¿Investigar o encubrir?
Miércoles, Mayo 2, 2012 | Por Pablo Pascual Méndez Piña
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -De "locura" sería calificado un
ficticio anuncio de que familiares cercanos y descendientes de Adolfo
Hitler y Heinrich Himmler, encabezaran una comisióncreado por ellos
mismos para investigar los crímenes perpetrados en los campos de
exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Sería lo mismo que los herederos de José Stalin, Lavrenti Beria y Pol
Pot, tutelaran otra pesquisa sobre los genocidios acaecidos en los
GULAG siberianos y campos de concentración de los Jemer Rojos en Camboya.
Pero en el manicomio cubano resulta normal que Mariela Castro Espín,
sobrina de Fidel Castro Ruz, e hija de Raúl Castro Ruz, ambos, autores
intelectuales, cabecillas y principales responsables de los crímenes
cometidos en los campos de concentración de la Unidades Militares de
Ayuda a la Producción (UMAP) durante la década de los años 60, dirija
ahora un estudio sobre las "políticas sexuales" , que incluye la
reclusión forzosa, asesinatos, torturas y suicidios de homosexuales,
ocurridos en los mencionados campos de concentración.
La máster en sexología y directora del CENESEX, anunció la arrancada de
estas investigaciones, en los oficialistas sitios digitales de la isla,
(todos de mínima difusión entra la población, a la que el gobierno tiene
prácticamente vedado el acceso a internet) partiendo de una política
sobre la evolución de la sexualidad en el país.
"Esto va a incluir"—citó Mariela—"la exploración que estamos haciendo, y
que hemos hecho previamente para el diseño de la investigación, a
partir, de entrevistas a personas que tuvieron que ver con las UMAP,
jóvenes que pasaron allí el servicio militar y funcionarios".
Hasta el momento, todo indica que las intenciones de Mariela Castro
tienden a empequeñecer las culpas de los hermanos Castro en los castigos
a homosexuales. Ejemplifico que, el año pasado comentó al periódico
mexicano La Jornada: "Sobre la UMAP hay relatos y trabajos de ficción,
con algunas verdades, muchas mentiras y realidades sobredimensionadas".
Igualmente cuando Fidel Castro admitió en una entrevista realizada en
2010, su responsabilidad en la persecución homofóbica desencadenada en
las primeras décadas de la revolución, Mariela le tiró la toalla,
exonerándole de culpas, "porque la homofobia"— afirmó— "es una herencia
hispana". Por tanto, según la directora del CENESEX, "Castro es
inocente", porque heredó un sentimiento que llegó a Cuba a bordo de las
tres carabelas de Cristóbal Colón, hace más de 500 años.
Pero un ex-curador de obras de arte, gay, de 74 años, enviado
forzosamente cuando era joven a los campamentos de la UMAP, quien aún,
recuerda el número que lo identificó en las galeras y, por miedo, pidió
ser identificado con el seudónimo de "Ariel"; apuntó que: "Mariela debía
callarse en vez de formular criterios sobre la UMAP, porque ella no
estuvo allí, ni sufrió los maltratos y los excesos de los guardianes"
"Ariel", quien sin ambages confesó "que aún le teme a los represores",
afirma haber leído varios textos sobre los crímenes de UMAP, pero piensa
que desafortunadamente la mayoría carece de calidad literaria y no
logran transmitir al lector la verdadera magnitud de "aquel infierno",
donde los homosexuales no fueron los únicos castigados, pues también
religiosos, desafectos al proceso revolucionario y funcionarios
tronados, sufrieron crueles arbitrariedades.
Ramón Peña, un funcionario jubilado de 79 años, atestigua que el régimen
de los Castro fue una "maquina de moler homosexuales"; menciona, además
de la UMAP, las purgas de intelectuales homosexuales durante "el
quinquenio gris" y los despidos masivos de homosexuales.
Tampoco olvida los acuerdos del Primer Congreso Nacional de Educación y
Cultura, en 1971, que claramente declaraban:
"Los medios culturales no pueden servir de marco a la proliferación de
falsos intelectuales que pretenden convertir el snobismo, la
extravagancia, el homosexualismo y demás aberraciones sociales, en
expresiones del arte revolucionario, alejados de las masas y del
espíritu de nuestra revolución"
Recuerda el caso de "Lopito", un eficiente mecanógrafo que trabajaba en
uno de los departamentos del entonces Instituto de Desarrollo y
Aprovechamiento Forestal (INDAF). Fue despedido por homosexual; Lopito
vivía con su madre anciana y era el único sostén económico de la
familia. Algunos de sus compañeros se solidarizaron con él, quisieron
ayudarle, pero tenían miedo a las represalias.
Ramón no descarta que, aunque las anunciadas investigaciones sobre la
UMAP se basarán en entrevistas a funcionarios y víctimas, durante el
proceso, se destruya cualquier prueba documental sobre la comisión de
crímenes de lesa humanidad.
"Estoy convencido"—dijo— "de que la flamante directora del CENESEX,
procurará liberar de todas las responsabilidades a sus queridísimos
http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfinvestigar-o-encubrir/
No hay comentarios:
Publicar un comentario