¿Salud Gratuita en Cuba?
junio 1, 2013
Moisés Patterson
HAVANA TIMES — Un triunfo muy anunciado por la revolución cubana es el
"sistema de salud gratuita". Los propagandistas cubanos incluso
compararán favorablemente al sistema cubano con el de Estados Unidos.
Imagino que pocos de estos apologistas, si es que alguno, jamás ha
experimentado alguno de estos sistemas de salud, muchos menos los dos.
Me pasé la semana pasada experimentando el cuidado de salud cubano. Me
explico:
Mi esposa y yo viajamos a Cuba la semana pasada para ayudar a mi suegra
a recuperarse de
una cirugía. Ella tendría que pasar al menos tres días en el hospital
después de la operación, y varios días más sin moverse de la cama en su
casa.
Alquilamos una 'casa particular' grande (un apartamento) cerca del
hospital, con dos dormitorios y dos baños, para que mi esposa y yo
pudiéramos estar cómodos y atender a su madre.
La familia de mi esposa es de Guantánamo, pero el hospital quirúrgico de
esta provincia fue dañado por el huracán Sandy el año pasado, y no tenía
disponible el equipo quirúrgico necesario para la operación específica
que requería mi suegra. Así que, por disímiles razones, decidimos
someterla a la cirugía en La Habana.
Antes del viaje, sabiamente mi esposa compró toallas y dos juegos de
sábanas y fundas para que su madre las usara durante su estadía en el
hospital. Además, empacamos varias latas de spray de aerosol
desinfectante, jabón especial para usar en baños de esponja y un
ambientador que se conecta a una salida de corriente eléctrica.
Aunque este hospital de La Habana ofrece ropa de cama, la calidad y la
higiene de esta es cuestionable. No hace falta decir, que no se necesita
llevar sábanas en hospitales de Estados Unidos.
La mañana que la llevamos al hospital fue difícil ignorar los pasillos
con poca luz interior y el tenue olor a orina y a desinfectante que
parecía estar casi en todas partes. Aunque yo sabía que esto era la
mejor opción que teníamos en Cuba, no podía dejar de pensar que si esto
fuera Estados Unidos, de ninguna manera dejaría a mi suegra en un
hospital que oliera así.
Nos dijeron que los ascensores no funcionaban ese día, así que tuvimos
que caminar hasta el cuarto piso para la preparación pre-operatoria y
conversar con el cirujano.
Mi mujer sigue siendo reconocida en la calle por su antiguo trabajó como
locutora nacional hace varios años, así que es difícil decir cuánto de
nuestro "tratamiento especial" inicial fue sólo debido a su antigua
posición en Cuba y cuánto formaba parte del servicio al cliente corriente.
"Mi mujer sigue siendo reconocida en la calle por su antiguo trabajó
como locutora nacional hace varios años, así que es difícil decir cuánto
de nuestro "tratamiento especial" inicial fue sólo debido a su antigua
posición en Cuba y cuánto formaba parte del servicio al cliente corriente."
Sin embargo, es justo decir que fuimos bien recibidos y todo el mundo
fue amable, incluso agradable. Bajo estas condiciones de trabajo, vale
la pena un buen reconocimiento.
Después de terminar mi trabajo de llevar el maletín con las sábanas,
toallas y artículos personales escaleras arriba, decidí pasear un poco
por el hospital, mientras mi esposa y suegra se reunían con el cirujano.
Para mí fue evidente que el personal de este hospital trabajaba y se
movía de forma similar a como lo hace el personal en los hospitales de
Estados Unidos. Aunque hubo algunos miembros del personal que parecían
contentarse con sentarse simplemente y hablar, otros se mantenían
ocupados haciendo su trabajo.
Afuera llovía, así que adentro estaba aún más caliente y húmedo de lo
normal y si había algún aire acondicionado este estaba llevando una
batalla perdida. Había ventiladores ruidosos en todos los pisos y
carritos en los pasillos medio llenos de ropa de cama sucia.
La verdadera diferencia está en el propio hospital. Había más ventanas
rotas que intactas. Incluso las intactas todavía tenían pegada la cinta
en forma de "X" desde el último huracán que amenazó a La Habana hace
casi cinco años. Si el interior del hospital alguna vez tuvo esquema de
color, ya no era evidente.
