23 de diciembre de 2013

De quién es la culpa de la dualidad monetaria?

¿De quién es la culpa de la dualidad monetaria?
LUNES, 23 DE DICIEMBRE DE 2013 00:36 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Hace dos meses, la prensa
oficial informó acerca del acuerdo del Consejo de Ministros de poner en
ejecución un cronograma sin tiempo límite dirigido a materializar la tan
ansiada unificación monetaria y cambiaria.

Tal acuerdo se anuncia cuando se cumplen 20 años de estar vigente la
doble circulación monetaria en Cuba.

Esta fue resultado de la puesta en vigor, el 13 de agosto de 1993, de la
Resolución No.226 emitida por el entonces Banco Nacional de Cuba. En su
inciso primero señalaba: "Las personas naturales residentes en Cuba que
posean moneda libremente convertible [...] podrán realizar cualquiera de
las siguientes operaciones, varias de ellas o todas [...] en el momento,
en que decidan hacerlo".

A un año de estar autorizada la doble circulación monetaria (del peso y
el dólar estadounidense), el 20 de diciembre de 1994, entró en vigencia
la Resolución 357 del Banco Nacional de Cuba que autorizó la emisión de
un billete denominado peso convertible (CUC). Como rezaba en el artículo
tercero de la citada resolución, tenía la misma paridad cambiaria que el
dólar (1 CUC=1 USD).

Durante 11 años en el territorio nacional circularon el peso, el CUC y
el dólar americano. De repente, el 23 de octubre de 2004 entró en vigor
la Resolución No.80/2004 emitida por el Banco Central de Cuba.

En el artículo segundo de la señalada resolución se plateaba que a
partir del 8 de noviembre de dicho año "todas las personas jurídicas y
naturales que aceptaban dólares de Estados Unidos en efectivo al cobrar
sus transacciones [...] solo aceptaran pesos convertibles".

De acuerdo al primer POR CUANTO de la mencionada resolución sobre la
prohibición de circulación del dólar, fue la repuesta al gobierno
norteamericano por "el recrudecimiento de su guerra económica y por la
aplicación de medidas dirigidas a entorpecer el flujo financiero a Cuba,
lo que provoca daños y riesgos en el ejercicio de la normal actividad
financiera, tanto interna como externa".

El artículo 4 de la citada resolución estableció que quienes desearan
adquirir dólares tendrían que pagar un gravamen del 10% "en compensación
por los costos y riesgos que significa la manipulación de la mencionada
moneda a la economía cubana".

Las autoridades cubanas nunca han dicho públicamente que la decisión de
prohibir la circulación del dólar norteamericano se debió a que la Unión
Banques Suisses (UBS) realizó operaciones ilegales con el gobierno
cubano, lo que que le permitió depositar 4 000 millones de dólares.
Tales operaciones fueron descubiertas y la UBS tuvo que pagar una
elevada multa y fue obligada a cancelar sus operaciones con la banca cubana.

Llama la atención que antes de la decisión del gobierno cubano de
iniciar el proceso para la eliminación de la doble circulación
monetaria, ni la prensa oficial, la Unión de Economistas y Contadores de
Cuba, los institutos dedicados al estudio de la economía cubana y
economistas de renombre como Omar Everleny Pérez Villanueva y Pavel
Vidal Alejandro, se han atrevido a señalar al culpable de que esta
situación de la dualidad monetaria se haya prolongado por tanto tiempo.

Para hacer merecida justicia, fue el académico Carmelo Mesa Lago, en su
reciente libro "Cuba en la era de Raúl Castro", quien ha tenido el valor
de poner al descubierto la desastrosa política que por espacio de 47
años aplicó de manera irresponsable y destructiva en la esfera de la
economía el ex-gobernante Fidel Castro.

En el citado libro, Mesa Lago señala a Fidel Castro como el principal
responsable de la paralización de los intentos de reformas económicas.
Durante el prolongado tiempo que gobernó, cuando en contra de su
voluntad se vio obligado a ponerlas en práctica, en cuanto las
condiciones le fueron propicias las liquidó de modo fulminante.

El exgobernante Fidel Castro, sus inveterados compinches y serviles
seguidores apelaron al pueril argumento de que "las trasformaciones
económicas llevadas a cabo entre 1971 y1975 estuvieron signadas por un
pernicioso economicismo que dañaba el espíritu revolucionario". Para
poner fin a tal situación, pusieron en práctica la llamada
"Rectificación de errores y tendencias negativas", que se caracterizó
por su política anti-mercado.

Cuando se produjo la desaparición de la Unión soviética y la disolución
del campo socialista, el gobierno cubano se quedó en la calle y sin
llavín, porque desaparecieron de la noche a la mañana los lucrativos
subsidios y los mercados a los que exportaban con ventajosos precios sus
productos.

Para poder reflotar a economía cubana, que había tocado fondo con un
descenso del Producto Interno Bruto de un 35%, Fidel Castro y su equipo,
en contra de su voluntad, a regañadientes, en el periodo 1993-1996
comenzaron a aplicar un conjunto de medidas que llevarían a una lenta
recuperación.

