28 de mayo de 2013

El inexistente estado de bienestar

El inexistente estado de bienestar
Martes, 28 de Mayo de 2013 02:20
Escrito por Osmar Laffita

Cuba actualidad, Capdevila, Boyeros, La Habana, (PD) Todo parece indicar
que el director del periódico Granma es un mero ejecutor de las ordenes
que el imparte el Departamento Ideológico del Partido Comunista.

Una muestra de esa supeditación la tenemos en el gran globo publicado el
10 de mayo titulado "Una mirada al modelo cubano de bienestar". Fue
escrito por la Dra. Patricia Ares Muzio, la cual se desempeña como
profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La
Habana.

Luego de la lectura del artículo de la Dra. Arés, publicado en el órgano
oficial del Partido Comunista, muchos cubanos lo consideran una
verdadera ofensa, una escandalosa manipulación, porque deliberadamente
oculta el estado calamitoso de mendicidad y de abandono en que se
encuentran la mayoría de aquellos ancianos que después dedicarle una
parte importante de su vida a la edificación de la nación, hoy están
abandonados a su destino por el estado cubano.

La Dra. Ares pasó por alto que los actuales gobernantes, en los años 60
se apropiaron de manera forzosa y sin indemnización de los principales
medios de producción, tanto agrícolas como industriales, del transporte
y de los servicios. En marzo 1968, durante la llamada Ofensiva
Revolucionaria barrieron con lo poco que quedaba de actividad privada en
Cuba. Desde ese instante y hasta el presente, los gobernantes han
tratado de mantener la falsa imagen de que son ellos los máximos
responsable de la garantía del bienestar del pueblo, y quienes
garantizan el pleno empleo, así como los servicios sociales tales como
la educación, la asistencia médica y hospitalaria, el deporte, la
recreación y la cultura, de manera gratuita.

Como se comprenderá, ese igualitarismo populista del "Buen Hermano" no
se ha hecho de manera gratuita. Tal proceder fue una especie de "pacto
social" no firmado. Una distribución equitativa de los beneficios a toda
la población contribuiría a evitar el malestar social y crearía una
especie de lealtad y agradecimiento hacia los gobernantes.

El actual sistema de providencia social existente en Cuba, tal como fue
configurado y aplicado por los gobernantes cubanos, nada tiene que ver
con los estados de bienestar existentes en Europa. Ese modelo benefactor
pudo materializarse luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial como
consecuencia del alto nivel de desarrollo alcanzado en sociedades
capitalistas desarrolladas, como Alemania, Inglaterra, Francia, Noruega,
Finlandia, Suecia, Luxemburgo. En Estados Unidos, el alto per cápita
alcanzado en su Producto Interno Bruto, les permite asumir funciones
como el pago a los desempleados, garantizarle una vejez sin grandes
problemas a todos aquellos que llegan a la edad de jubilación.

Sin embargo, el anómalo método empleado por el gobierno cubano para que
la mayoría de la población lo haya apoyado durante los más de 50 años
que llevan en el poder, a pesar de ser contumaces violadores de todas
las libertades y derechos, nada tienen que ver con el estado de
bienestar. Por la aplicación de un aberrante modelo de gobierno
populista e igualitarista, que sin alcanzar los altos niveles económicos
de los países desarrollados, gracias primero a los abundantes subsidios
que entregó a raudales la desaparecida Unión Soviética y luego por
Venezuela, pudo aplicar una política de gratuidades y subsidios, que se
mantuvo con altas y bajas hasta finales de la década de los 80.

Pero en esto momentos, por la acelerada contracción de la producción de
bienes, que se traduce en una baja acumulación de dinero en las arcas
del Estado, el gobierno del presidente Raúl Castro se ha visto obligado
a poner fin a muchas gratuidades y subsidio que el anterior gobierno del
Dr. Fidel Castro mantuvo por décadas. Se puede considerar que esto ha
sido el tiro de gracia a lo que la Dra. Ares decidió llamar "modelo
cubano de bienestar".
La primera afectación de esos recortes se sintió en la canasta básica.
Los productos de aseo hay que comprarlos a precio de mercado, ya sea en
peso o en dólares. Los frijoles, arroz, azúcar, cárnicos, y el aceite
comestible que venden por la libreta de abastecimiento solo alcanza para
poco más de una semana; los restante 23 días, con los 20 dólares que
gana de salario en el mes un cubano promedio, tiene que inventar para
poder mal comer esos días. En las tiendas en CUC los precios son
inalcanzables. Algo similar ocurre en los establecimientos en que se
ofertan productos del agro y carne de cerdo en peso cubano.

El pleno empleo ha fracasado de manera estrepitosa. En estos momentos,
las empresas y organismo estatales tienen reportado 1,2 millones de
trabajadores que sobran en sus plantillas y como el Estado no dispone de
dinero para tan siquiera pagarle el 60% de su salario -que sería menos
de12 dólares mensuales-, la solución que ha encontrado es facilitar la
creación de pequeñas empresas privadas en el sector de los servicios
como fuente de empleo de estos cientos de miles de trabajadores que ya
no tienen oferta de trabajo en las entidades estatales.

La doctora Ares no se refirió a la mayor muestra del estrepitoso fracaso
del sistema igualitarista que durante años aplicaron los actuales
gobernantes cubanos y que se refleja en toda su crudeza y dramatismo es
en los casi dos millones de jubilados, que con la misérrima pensión, que
no sobrepasa los 12 dólares mensuales, tiene que asumir con ese dinero
al igual que un trabajador normal el pago de su alimentación, la
vivienda, la luz, el agua, el uso del transporte público, etc.

En los verdaderos Estados de bienestar -que no es el caso de Cuba-, el
Estado asume el pago de la mitad de estos servicios y en algunos caso lo
otorgan gratuitamente y la pensión que reciben son tan holgadas que no
le provoca ninguna preocupación ni angustia a los jubilados, al extremo
de que con ese dinero pueden incluso salir de vacaciones al extranjero

Esa es la explicación de por qué en las plazas, parques, calles, entrada
de establecimientos comerciales, centros asistenciales, culturales y
deportivos, de toda Cuba- con la excepción de Varadero- es normal
contemplar a ancianos y jubilados que venden los más diversos productos.
Esto sucede porque con la misérrima pensión que reciben no se pueden dar
el lujo de permanecer en sus hogares y descansar como realmente merecen,
porque no dispondrían de dinero ni siquiera para poder mal alimentarse.
El Estado, sin decirlo, ha dejado de ayudarlos.

Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/destacados/117-politica/7553-el-inexistente-estado-de-bienestar.html

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