Viernes 21 de Mayo de 2010 00:24 Agencias
El cardenal Jaime Ortega afirmó el jueves que la situación de los presos
políticos "se está tratando seriamente" en las conversaciones entre la
Iglesia Católica de la Isla y el gobierno de Raúl Castro, dentro de un
"proceso" que aún no ha concluido, informó EFE.
"No puedo adelantar conclusiones acerca de fechas concretas, de
actuaciones concretas con respecto a los presos. Que el tema se está
tratando seriamente, sí lo puedo decir", afirmó Ortega en una rueda de
prensa en La Habana para informar de la reunión que mantuvo el miércoles
con el general Raúl Castro.
El cardenal dijo que la "aspiración" de la Iglesia es que se produzcan
liberaciones de presos políticos, y preguntado por el caso concreto de
los enfermos dijo: "lo esperamos".
También aseguró que en la conversación con Raúl Castro se habló de todos
los presos políticos, los enfermos y el resto, "unos 200 o los que sea",
señaló.
Ese encuentro, en el que también participó el presidente de la
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Dionisio García, se prolongó
durante más de cuatro horas, según reveló Ortega, que lo calificó de un
"magnífico" inicio de conversaciones "que deben continuar en los
próximos tiempos".
La reunión con el general Castro se celebró a petición de Ortega, según
precisó el cardenal, quien dijo haber salido satisfecho de esa
conversación que en su opinión supone "un camino abierto con perspectiva
y esperanza".
En su comparecencia informativa, el arzobispo de La Habana quiso dejar
muy claro que esta relación es entre el gobierno y la Iglesia "de Cuba"
y aclaró que esas conversaciones no están relacionadas con la visita en
junio del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti, a la Isla ni con
cualquier otro factor internacional.
"Ni esa visita (de Mamberti) ni ninguna cuestión anterior de tipo
internacional va a ser lo que tenga alguna determinación en cualquier
sendero que se tome en el futuro", destacó.
Para el arzobispo de La Habana, la reunión con Castro supone también el
"reconocimiento" del papel de la Iglesia cubana como "interlocutor" con
el gobierno y permite superar "agravios" ocurridos en el pasado.
"Ha sido un diálogo sobre Cuba, sobre nuestras realidades. ¿Qué tiene de
nuevo e importante? Que no hemos ido a tratar problemas de la Iglesia ni
necesidades de la Iglesia", dijo.
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