26 de septiembre de 2012

Mangos bajitos

Economía, Mariel, Brasil

Mangos bajitos

Aún se continúan sucediendo hechos en que las decisiones erróneas y la
falta de previsión terminan en costosos y lamentables descalabros

Rafael del Pino, EEUU | 26/09/2012 10:26 am

He escuchado muchas veces "el criterio de que al Imperialismo le encanta
coger los mangos bajitos". Y mientras más al alcance de la mano mejor.
Que si la guerra de independencia de los cubanos de 1895 ya estaba
ganada por los mambises y allí se les ocurrió a los yanquis el show del
Maine para alzarse con el botín; que si en Texas le hicieron la cama al
dictador y general presidente Antonio López de Santa Anna en 1836
utilizando como pantalla la República de Texas para después anexarse ese
territorio y muchos más. Que si en la Segunda Guerra Mundial alargaron
lo más que pudieron la apertura del segundo frente para que los
soviéticos se desangraran todo lo posible. Que si los japoneses estaban
ya prácticamente derrotados cuando le asestaron los dos golpes nucleares
que terminaron el conflicto firmando los asiáticos la rendición
incondicional. En fin que se habla mucho de la alevosía de los
vencedores pero nunca se dice nada de las idioteces de los perdedores.

No es mi intención extenderme en conflictos históricos donde de acuerdo
a las ideologías y a los intereses se demonizan o glorifican los
participantes. Lo menciono porque en nuestra historia contemporánea se
continúan sucediendo unos tras otros hechos donde las decisiones
erróneas y la falta de previsión terminan en lamentables descalabros a
costos altísimos. Incluso el Gobierno cubano que siempre ha tenido muy
buen ojo para detectar paganos y tontos útiles, que se ha especializado
con relámpagos vistazos en medir el abultamiento en las billeteras de
los mentecatos, ha caído en estos desaciertos.

Para nombrar solo algunos: construyeron un aeropuerto internacional de
primer orden en Granada al costo de decenas de millones de dólares,
calculando que tendrían un aeropuerto estratégico de escala técnica para
los vuelos hacia otros continentes, y cuando estaba prácticamente
terminado se produjo el episodio que todos conocemos donde además del
bochornoso papelazo del Comandante le construimos un aeropuerto
internacional nuevo de paquete al "Imperialismo". Sin extendernos en
calcular el avión de transporte que llegó el día antes con el émulo de
Maceo y las decenas de equipos pesados que todavía permanecían allí.

Parecido destino le tocó al central azucarero construido por Cuba y
regalado por Fidel Castro a los sandinistas valorado en más de $ 40
millones y que al producirse la piñata al inicio del Gobierno de
transición de doña Violeta Chamorro terminó en manos del dirigente
sandinista Jaime Wheelock. Todos estos obsequios realizados, por
supuesto, a costa de las privaciones y miserias del pueblo cubano.

Hasta la feroz dictadura militar argentina del general presidente Jorge
Rafael Videla patinó en sus cálculos al inundar Cuba entre 1976 y 1978
con automóviles Chevys y Peougeot fabricados en la Argentina. Todavía
están esperando el pago del crédito de $ 200 millones que les costó el
chistecito.

O sea que nadie está exento de estas pifias, solo que hay quienes abusan
inmisericordemente de la bondad de otros. Por ejemplo, si lo vamos a ver
objetivamente el Gobierno cubano fue uno de los más grandes
contribuyentes a la implosión de la desaparecida Unión Soviética. El
drenaje económico que le causamos fue de tal envergadura que no hubo
formas de que Gorbachov arreglara el desastre que había hecho metástasis
con la invasión soviética de Afganistán y otras barbaridades que los
llevaron a la ruina. Lo más cínico de todo es que cuando desaparece la
URSS, los mismos que contribuyeron a su implosión le echan las culpas de
sus propias desgracias al quedarse sin padrino.

Ahora nos encontramos con la noticia de que Brasil ratificó hace unas
semanas su apoyo a la modernización económica de Cuba durante una
reunión sostenida por el ministro de Desarrollo, Fernando Pimentel, con
Raúl Castro.

"Acá se está haciendo un esfuerzo, que no es fácil, de actualizar el
modelo y traer cambios que ellos mismos reconocen que son necesarios
para estimular la economía y Brasil busca ayudar en todo ese esfuerzo de
modernización", dijo a Efe el embajador brasileño en La Habana, José
Felicio. Más adelante agregó: "Toda Latinoamérica tiene una posición
unánime en relación al bloqueo de Estados Unidos a la Isla y la manera
de ayudar a reducir los perjuicios de ese bloque es con apoyo económico,
financiero".

El ministro de desarrollo Fernando Pimentel visitó el puerto del Mariel
a unos 40 kilómetros al oeste de la capital para inspeccionar la
ampliación de esa terminal portuaria considerada por las autoridades de
Cuba como una "obra emblemática" de la colaboración bilateral.

Brasil lleva comprometidos en el proyecto $ 682 millones de los $ 957
millones de la inversión global.

La obra es realizada por la constructora brasileña Odebrecht a través de
una subsidiaria cubana y su conclusión está prevista para 2013.

Como probablemente en el idioma portugués no existan los mismos dichos
populares que en el español de los cubanos; o si existen, tienen otras
expresiones, les aconsejo que le pregunten a sus amistades isleñas que
laboran en tan importante proyecto qué significa "Trabajar para el inglés".

Algunos le dirán que es trabajar para que otro saque provecho,
esforzarse en provecho ajeno o hacer negocios y gastar fortunas en
inversiones que jamás serán recompensadas.

No les hagan mucho caso, en definitiva lo importante es la terminación y
puesta en funcionamiento de este vital proyecto. Si después de
terminado, por esos impredecibles cambios que da la vida se imposibilita
la amortización de tan altruista obra, no importa, nadie los criticará.
Al final lo que queda será lo valioso y es que cumplieron con esa
posición "unánime" de toda Latinoamérica de "ayudar a reducir los
perjuicios del bloqueo con apoyo económico y financiero", como afirmó el
excelentísimo embajador brasileño José Felicio. Qué más da, las favelas
brasileñas no se enteraran de la brillante inversión y además son solo $
682 millones.

¿A quién le tocará disfrutar de estos mangos bajitos? Vaya usted a saber.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/mangos-bajitos-280379

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