El cura que alza la voz
Juan Yvo Urvoy, sacerdote francés en Placetas, reivindica el papel de la
Iglesia en una futura transición cubana
JORGE GUILLÉN, Candelaria | Julio 26, 2016
Francés, amante del ciclismo y sacerdote en la parroquia San Atanasio de
Placetas, en Villa Clara, Juan Yvo Urvoy convive desde hace una década
con la población de áreas rurales y le toma el pulso a una realidad que
es por momento gratificante y en otros alarmante. En conversación con
14ymedio habló sobre sus proyectos y preocupaciones.
Pregunta. Fundó un club de ciclismo que ha sumado miembros a lo largo
del tiempo. ¿Cómo lleva esa combinación de labor pastoral y
entrenamiento deportivo?
Respuesta. El club fue fundado hace nueve años e involucra a los
muchachos que pertenecen a la parroquia de San Atanasio. Practican algún
deporte y a través de él se educan con la disciplina y el esfuerzo que
requiere el ciclismo. Tenemos a lo largo del curso entrenamientos
semanales, y cada vez que hay un receso escolar o vacaciones damos
vueltas por toda la Isla. Sirve para conocer un poco mejor el país y
fomentar la convivencia y la espiritualidad.
P. ¿Qué lo llevó a crear algo así?
R. Cuando llegué a Cuba el obispo me dijo que tenía que hacer algo para
los varones, porque la Iglesia de Cuba está muy poblada de mujeres,
abuelas y niñas, pero se encuentran pocos hombres. El club de ciclismo
ayuda a que los muchachos se fijen más en la comunidad y vivan en ella
como en su familia.
P. Placetas es un pueblo donde residen importantes líderes de la
sociedad civil muy activos, como Jorge Luis García Pérez, Antúnez,por
ejemplo. ¿Se relaciona usted con él?
R. Sí, nos llevamos bien, aun cuando no es un feligrés. Compartimos
criterios y, como dije varias veces a las autoridades, me considero,
como párroco de Placetas, pastor de todas las almas que allí viven, por
lo que no hay reparo en que yo visite a quien quiera, incluso aunque no
se encuentre en la comunidad cristiana.
P. ¿Ha sentido usted que han intentado silenciar sus opiniones sobre la
realidad cubana?
R. Nadie me silenció, pero creo que estamos llegando a momentos en que
la Iglesia tiene que alzar la voz y ser un instrumento de esta
transición muy necesaria para el pueblo de Cuba.
P. Cuando la visita del papa Francisco a Cuba se crearon muchas
expectativas. ¿Cree que el obispo de Roma estuvo a la altura de lo que
se esperaba?
R. El pueblo de Cuba y nosotros en la parroquia de Placetas esperábamos
otro discurso, otra libertad de tono. Vimos al papa hablar muy
libremente en todos los países que visitó y fue muy extraño ver que en
Cuba estaba así como frenado. Fue un poquito decepcionante.
P. En la última década ha ayudado a impulsar en su parroquia varios
servicios y proyectos enfocados en la comunidad. ¿Podría detallarlos?
R. Tenemos un internado para varones, un hogar de ancianos con acogida
de día y, sobre todo, el repaso escolar, que es muy importante en la
parroquia, además de otros tantos proyectos sobre orientación a la
familia y talleres de costura para mujeres.
P. Muchos sacerdotes y obispos cubanos dicen que ellos se ocupan de la
Iglesia pero no se meten en política. ¿Cómo ve esa actitud?
R. No es solo una situación en la jerarquía de la Iglesia, es algo que
también le ocurre al pueblo cubano, que está harto de la política
después de más de 50 años de esta dictadura. Es muy común escuchar aquí
que la gente dice: "la política es una mierda". Los cristianos aseguran
que quieren tener las manos limpias y no meterse en política, lo que es
un error fundamental. Como dice Aristóteles, la política es el arte de
vivir y convivir en la sociedad. La política es algo noble, que debe
animar a los hombres buenos para constituir una sociedad y un ámbito
favorable para que el hombre encuentre la felicidad. Los cristianos no
pueden desentenderse de la política sino cambiarla desde sus raíces.
P. ¿Por qué cre que tantos sacerdotes cubanos callan ante los graves
problemas sociales y usted, que es un extranjero, alza la voz?
R. Tal vez porque ellos han nacido en un contexto en el que ya son dos o
tres generaciones bajo el régimen castrista. Eso marca la mentalidad del
pueblo. Nosotros tenemos una ventaja, llegando desde fuera, con ojos
nuevos, y podemos también tener elementos de comparación, o incluso otro
tipo de formación.
P. ¿Corre el riesgo de que lo echen del país?
R. Mis amigos y mis feligreses me dicen: "no diga eso padre, porque van
a botarlo de Cuba". El miedo está muy presente en el corazón de la gente.
P. ¿Cómo han reaccionado los pobladores de Placetas ante un posible
deterioro de la situación económica?
R. Están muy preocupados y piensan que la generación de hoy en día no
está preparada para sufrir como en los años noventa. El domingo pasado
dije en una misa que es el momento para que la Iglesia convoque a Raúl
Castro a una mesa redonda para decirle que si estamos entrando en otro
Periodo Especial es porque el socialismo no es sostenible y hay que
pasar a otra cosa.
La Iglesia está lista para facilitar algo así: una verdadera transición,
para pasar a otro sistema político que involucre en verdad a todos los
cubanos. La Iglesia tiene el papel de ver y hablar bien claro en este
momento.
Source: El cura que alza la voz -
http://www.14ymedio.com/entrevista/cura-alza-voz_0_2042195761.html
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