29 de abril de 2011

EL PRIMERO DE MAYO EN CUBA

EL PRIMERO DE MAYO EN CUBA
29-04-2011.
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- "Este Primero de Mayo constituirá una
reafirmación de la voluntad de la mayoría de los cubanos de defender
nuestra obra hasta las últimas consecuencias"- dijo el trabajador Rafael
Melgares al periódico Granma.

Otros, como Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de
Trabajadores de Cuba (CTC) declaró al noticiero televisivo entre otros
aspectos que "Será un momento más para reafirmar el carácter socialista
de la revolución… nuestra gratitud a las miles de organizaciones
sindicales, a los movimientos de solidaridad, a personalidades, y a
todos aquellos que apoyan a la revolución…"

Similares opiniones han sido divulgadas por los medios de comunicación,
a escasas horas del desfile por el Día Internacional de los
Trabajadores. La doble moral está presente en buena parte de los
entrevistados, sin embargo, algo diferente sucede, cuando los cubanos
están en lugares donde no se sienten presionados.

Las calles habaneras brillan por el reflejo del sol, acompañado de los
vientos del sur que acaloran más el ambiente. No todos prefieren un jugo
o un refresco bien frío. La mayoría opta por una tacita de café humeante
y, entre sorbo y sorbo fluyen los comentarios.

"No tengo más remedio que ir al desfile porque sino pierdo mi trabajo y
soy quien mantiene mi casa" – señala una trabajadora del turismo (uno de
los sectores más codiciados), mientras espera a que le sirvan una taza
de café en el portal que sirve de cafetería a un cuentapropista.

A su respuesta aparece otra como retándola: "A mí no me cogen para esa,
yo sí que no voy a ningún desfile, no tengo nada que perder porque
trabajo en mi casa"- la cual fue pronunciada por un maestro de albañilería.

"Tengo domingo y lunes para hacerlo todo en mi casa. Mis hijos desfilan
con su escuela, y mi marido con su trabajo. Cuando lleguen ya tengo
adelantado el almuerzo- destacó una maestra, quien saboreó también el
café recién colado.

Mientras tomaban sorbos de un café regular pero bien caliente, estos
vecinos y transeúntes del municipio Plaza comentaban sus ideas acerca
del desfile y sus contratiempos.

Todos los cubanos están obligados a participar en el mismo, sin
distinción de edades o impedimentos. Desde finales de los noventa y con
el nuevo Milenio se observa como muchas personas se quedan en sus
vecindarios en espera de que concluya la parada.

Dentro del hogar se entretienen con música o imágenes grabadas y son muy
pocos los que encienden el televisor o el radio para estar al tanto del
evento. Esta conmemoración no tiene en Cuba, un carácter sindical, sino
es la forma de encubrir fines políticos para obligar a los trabajadores
y al pueblo en general, a que asistan al desfile que se efectuará en
cada plaza o parque del país.

Este año, con la reducción de plantillas en los centros laborales, los
trabajadores son chantajeados por sus jefes administrativos y dirigentes
sindicales que han utilizado el llenado de listas, donde las personas
están obligadas a dar sus firmas, como constancia y compromiso, de que
participarán en los desfiles y marchas. De no acudir pueden perder desde
una buena evaluación, la carrera que aspiran estudiar, o el puesto de
trabajo.

La situación económica del país afecta a la población que ve muy
restringido su nivel de vida. Estas y otras desavenencias dan lugar a
demostraciones de desacuerdo que nunca antes se habían visto o escuchado
en plena calle.

Si bien éstas van aparejadas a las frases de quienes adulan, con sus
opiniones, a los gobernantes, estas últimas son rechazadas por quienes
al escucharlas, guardan silencio, o las rebaten.

"La moral aquí no es doble, ya es triple. La gente se queja en su casa
o con las amistades pero no falta al desfile, allí van a estar, agitando
la bandera cubana y otras consignas mientras saludan a las cámara"-
resume una mujer que espera el ómnibus a unos pasos de la cafetería.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32109

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