La mayoría de las paredes necesitaban dos capas frescas de cualquier
color para ocultar los años de accidentes sufridos por camillas y las
manos grasientas. Las baldosas del suelo, rotas en su mayoría, también
tenían una mezcolanza de colores y marcas.
Incluso el conserje con más conciencia tendría que memorizar las áreas
que limpió, porque por el deterioro estructural, la suciedad y la mugre
incrustada nunca se podría saber cuál estaba limpia y cuál no.
A pesar de estas condiciones físicas, las dos horas de cirugía
transcurrió bien, por suerte. Mi esposa, al escuchar la buena noticia
por parte del cirujano, me impulsó a poner un billete de 100 cuc en su
mano (téngase en cuenta que esta 'propina' triplicaba su salario mensual).
Le dimos las gracias y le preguntamos si continuaría visitando 'mi
suegra' y que nos gustaría se hiciera cargo de ella nuevamente antes de
que la lleváramos a casa. Él asintió con la cabeza. Todavía no me puedo
imaginar dándole una propina a un cirujano estadounidense.
Después me dirigí a la tienda a comprar jugo para mi suegra, en Cuba
esto es el equivalente a las flores en EE.UU. Cuando, más tarde, regresé
al hospital, todavía estaba en recuperación. Como ella estaría débil
durante las próximas horas, mi esposa averiguó quién sería el personal
de esa noche.
Dispuso que la cama estuviera preparada con las sábanas nuevas. 10 cuc
para la 'jefa' del turno aseguraron que consiguiera el mejor colchón
disponible, y que su maleta no fuera molestada.
Los próximos dos días para mí pasaron transportando alimentos y jugo al
hospital, para mi esposa y su madre. Incluso llevé pizzas y refrescos
para el personal. El spray desinfectante fue muy útil para el baño.
"Su cirujano y el personal parecían agradables y atentos. No tengo forma
de saber hasta que punto la diferencia era porque teníamos recursos que
normalmente no están disponibles para el cubano promedio."
La "habitación" tenía diez camas y 8 pacientes entre hombres y mujeres,
sin cortinas divisorias para la privacidad. Una vez más, incluso las
peores habitaciones privadas y semi-privadas que tenemos en Estados
Unidos simplemente no estaban disponibles en este hospital. Créanme, he
preguntado.
Pusimos el ambientador en la habitación y el segundo día comenzó a tener
efecto. Los otros pacientes de la sala también trajeron sus sábanas y
toallas y su propia comida. Las frutas y jugos eran ofrecidos y
compartidos entre todos.
El médico se la ingenió para echarle un vistazo a mi suegra con
frecuencia. Lo mismo hacían las enfermeras e incluso el personal
encargado de la limpieza. El mundo entero debe haberse percatado de que
mi esposa daba buena propina.
Al final del tercer día mi suegra llegó a un arreglo con otra jefa del
personal para intercambiar sus sábanas y toallas usadas por el
suministro de una semana de Vicodin y Percocet.
Estos analgésicos normalmente no están disponibles en Cuba. Ella también
convino con una de las enfermeras que trabajaban en las tardes para que
pasara a verla por la casa de alquiler por la mañana, de camino al
trabajo. (10 cuc por visita)
Cuando agregamos los costos de ropa de cama, jugos, pizzas para el
personal, propinas para los médicos y enfermeras y otras cosas, los tres
días de estancia de mi suegra en el hospital costaron a mi esposa y a mí
poco menos de $ 400 CUC ($450 USD). Si ella hubiera recibido ese mismo
procedimiento en mi país, el costo hubiera sido por lo menos $ 1000 dólares.
Su cirujano y el personal parecían agradables y atentos. No tengo forma
de saber hasta que punto la diferencia era porque teníamos recursos que
normalmente no están disponibles para el cubano promedio.
Tampoco sabemos si ese mismo servicio podría haber sido mejor o peor en
Ciudad México, en la ciudad de Guatemala o Buenos Aries. Ahora sí
sabemos que las condiciones del hospital son mucho mejores en Estados
Unidos. También sabemos que sin recursos, la experiencia de mi suegra
podría haber sido peor, mucho peor. El servicio de salud cubano es
adecuado, pero ciertamente no es gratis.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=86039
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