Naufragio del remolcador 13 de Marzo: esperando por la justicia
julio 13, 2017
Iván García, desde La Habana
Este artículo fue publicado originalmente el 11 de julio del 2016 y su
autor, el periodista Iván García reside en La Habana, Cuba. Se reproduce
este 13 de julio por su vigencia.
La madrugada del 13 de julio de 1994 parecía ser el día perfecto para
una fuga. El mar estaría en calma y con poco viento. Y empujado por un
motor de mil 500 caballos de fuerza, el remolcador 13 de Marzo estaría
en los cayos de la Florida para la hora de comida.
Al menos eso pensaba Fidencio Ramel Prieto, 51 años, estatura media,
jefe de operaciones del Puerto de La Habana y autoridad suficiente para
moverse con absoluta libertad por todas las instalaciones de la rada
capitalina.
Con información privilegiada, Fidencio pudo preparar al detalle la huida
en una vetusta nave con casco de madera recién reparada que descansaba
en un punto de atraque de la bahía habanera cercana a la estación
eléctrica de Tallapiedra.
Pasada las dos de la madrugada, un grupo de 72 personas, entre ellos
varios niños, bajaron de un ómnibus y caminaron en silencio hasta el muelle.
Todos abordaron la barcaza y se acomodaron en la popa del remolcador.
Sobre las tres zarpó y comenzó a bordear la rada con las luces apagadas,
para evitar ser vista desde la capitanía del puerto. Al enfilar proa
rumbo a la boca de la bahía, se le acercaron otros dos remolcadores,
modernos y con casco de acero, provenientes del vecino muelle de Regla.
Ambos embistieron al 13 de Marzo e intentaron arrimarlo a los arrecifes
en la zona de Casablanca. Los atacantes bombardearon la cubierta con
cañones de agua a presión, cañones diseñados para apagar fuegos en los
buques. Bajo ese asedio, el remolcador logró escapar mar adentro, pero
otra embarcación se sumaba al acoso.
Las tres lanchas, denominadas Polargo 2, Polargo 3 y Polargo 5,
incrementaron los fuertes chorros de agua y los bandazos a medida que se
iban alejando de la costa. A varias millas mar adentro, una embarcación
del servicio de guardacostas del Ministerio del Interior monitoreaba la
operación.
Cuando las mujeres les gritaron a sus atacantes que detuvieran la
embestida, que allí iban niños, la respuesta fueron frases despectivas y
aumentaron los chorros a presión. Varias madres con niños pequeños se
refugiaron en la bodega de carga y el cuarto de máquinas del remolcador.
En una maniobra de perversa ferocidad, uno de los barcos atacantes chocó
por la proa al remolcador y otro montó su proa en la popa del 13 de
Marzo, provocando el hundimiento y muerte por ahogamiento de las
personas que estaban refugiadas bajo cubierta. Ya para ese momento, el
impacto de los chorros de agua había matado a unos cuantos más.
Una vez hundido el remolcador, las embarcaciones atacantes maniobraron
con la intención de crear remolinos de agua para ahogar a quienes aún
intentaban mantenerse a flote. Detuvieron el ataque cuando fueron
avisados de que un barco mercante, de procedencia griega, se hallaba
cerca, en espera de acceder a la rada habanera.
Esa noche murieron 37 compatriotas. Diez de ellos eran niños. Los
capitanes de las embarcaciones que asediaron al remolcador 13 de Marzo
fueron galardonados como héroes.
1994 fue un año tremendo. Apagones la mitad del día y el hambre
acechando. Se sucedían los robos de embarcaciones para huir rumbo norte.
Veintidós años después de aquel presunto crimen de Estado, muchos
cubanos desconocen el suceso.
A Natalia, 24 años, le han contado sobre el conato de protesta popular
conocido como el Maleconazo, la devaluación del peso o la poca comida en
esa etapa, "pero la verdad que de lo ocurrido al remolcador no conozco
nada", señala en un parque habanero, mientras se conecta a internet para
charlar con una prima residente en Miami.
Josué, 21 años, mulato con pinta de rapero, jamás había escuchado sobre
el trágico evento. "Mi familia me ha contado que en aquellos años la
gente desesperada se marchaba en cualquier cosa que flotara. Pero
desconozco detalles sobre ese remolcador", comenta en un bar empercudido
de la Calzada Diez de Octubre.
Incluso futuros emigrantes, como Gerardo, 25 años, quien piensa viajar
próximamente a Guyana e intentar de alguna forma llegar a la frontera
sur de Estados Unidos "no sabía nada sobre la volá del remolcador.
Aunque no me asombra, esta gente (el régimen) son troncos de hijo de puta".
La prensa oficial contó la historia a su manera. A las 8 y 16 minutos de
la mañana del 13 de julio de 1994, Radio Reloj informaba: "Zozobró
embarcación robada por elementos antisociales. En la madrugada de hoy,
elementos antisociales sustrajeron por la fuerza una embarcación del
puerto de La Habana con el fin de abandonar ilegalmente el país".
Al día siguiente, el diario Granma notificó que "había zozobrado un
remolcador robado por elementos antisociales y que salieron con vida 31
personas: 20 hombres, 5 mujeres y 6 menores de edad, existiendo un
número indeterminado de desaparecidos".
La prensa estatal calificó lo ocurrido como un "irresponsable hecho de
piratería promovido por los elementos más reaccionarios de Miami" y
anunciaron una investigación.
En 1995, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA abrió
un caso por las denuncias recibidas de parte de sobrevivientes de la
tragedia y grupos cubanos de derechos humanos.
Al día de hoy, familiares aseguran que los cuerpos de los ahogados nunca
les fueron entregados. En Cuba jamás se ha publicado una investigación
independiente sobre el hundimiento del remolcador 13 de Marzo.
Jorge García, quien perdió catorce familiares, entre ellos un hijo y un
nieto, espera que algún día se haga justicia.
Source: Naufragio del remolcador 13 de Marzo: esperando por la justicia
-
https://www.martinoticias.com/a/naufragio-remolcador-13-marzo-espera-justicia/125756.html
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