Cientos de médicos cubanos han desertado desde Caracas
15.000 doctores de la isla trabajan en los barrios más pobres
M. P. - Caracas - 24/05/2010
Los médicos cubanos que trabajan en Venezuela viven en 30 metros 
cuadrados. Es lo que mide la segunda planta de los módulos de Barrio 
Adentro, donde duermen, cocinan y van al baño hasta cuatro cubanos a la 
vez (un médico, un fisioterapeuta, un optometrista y a veces un 
entrenador deportivo). Barrio Adentro es el programa de salud primaria 
ideado en 2003 por el ex presidente cubano Fidel Castro e implementado 
de inmediato por el Gobierno venezolano, como estrategia para levantar 
la popularidad de Hugo Chávez cuando la oposición planeaba convocar un 
referéndum revocatorio en su contra. Se trataba, en principio, de una 
ayuda temporal. Pero ha dado tan buenos resultados que la presencia de 
los cubanos ya es permanente.
Unos se vigilan a otros, y uno los vigila a todos. Cada cubano debe 
volver a "casa", si acaso salió de ella, antes de las seis de la tarde. 
Si un "compatriota" venezolano invita a alguno a dar una vuelta por el 
barrio, debe pedir permiso con semanas de antelación, a través de un 
acto motivado en el que, quien convida, debe explicar el propósito y la 
duración de la actividad. Hay una larga lista de venezolanos a los que 
los 30.000 cubanos que trabajan en Venezuela no deben frecuentar: la 
encabezan los escuálidos (el apodo con el que Hugo Chávez se refiere a 
los opositores) y los periodistas, que para el Gobierno vienen siendo lo 
mismo. Pero a pesar de los controles, cada tanto uno de ellos "desaparece".
La Sociedad Venezolana de Medicina Bolivariana, a la que están adscritos 
los pocos médicos venezolanos que trabajan en Barrio Adentro, lleva una 
cifra extraoficial de 1.500 médicos cubanos que han desertado de los 
15.000 que prestan servicio en el país. "Cuando algún médico se fuga, el 
Gobierno inventa que fueron trasladados a otro lugar. Pero uno se da 
cuenta de que no es así porque desparecen de repente y no se sabe más de 
ellos", cuenta uno de los afiliados a la sociedad que ha pedido no ser 
identificado.
Venezuela representa para muchos de estos cubanos la posibilidad de 
desertar sin balsa hacia Colombia y, de ahí, a Estados Unidos. Por esos 
algunos esperan hasta un año después de apuntarse en listas de 
voluntarios para viajar a Caracas. Un informe publicado el 18 de abril 
por el diario El Tiempo de Bogotá da cuenta de que los huidos suelen 
llegar a la ciudad de Cúcuta desde la población venezolana de San 
Antonio del Táchira, ubicada en Los Andes, y a la población colombiana 
de Maicao, luego de atravesar Maracaibo, capital del Estado occidental 
de Zulia. Los cubanos emigrados a través de ambos pasos, señala el 
diario, hablan de 2.000 deserciones desde Venezuela.
Pero las únicas ausencias que admite el Gobierno venezolano son las 
irremediables. El 12 de abril de 2010, cuando se celebró el Día del 
Médico, el Ministerio del Poder Popular para la Salud desveló una placa 
en honor de los 68 médicos cubanos que han caído en Venezuela en casi 
siete años de servicio. "A los colaboradores de la salud fallecidos en 
tierras bolivarianas durante el cumplimiento de su deber", dice el 
bronce empotrado en el Centro de Diagnóstico Integral Salvador Allende 
de Caracas. Completan el tributo las imágenes de Simón Bolívar y José 
Martí, con una frase de cada uno: "Quien lo da todo por su patria no 
pierde nada, gana cuanto la consagra", "Deme Venezuela en qué servirla, 
ella tiene en mí un hijo". Solo que los médicos cubanos no han muerto en 
batalla: unos enfermaron, otros han fallecido en accidentes de tránsito 
y a la mayoría los ha asesinado el hampa, que sólo en Caracas elimina 
entre 30 y 50 vidas cada fin de semana.
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