27 de diciembre de 2011

Que Dios y el socialismo se lo paguen, camarada

Que Dios y el socialismo se lo paguen, camarada
Martes, 27 de Diciembre de 2011 00:10
Paulino Alfonso Estévez

Lawton, La Habana (PD) Hace 30 años, al calor de las "reformas" que se
planteaban en el mundillo comunista y para mantener la sempiterna
postura de independencia y soberanía, el más anciano de los Castro le
orientó a Alfredo Guevara crear el Festival del Nuevo Cine Latino Americano.
Cinco años después se le ocurrió, al parecer para dar empleo al Cabo
Garcia Marquez y cobrarle de alguna forma la mansión que le había
"regalado", crear la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San
Antonio de los Baños. Al finalizar el acto, García Márquez hizo una
broma, que fue reída por todos, excepto por Castro cuando se despidió
con la premonitoria frase: "Se aceptan donaciones"

En dicha Escuela, según la fantasía hiperbólica de Castro, se educarían
los más revolucionarios jóvenes cineastas que con el tiempo inundarían
el celuloide con miles de películas, llevando en todas el mensaje castrista.

Durante cinco años se mantuvo la escuelita, como la llamaba Castro, sin
mayores problemas. Durante ese tiempo, incluso llegó a aparentar una
total independencia del régimen castrista. Pero eso fue hasta que bajo
los pérfidos manejos de Boris Yeltsin, la madrecita Rusia desapareció.

No obstante, el patriarca se empecinó y a pesar de todo, mantuvo la
Escuela Internacional, aunque con un nivel más bajo en la atención de
los alumnos, a los que incluso solicitó su cooperación a través de sus
familiares.

Además de sacrificar los presupuestos asignados al ICAIC, utilizó los
pocos dólares que la coproducción con Ibermedia, Canal Plus, varias
televisoras europeas izquierdistas y las visitas que Lucas, Redford,
Pollack, Spielberg y otros fellow travelers, le suministraban por la
izquierda.

Fueron en realidad momentos muy duros para este proyecto Pero a pesar de
esto, los precios que la "escuelita" cobraba, se podían pagar con el
sacrificio familiar y los aportes de los partidos de izquierda que los
enviaban con la esperanza de tener sus cineastas.

Los cineastas castristas vieron en la escuelita, un paraíso, donde
además de ganar algunos fulitas por dar clases, podían alimentarse bien,
dormir en apartamentos adecuados, ver películas que en Castrolandia ni
podían soñar, ademas de algún affaire con las alumnas tercermundistas.

Esto, claro está, siempre que informaran a Yamel, el seguroso de la
escuelita, de las desviaciones de visitantes o alumnos extranjeros,
desde homosexualismo hasta dogradiccion, lo que engrosaría un dossier
para futuros usos castristas. De lo contrario, no podían permanecer en
el Edén.

Desde la primera graduación, se utilizó el Festival del Nuevo Cine
Latinoamericano para validar, mediante premios más morales que
monetarios, a algún que otro alumno quien "voluntariamente" donaba el
metálico a la escuelita.
Esta costumbre se ha convertido en regla de oro para todos mientras se
encuentran en Castrolandia, pues conocen el lado oscuro del castrismo,
tan bien o mejor que muchos cubanos.

Así las cosas, créalo o no, se mantiene la EICTV, pero si hay algo más
cercano a la mendicidad, quisiera que me lo dijeran.

Pero bueno, todo tiene un fin y al parecer aunque el más anciano de los
Castro aun respira, parece que ya no se acuerda de la escuelita, por lo
que el menos anciano, oído el pragmático parecer del gordo Marino
Murillo, decretó hace poco la inviabilidad de este centro y le ha dado
un término perentorio para autofinanciarse o se verán en la triste
disyuntiva de cerrarla.

En honor al claustro chivato y bon vivant, se han graduado algunos
buenos directores hispanos e incluso dos o tres cubanos. Estos últimos,
hijos de papá, de esos que pueden viajar al extranjero y servir a la
diplomacia castrista como claros exponentes de disidencia, siempre que
vuelvan pronto a la Isla y traigan el 65% de los dineros ganados para el
"mantenimiento" de la escuelita.

El primer director de la escuelita fue el delirante Fernando Birria,
perdón, Birri, viejo comunista que sabia de que la madrecita pagaba
entonces y no pasaba cepillo. El actual, Rafael Rosal, heredó la corona
para tratar de sacar de la bancarrota un proyecto demodé que no le
interesa para nada al actual gobernante cubano, más interesado en
viandas, organopónicos y carne de puerco que en logros culturales.
Parodiando a Madame.Rolland: "Hambre, hambre, cuantos crímenes se
comenten en tu nombre."

paulino.alfonso@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/2988-que-dios-y-el-socialismo-se-lo-paguen-camarada

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