Sin tabacos en moneda nacional
ORLANDO PALMA, La Habana | Febrero 24, 2015
A la misma hora en la que se inauguraba este lunes el XVII Festival 
Internacional del Habano, un hombre de andar cansado recorría varios 
locales estatales y hacía una simple pregunta: "¿Tienen tabaco?". De 
manera invariable, los empleados le respondían con un chasquido de la 
lengua o un desganado movimiento de cabeza de un lado a otro.
En la tierra del tabaco, los cubanos fumadores de puros lo tienen cada 
vez más difícil. El mercado se ha trasladado casi por completo al área 
en divisas, mientras los consumidores locales se quejan por el 
desabastecimiento y la mala calidad del producto destinado a la venta en 
moneda nacional.
La situación contrasta con la alta participación de Cuba en el mercado 
internacional, donde de los 400 millones de puros de máxima calidad que 
se comercializan en el mundo, los Habanos ocupan el 70% del mercado en 
unidades y el 80% en cuanto a valor.
Lejos de las lujosas tiendas en que un puro puede costar el salario del 
mes de un profesional, quedan los locales sucios y desabastecidos en que 
se comercializa el producto en la otra moneda. "A veces llegan sin 
anillas, sin marca y con la capa completamente deteriorada, pero aún así 
se acaban enseguida", refiere Cándido. El camarero de un pequeño tugurio 
en el Consejo Popular Plaza quien asegura que "hace tiempo están 
perdidos los tabacos y los viejos están como locos".
Los funcionarios del ramo "se lavan las manos". Raúl Hernández Ferrer, 
director de la Empresa Comercializadora de Tabacos en Rama La Vega, 
aseguró a la prensa oficial a finales de 2014 que el plan de tabacos a 
comercializar en la capital era hasta septiembre pasado de unos 29 
millones de tabacos, y al cierre de mes ya se habían entregado unos 32 
millones.
Sin embargo, los tabacos desaparecen. Según explica Marilyn Vera 
Rodríguez, directora de la Empresa de cigarros, tabacos, fósforos y 
productos alimenticios de La Habana, entre el 24, 25 y 26 de septiembre 
de 2014 se "entregaron más de un millón de tabacos a las unidades de 
venta de la capital, y, en menos de una semana, se esfumaron".
El problema ha ido agravándose hasta llegar a la actual situación en la 
que resulta imposible comprar de manera legal un tabaco en la misma 
moneda con la que se pagan los salarios. El mercado ilegal ha aumentado 
sus precios y, si en diciembre uno de esos rudimentarios puros costaba 
dos pesos moneda nacional, ahora llega a valer tres. Y eso si se tiene 
la dicha de encontrar a algún suministrador al que todavía le queden.
"Mucha gente compra estos tabacos de mala calidad, les ponen una anilla 
lujosa y se lo venden a algún turista que no sabe distinguir entre un 
puro y un palo de escoba", refiere con sorna un vendedor ilegal de 
habanos que merodea el Capitolio habanero. "Los míos sí son cien por 
ciento buenos y auténticos, pero en este negocio hay de todo".
El mercado ilegal de tabacos para nacionales está "seco, no hay nada", 
según asegura Mauricio, un anciano que completa su magra pensión con la 
reventa de este producto a las afueras de la Terminal de Trenes de la 
calle Tulipán.
Ni en el comedor popular de la calle Dragones, donde siempre hay 
personas mayores dedicadas a este mercadeo, ni en la periferia del 
barrio chino, ni en los múltiples pasillos de la calle Galiano se puede 
encontrar por estos días los demandados tabacos.
Ya pocos se acuerdan de cuando, hace unos años, se distribuían hasta 
cuatro unidades por el mercado racionado. Solo los hombres tenían 
derecho a esa cuota y las mujeres nada más recibían cigarros, pero un 
requisito para ambos sexos era haber nacido antes de 1955. Se decía 
entonces, medio en broma y medio en serio, que a mediados del siglo XXI, 
solo un puñado de centenarios en todo el país gozarían de tal 
privilegio. Sin embargo, recientemente se eliminó ese mecanismo y todo 
el tabaco pasó a la venta liberada.
Así que por estos días en que excepcionales volutas de humo se elevan 
durante las celebraciones del Festival del Habano y se promueven las 
marcas Romeo y Julieta y Montecristo ante unos mil participantes de 60 
países, llevarse un puro a la boca –aunque sea de mala calidad– es un 
imposible para la gran mayoría de los nacionales.
La imagen de un cubano que exhibe orondo su tabaco encendido es ya cosa 
de la propaganda oficial y de los cuadros que se venden a los turistas.
Source: Sin tabacos en moneda nacional - 
http://www.14ymedio.com/nacional/tabacos-moneda-nacional_0_1731426846.html
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