2009-10-01.
Licenciado Sergio Ramos Suárez
(www.miscelaneasdecuba.net).- Por esta vez el régimen cede. Cedió ante
la protesta un Juanes indignado a causa del espionaje y persecución de
la cual fue objeto por los aparatos de la policía política de Cuba.
Sintió por un par de días el acoso constante que durante cincuenta años
sufre todos los días el pueblo cubano.
La rancia gerentrocracia del poder debió haberse sentido amenazada. La
amenaza de Juanes de no dar el concierto dejando plantados a un millón
de jóvenes era una peligrosa chispa sobre un polvorín.
Luego del evento, el propio tirano no se atrevió a criticar públicamente
el concierto y se limitó a decir que la juventud había sido capaz de
salvar obstáculos inimaginables… y le añadimos, que él mismo le ha
impuesto a esa juventud.
Quedan también muchas interrogantes. ¿Porque cedió tanto el régimen?
¿Fue debilidad o conveniencia ?
Al margen del millón de jóvenes ilusionados, de los cantantes de buena
fe y otros de no tan buena, entregados a un sueño, y de los cubanos
esperanzados a ambos lados del mar que nos separa, esta el solapado
juego de los buitres de la política exterior.
Meses previos a la celebración del concierto, el cantante Juanes se
reunió con la Secretaria de Estado Hilary Clinton. De ella recibió un
beneplácito que bien puede enmarcarse en el turbio trasiego tras
bastidores que siempre existe en la política exterior de los países.
Se sabe que el presidente Barak Obama realiza cambios en el enfoque y la
dirección de la política hacia el régimen cubano. Han habido dos
conversaciones oficiales entre funcionarios cubanos y norteamericanos.
Una en Nueva York hace unos meses y otra en La Habana a solo pocos días
del concierto, sobre los temas públicamente anunciados de migración y
servicio de correo… los otros temas los callan. Y la semana siguiente al
concierto va a Cuba la Subsecretaria de Estado de Estados Unidos para
América Latina Bisa Williams, quien ha sostenido reuniones de alto nivel
en La Habana.
Es claro que existe un curso de acercamiento entre la administración
Obama y la dictadura castrista. La gran pregunta es ¿con qué fin? ¿Que
realmente persigue cada quien?
El concierto fue una ficha movida por ambas partes aprovechándose de la
buena fe de algunos de los cantores. Nos recuerda los partidos de Ping
Pong celebrados previo a la apertura de China durante la década del setenta.
El concierto tuvo como efecto exterior dividir al exilio, más que por la
discrepancias de ideas, por cuestiones generacionales. Una división que
conviene solo a quienes pretenden establecer en Cuba una agenda solo
beneficiosa a sus particulares intereses políticos y económicos,
independientemente de las aspiraciones y deseos del pueblo cubano.
Los dos grandes intereses en este juego político son los
político-económicos del capital americano y los de la alta cúpula de la
oligarquía gobernante de Cuba.
Estados Unidos tiene varios miedos respecto a Cuba. Entre ellos están:
Una descontrolada migración masiva de cubanos hacia sus costas. La
preocupación de una Cuba convertida en trampolín del narcotráfico a 90
millas de sus costas, basándose esta teoría en los narco-incidentes de
su vecino México. Dos eventos que los hacedores de la política exterior
norteamericana calculan posibles ante un descontrol político en la isla
Cuba como consecuencia de un proceso drástico de cambio .
También, Estados Unidos pasa por una crisis económica, todavía
insuperada y con final incierto, y el capital americano se siente muy
preocupado. Ellos necesitan de nuevos mercados y sitios seguros, baratos
y cercanos para sus inversiones. El modelo Chino o el de Viet Nam sobre
inversiones, donde los explotados trabajadores carecen de derechos,
donde la población sigue sometida por una dictadura que aplasta sin
piedad a los que se le oponen y donde el capital extranjero goza de
protección y preferencias a cambio de beneficios compartidos con los
privilegiados de la cúpula gobernante, se ve como una panacea para este
lado del tablero del juego. Estados Unidos busca una Cuba controlada. El
modelo Chino-Viet Nam es la meta oculta del gobierno actual de Estados
Unidos. Cuba convertida en una China o un Viet Nam.
Por el lado de la contra-parte cubana, la oligarquía gobernante necesita
medios para prevalecer en el poder y poderlo trasmitir a sus herederos
consanguíneos. El modelo Chino o mejor el Vietnamés, le da el control
total sobre el pueblo al tiempo que los estabiliza políticamente y los
fortalece económicamente. Cuba, de hecho, estudia detenidamente la Ley
de Inversiones de Viet Nam y sus posibles aplicaciones en el país.
En ambos lados del Estrecho de la Florida ven con taimado beneplácito
una mutación del estado marxista leninista al estado corporativo del
Fascismo, aunque para guardar la forma el régimen cubano siga hablando
la jerga marxista, al igual que hacen los Chinos.
Esto no son los intereses del pueblo cubano, mucho menos las
aspiraciones de esa juventud que lanzó al vuelo sus ilusiones y sueños
de una vida mas libre, mas próspera y de mejor calidad.
Por eso ahora, pasado el idilio del sueño generado por el concierto, hay
que poner los pies sobre la tierra, y comprender que el pueblo cubano, y
muy en particular la juventud cubana, debe tomar las riendas del destino
nacional para que no nos sea truncada por esos rapiñeros intereses y
así, juntos, podamos convertir en realidad nuestra verdaderas
aspiraciones y metas.
Lamentablemente, no empecé la verborrea de los discursos y las
conferencias de prensa, el interés libertario del pueblo cubano importa
poco para las partes actoras del juego político internacional. A pesar
de que muchos de los cantantes que allí fueron ilusionados y con la
mejor de las intenciones, en ánimo por dar lo mejor de sí para un pueblo
sufrido, y deseando de corazón lo mismo que los jóvenes a los cuales les
cantaron: PAZ Y LIBERTAD.
LA RAZÓN PARA CEDER - Misceláneas de Cuba (1 October 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=23393
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