión que
aquel burro que tocó una flauta.
Ni de casualidad la economía cubana va a mejorar por diversas razones;
las órdenes venidas de arriba no se discuten, primero se acatan y
después, se acatan. Las leyes cubanas no promueven y protegen la
inversión de los nacionales, todo lo contrario, la prohíben.
Las leyes cubanas incluyendo la Carta Magna socialista, prohíben la
propiedad privada, la acumulación de riquezas, la libre emisión del
pensamiento y la asociación independiente, el PCC rige el país de manera
total, esa función no la desempeña el pueblo representado a través del
Parlamento como debería ser. Este órgano supuestamente legislativo tiene
como verdadera función servir de portavoz a las decisiones del PCC, en
realidad del Primer Secretario y su corte.
A propósito, en el último periodo de sesiones de la Asamblea Nacional
del Poder Popular acaban de ser electos nueve diputados. ¿Electos por
quién? En Cuba son designados los diputados como si se tratara de
contratar mayordomos. ¿A quién representan? Bienvenidos al circo.
Mientras la situación en el plano político y legal no sufra cambios, los
resultados económicos de Cuba en el 2017 van a ser semejantes a los de
este año, o peores. Solo la privatización de las tierras de cultivo, de
los centrales azucareros, la minería y cualquier otro renglón
productivo, incluyendo el turismo y la pesca, harán que el país se
desarrolle.
Esta medida, junto con la terminación del monopolio del pensamiento que
ostenta el PCC, permitirá que la República se mantenga de sí, como diría
Rubén Martínez Villena, paradójicamente un comunista.
De surrealista se puede calificar el informe del "General Presidente",
como bautizara el Historiador de La Habana Eusebio Leal al gobernante
cubano Raúl Castro en la clausura del VIII Periodo Ordinario de Sesiones
de la Asamblea Nacional del Poder Popular en la VIII Legislatura (me
divierte la jerga comunista para no decir nada, parece ciencia ficción).
Lo más importante de la mencionada reunión fue la "ley" referida al uso
del nombre del fenecido dictador, los resultados económicos no parecen
importarles porque siempre se puede culpar al embargo de lo que no se
hizo por falta de voluntad.
Esta vez, además del imprescindible embargo económico y financiero
norteamericano, las causas atribuidas al descalabro fueron la caída en
los ingresos por exportaciones por la disminución de los precios, así
como afectaciones en las relaciones de cooperación con otros países
(¿?), limitaciones en los suministros de combustibles y agravamiento de
las tensiones financieras (¿impago de deudas?). Por supuesto, no se debe
olvidar a Matthew con todo su protagonismo.
Todas las causas del decrecimiento de la economía se atribuyen a
factores externos, por ninguna parte aparecen la corrupción
administrativa, la ineptitud de los dirigentes, las tierras estatales
(la mayor parte del total) aun infestadas de marabú, una Ley de
Inversión Extranjera que no entusiasma a los inversores y una masa
trabajadora que finge que trabaja.
Por lo demás, no hay novedad, no colapsó la economía a pesar de que
decreció casi en un 1%, disminuyeron las exportaciones, Venezuela da
menos petróleo, los chinos siguen empecinados en el puñetero "ganar,
ganar", el Mariel no funciona, y para colmo, los capitalistas se niegan
a ayudarnos a construir el socialismo.
Del discurso del actual mandatario cubano se infiere que estamos
jodidos, pero contentos, porque nunca volveremos a ser capitalistas y el
pueblo está dispuesto a seguir a "su Comandante" hasta el extremo de
meterse en un monumental ataúd colectivo al estilo del Egipto de los
faraones.
Source: Fin de los tiempos | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1483015687_27744.html
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