27 de mayo de 2010

Cuba: el desgaste de la espera

Cuba: el desgaste de la espera
ZOE VALDÉS 27/05/2010

Los castristas cuentan con el tiempo necesario para cualquier decisión.
Y sin lo que ellos decidan nadie podrá solucionar nada, incluida la
Iglesia, que negocia codo con codo con el régimen, ya que en virtud de
sus intereses no puede esconder más la imagen de unas pobres mujeres que
caminan hacia un templo católico, durante siete años, con palomas y
flores en las manos, reclamando la libertad de sus familiares inocentes,
lo que afecta demasiado los principios humanos emitidos por el Vaticano.

A varios meses de una nueva ola represiva por parte del régimen
castrista, del asesinato de Orlando Zapata Tamayo, a siete años de la
Primavera Negra, y a dos años y medio de una sucesión
dinástico-fascista, nada ha cambiado en la isla de los hermanos Castro.

Para aquellos que se hicieron ilusiones con el hombre que ordenó y
ejecutó fusilamientos masivos desde enero de 1959, con Raúl Castro, el
fiasco ha sido notable.

El panorama de la disidencia interna resulta cada vez más enrevesado a
causa de la gran cantidad de espías que penetran las organizaciones
opositoras; disfrazados de periodistas independientes y de blogueros,
son pagados por espiar y consiguen dividir y desestabilizar a los
verdaderos disidentes. Sin embargo, cada vez deben redoblar el esfuerzo,
porque cada vez se les enfrenta más gente.

Las Damas de Blanco declararon que no aceptarán la propuesta de
mejoramientos de las condiciones de los presos políticos. Además, se
niegan a que se prohíba a las Damas de Apoyo marchar junto a ellas.

Los mismos presos políticos tampoco están de acuerdo con que se merme el
movimiento cada vez más creciente de mujeres que protestan y reclaman la
libertad de todos los presos de conciencia. Bertha Soler, esposa de
Ángel Moya, afirmó que marcharán hasta la liberación del último preso.

Sin embargo, la Iglesia no ha sido tan clara, seguramente porque no
puede serlo. A estas alturas, los representantes de la dictadura y Raúl
Castro en persona no han dado ninguna respuesta positiva y real que
aliente la esperanza de que se produzcan estas liberaciones.

Supongo que el general está ganando tiempo. Irá entreteniendo a los
presos, a sus familiares, pero sobre todo a la Iglesia y a la prensa
extranjera, hasta que por el desgaste que produce la espera -en lo que
ellos son absolutamente magistrales, lo han probado durante 51 años-
obligue a que nos olvidemos del tema cubano, y que los presos, las Damas
de Blanco, así como los demás movimientos de demócratas, sean tragados
por el vertedero cotidiano de la sobreinformación.

Raúl Castro vuelve a equivocarse, la oposición cubana se ha ganado un
espacio permanente en el interés mundial. Personas como Bertrand
Delanoë, alcalde socialista de París, así como una gran cantidad de
personalidades del mundo artístico, cultural, e intelectual, y políticos
de todas las tendencias políticas coinciden en que Cuba no puede
continuar más bajo el mismo sistema que durante 51 años solo ha llevado
miseria, opresión y falta de libertades al pueblo cubano.

Muchos coinciden en que la revolución que se hizo para mejorar y cambiar
lo que había sido cambiado y empeorado en gobiernos anteriores, no ha
hecho más que acabar con todo, y rebajar a niveles vergonzosos de
existencia a un país que en lugar de ser un país subdesarrollado en 1959
era un país en vías de desarrollo. Un país que en los años cuarenta fue
un ejemplo para América y para el mundo: de democracia y, en muchos
casos, de desarrollo, comparado con lo que se vive desde hace ya más de
medio siglo.

De cualquier modo, Raúl Castro sabe que, pase lo que pase, ha perdido al
continuar obedeciendo a Fidel Castro, al no permitir que se hicieran
cambios democráticos. Cuba sigue bajo una dictadura militar.

Todavía hay quienes se extrañan de la actitud de algunos representantes
de aquellos que quieren pasar a un raulismo light, sobre todo de los
artistas e intelectuales castristas que aún defienden lo indefendible.
Siempre han existido, en cualquier dictadura ahí han estado, y no solo
levantan su voz a favor del horror, además son ellos mismos el horror,
forman parte de él cuando firman cartas de acuerdo con el fusilamiento
de inocentes, o cartas de apoyo para que dure y se extienda la represión.

Con esas mezquinas posiciones no solo se sitúan del lado de la
ignominia. Lo hacen a sabiendas de que han sido movidos por las bajas
pasiones, por la necesidad de conseguir una vivienda mejor, por el
permiso para adquirir un automóvil, por la autorización de un viaje para
promocionar primero al castrismo, luego el disco, el libro, o lo que sea.

Estamos ante el toma y daca necesario para poder sobrevivir. El no
aceptar semejante chantaje empujó a numerosos artistas e intelectuales
cubanos al exilio.

He aquí que nos hallamos en el punto de compás de espera impuesto por
los amos de Cuba, con un protagonista previsible, la Iglesia, que
también ha probado que sabe esperar ad vitam aeternam para sus decisiones.

Zoé Valdés, escritora cubana, vive exiliada en París.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cuba/desgaste/espera/elpepuopi/20100527elpepiopi_5/Tes

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