Súbditos leales: Lenier González Y Roberto Veiga
[27-03-2015 02:48:57]
René Gómez Manzano
Abogado y periodista independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- La semana pasada se celebró por fin en La
Habana el encuentro entre las delegaciones de Cuba y la Unión Europea
(UE). Con ese fin viajó a nuestra capital el señor Christian Leffler,
alto funcionario del bloque comunitario. Según el vicecanciller
antillano Abelardo Moreno, las negociaciones se centraron en el tema de
"la cooperación, en su sentido más tradicional". Como el asunto abordado
incluye probables dádivas al gobierno castrista, no causa asombro que
haya habido "un avance importante".
Se sabe que el objetivo final de las negociaciones es la firma de un
convenio. Este documento —entre otras cosas— reemplazaría la conocida
Posición Común. Aunque esta última decisión unilateral de la Unión
Europea está vigente desde diciembre de 1996, cabe recordar que sus
cláusulas no siempre han sido observadas al pie de la letra.
Durante años resultó bastante común que las esporádicas visitas a Cuba
de dignatarios importantes del Viejo Continente, no incluyeran
encuentros con "todos los sectores de la sociedad cubana". Y esto a
pesar de lo que al respecto establece con claridad el Punto 3, inciso
a), del referido documento.
En esta oportunidad, parece que el señor Leffler deseó actuar de manera
diferente. Según informó la prensa no oficialista, él y Herman
Portocarrero, embajador de la UE en la Isla, se entrevistaron con
Roberto Veiga y Lenier González, dirigentes del proyecto Cuba Posible.
En base a esa realidad, ¿puede considerarse que esta delegación de la UE
sí dio cumplimiento al aspecto arriba mencionado?
Para preferir una respuesta negativa a esa interrogante, no parece
imprescindible fundarnos en las posturas harto discutibles que han
asumido esos dos compatriotas y sus amigos ante la actual problemática
nacional. Tampoco es menester hacer demasiado hincapié en los alardes de
contorsionismo verbal en los que ellos han demostrado ser verdaderos
maestros.
Basta —por el contrario— con entrar al sitio-web de esa cofradía. Allí,
en su presentación, los propios "posibleros" dan respuesta a dos
interrogantes: "¿Quiénes somos?" y "¿Cuáles son nuestras propuestas?" Y
es precisamente en esos textos, elaborados y divulgados por ellos
mismos, donde alcanzaremos a encontrar el fundamento de nuestra
discrepancia con la actuación de Leffler y Portocarrero.
Lo primero a destacar en esos escritos es la frase siguiente: "una
democracia más plena". Es hacia allí que, según propia confesión,
quieren avanzar Veiga y sus seguidores; es lo que ellos intentan
procurar. De esa expresión se colige —ante todo— que, en opinión de esos
señores, la Cuba de hoy es un país democrático. Sus palabras sugieren
además que nuestra Patria posee esa condición de un modo completo. La
única objeción que ellos oponen a esa supuesta realidad es su deseo de
que tenga ese carácter de manera aún "más plena".
Según lo planteado en la mencionada presentación, Cuba Posible (que "no
pretende convertirse en un partido político"), actúa "con el propósito
de promover: la educación, la cultura y la espiritualidad; el encuentro,
el respeto y el intercambio entre posiciones en debate". Como se ve,
nada que no pueda asumir un círculo de abuelos o una inofensiva
asociación cultural. Por parte alguna se dice que, con respecto al
gobierno castrista, la referida cofradía esté en oposición, aunque sea
de esa que los mismos "posibleros" califican como "leal" (cualquier cosa
que esto quiera decir).
En los distintos trabajos individuales colgados en el portal por los
mencionados jefes, aparecen planteamientos aún más pasmosos: Roberto
Veiga expresa su preocupación por "salvar la capacidad del PCC para
hacer política en medio de toda la sociedad". En un rapto de osadía,
este autor contempla otra posibilidad: que "la realidad estableciera el
pluripartidismo"; eso sí, uno "leal a las entrañas de la cubanidad".
(Confío en que mis lectores entiendan la frase.)
Por su parte, Lenier González, para la "transición" de la "generación
histórica" hacia el "relevo político", piensa en nombres jóvenes
asociados a "1) las Fuerzas Armadas, 2) el Ministerio del Interior, 3)
el aparato de relaciones exteriores, 4) niveles intermedios del Partido
Comunista, y 5) otros civiles del entorno cercano al presidente Raúl
Castro". ¡Que Dios nos coja confesados!
¿Y es a esas personas que tratan al régimen totalitario con delicadezas
de terciopelo y ternuras de súbditos leales a quienes el señor Leffler y
sus colaboradores consideran otro sector —distinto del gobierno— de la
sociedad cubana! Parece una broma de mal gusto. Espero que no lleguen al
colmo de catalogarlos como opositores, algo que rayaría en la obscenidad.
Confieso que yo hubiera preferido que también en esta ocasión, los
representantes de la honorable Unión Europea hubiesen ignorado el Punto
3-a de su todavía vigente, aunque moribunda, Posición Común.
Source: Súbditos leales: Lenier González Y Roberto Veiga - Misceláneas
de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5514b7093a682e13b89a0537#.VRWdFPnF83Q
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