Se abrió el país a la inversión extranjera (principalmente a las
empresas de naturaleza mixta), se despenalizó la tenencia de divisa y se
amplió la infraestructura del turismo. La puesta en vigor de la Ley 77
de Inversión Extranjera trajo la subsiguiente descentralización del
comercio exterior. Con la puesta en vigor del Decreto-Ley 141, se
autorizaron -después de 34 años de estar prohibidos- los pequeños
negocios privados. El gobierno tomó la decisión de disolver la mayoría
de las granjas agrícolas estatales y creó las Unidades Básicas de
Producción Cooperativas (UBPC). El 25% de las mejores tierras
cultivables del país, que estaban en manos estatales, fueron
distribuidas en calidad de usufructo gratuito entre los asociados que
entraron a formar parte de las UBPC.

Dentro del círculo del poder de Fidel Castro veían con recelo y
preocupación el auge que experimentaban las reformas que se aplicaban a
partir de 1993. Amparado en su poder omnímodo, Fidel Castro impuso su
negativa lógica de que el avance y fortalecimiento de la economía de
mercado acarrearía potenciales riesgos que provocarían la pérdida de su
poder político y del control que ejercía sobre la sociedad.

A la postre, estas limitadas reformas también fueron definitivamente
liquidadas.

Esa injustificada e irresponsable contrarreforma aplicada por Fidel
Castro, se puso de manifiesto en las inversiones extranjeras. En el año
2002 existían 400 asociaciones económicas. A partir de 2003 se inició un
proceso de disolución de muchas de estas asociaciones. En 2004 se
reportaban 300. A finales de 2005 funcionaban unas 250 de estas
asociaciones.

El proceso de reversión de la reforma cobró mayor auge entre los años
2003 y 2006. En ese periodo se produjo la re-centralización, que puso
fin a las facultades de las empresas de realizar directamente sus
exportaciones e importaciones. Tales actividades retornaron nuevamente y
hasta el día de hoy al Ministerio de Comercio Exterior y las Inversiones.

Se creó la Comisión de Divisa, responsable de controlar la Cuenta Única
de Divisa, lo que implicó que los organismos y empresas estaban
obligados a entregar sus ingresos en divisas y CUC a dicha comisión. A
ello se sumó que las personas jurídicas estaban obligadas a pedir
permisos al Banco Central de Cuba para hacer operaciones mayores de 5000
CUC.

Las directrices de la contrarreforma estuvieron dirigidas principalmente
contra los que ejercían legalmente la actividad privada. Se aplicó una
deliberada política de reducirlos al mínimo, al extremo que se
cancelaron las 40 actividades que reportaban mayores ganancias. Los más
afectados fueron los dueños de los pequeños restaurantes, pizzerías y
cafeterías y los taxistas privados, a los que se les prohibió trasladar
turistas.

Por el irresponsable reordenamiento del sector azucarero ordenado por
Fidel Castro, la llamada Tarea Álvaro Reynoso", el 60% de los centrales
en activo fueron desmantelados entre los años 2002 y 2004.

La Tarea Álvaro Reynoso no dio los resultados que se esperaban y se
produjo una caída de un tercio de la producción de azúcar, muy por
debajo de los años precedentes.

La indetenible caída de la producción agrícola, agravada por la
irresponsable decisión de Fidel Castro de destinar cientos de millones
de dólares a la importación de alimentos, gran parte de ellos comprados
a partir de 2001 a los Estados Unidos en condiciones onerosas y lesivas
a las arcas de la nación. Estas importaciones de alimentos, que se hacen
en contra del normal intercambio comercial entre países, es muy
perjudicial para la economía cubana.

Sin importarle los riesgos que esto implicaría, el gobierno de Fidel
Castro decidió unilateralmente suspender el pago de los servicio de la
deuda en divisa a sus acreedores agrupados en el Club de París. A
consecuencia de esa decisión, a Cuba desde entonces no se le concede
ningún tipo de crédito.

Transcurridos 27 años sin que el gobierno cubano haya honrado sus
obligaciones del pago de su deuda, sumado los intereses acumulados
durante todo ese tiempo, el monto de dicha deuda, que inicialmente era
de 6 800 millones de dólares, en esto momentos se eleva a 35 000
millones de dólares, la tercera mayor del mundo.

El puntillazo con el que Fidel Castro pretendió poner fin a las reformas
iniciadas en 1993, fue la puesta en práctica de la desastrosa "Batalla
de Ideas". Con ella se llegó al paroxismo de la centralización económica.

La política dirigida a no abrir la economía cubana a las necesarias y
urgentes transformaciones estructurales que de manera obstinada impuso
Fidel Castro durante los largos años que se mantuvo en el poder es la
respuesta al por qué la unificación monetaria es una tarea de largo
aliento y no como incautamente piensan algunos, una simple operación de
cambiar el CUC por el peso. Primero va la acumulación financiera y solo
después, la unificación monetaria.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

Source: "¿De quién es la culpa de la dualidad monetaria? | Cuba noticias
actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/9446-ide-quien-es-la-culpa-de-la-dualidad-monetaria-.html

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