Jueves, 28 de Julio de 2011 11:13
Augusto César San Martin
Centro Habana, La Habana, 28 de julio de 2011, (PD) Llegar a fin de mes
con el salario resulta un verdadero reto para la profesora de secundaria
Martha Peñón.
Madre divorciada de 48 años y graduada de Pedagogía en 1985, devenga un
salario básico de 26.40 dólares, al que suma 3.20 dólares por la
maestría y 1.80 dólares de antigüedad, para un total de 31.40 dólares.
Resulta extenuante para Martha el tiempo que dedica a equilibrar su
economía doméstica. "No me queda otro remedio que vender lo que aparezca
en la escuela", confiesa la profesora.
Los negociantes del barrio le entregan mercancías que revende a alumnos
y profesores de la escuela. La reventa le deja ganancias de 10 dólares
en el mes.
Reconoce que en ocasiones tiene que restringir su economía. El padre de
su hija no la ayuda y ella debe enfrentar sola los pagos de la casa,
vestir y calzar a su hija de 16 años y buscar alimentos baratos en el
mercado negro.
La comida es lo más difícil. El precio del aceite de soya en el mercado
estatal es de 2.40 dólares el litro. La carne de res en la bolsa negra
se encuentra a 2 dólares la libra y el pollo a un dólar la libra. La
carne de cerdo en el mercado estatal fija el precio de 1.40 dólares.
Tres veces a la semana, cuando regresa del trabajo, en la puerta de su
casa la esperan seis estudiantes. Los padres de estos alumnos pagan 2.40
dólares al mes por repasos de dos horas.
Durante los exámenes finales es la etapa de mayores ganancias. Las
ofertas de repaso individualizado se multiplican. En este tiempo, recibe
atenciones monetarias de los padres de sus alumnos en un último esfuerzo
por lograr el aprobado.
La profesora no encuentra discordancia entre su profesión y la forma que
resuelve para equilibrar su economía. Recibir presentes y cobrar los
repasos a sus alumnos no afecta su ética profesional. "Yo también pago
estudios a mi hija", comenta sin dejar de atender la cocina.
Martha considera que los títulos pedagógicos no compensan sus finanzas.
Cada mes se esfuerza por reservar algo de dinero para los contratiempos,
pero resulta imposible. Acumular necesidades es la rutina de todos los
meses. Martha se propuso romperla y para hacerlo necesita prescindir de
las normas.
acesar2004@gmail.com
vocesdelsilenciocubano.wordpress
http://www.primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/1923-llegar-a-fin-de-mes
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